Inundaciones letales, alarma tard¨ªa, dirigente ¡®desaparecido¡¯, descoordinaci¨®n en las administraciones. ?Valencia? No, Alemania 2021
Una comisi¨®n de investigaci¨®n en Renania-Palatinado ha se?alado las responsabilidades pol¨ªticas por las inundaciones que dejaron 135 muertos en el valle del Ahr hace tres a?os
Las alarmas llegaron demasiado tarde. El m¨¢ximo responsable local estuvo desaparecido durante buena parte de la noche mientras el torrente desbocado anegaba los municipios bajo su mando. Otros responsables pol¨ªticos se desentendieron de aquel ¡°tsunami¡±, como lo llaman los vecinos, las mayores inundaciones que se recuerdan en la regi¨®n. La comunicaci¨®n entre las administraciones fall¨® estrepitosamente. En la noche del 14 al 15 de julio de 2021 murieron en el valle del r¨ªo Ahr, o Ahrtal, en el oeste de Alemania, 135 personas. Tres a?os y medio despu¨¦s, el valle parece todav¨ªa una zona catastr¨®fica: decenas de gr¨²as, casas en ruinas, pueblos fantasma. Y muchos se preguntan por las muertes que podr¨ªan haberse evitado si los dirigentes hubiesen estado en sus puestos, si se hubiesen coordinado, si las alarmas hubieran llegado a tiempo.
¡°La protecci¨®n de la de la vida de las personas es la prioridad. No hay otra m¨¢s alta¡±, dice Inka Orth en Bad Neuenahr-Ahrweiler, una peque?a ciudad de ba?os termales cerca de la desembocadura del Ahr en el Rin. ¡°Creo que, visto en retrospectiva, no fue eso lo que sucedi¨®¡±.
El Ahrtal, a diferencia de las ciudades y pueblos devastados en Valencia por una cat¨¢strofe parecida en algunos aspectos, es una zona rural. El municipio m¨¢s grande, Bad Neuenahr-Ahrweiler, tiene menos de 30.000 habitantes. Es un valle id¨ªlico, pero hoy, al recorrer en coche su cuarentena de kil¨®metros por la carretera r¨ªo arriba entre vi?edos en las colinas escarpadas, la imagen es distinta. Se ven hoteles abandonados, maquinaria de construcci¨®n, puentes met¨¢licos provisionales junto a puentes antiguos da?ados, coches de emergencia. La reconstrucci¨®n avanza, y se han gastado miles de millones de euros, pero han pasado tres a?os y medio, y a nadie se le ha borrado la impresi¨®n de que los poderes p¨²blicos, por usar una expresi¨®n repetidamente escuchada durante un viaje esta semana en la regi¨®n, ¡°les dejaron la estacada¡±.
Inka Orth y Ralph, su marido, acababan de aterrizar en Mallorca aquel 14 de julio y a lo largo del d¨ªa les hab¨ªan llegado las noticias de la lluvia en el valle del Ahr. Su hija, Johanna, acababa de sacarse el diploma de repostera. Ten¨ªa 22 a?os y su sue?o era abrir su propio caf¨¦. Viv¨ªa en una planta baja cerca del r¨ªo. A las 20.15 horas pasaron los bomberos anunciando con altavoces que los vecinos no se metieran en el garaje ni en s¨®tanos. No le resulta f¨¢cil a frau Orth recordar aquella noche, pero la recuerda con precisi¨®n. A las 22.00 horas Johanna se meti¨® en la cama pensando que estaba segura. A las 00.28 horas llam¨® a sus padres. El agua le llegaba a las rodillas. Les dec¨ªa por tel¨¦fono que era imposible abrir la puerta. Los muebles se mov¨ªan. Ellos o¨ªan el p¨¢nico en su voz. Estaba atrapada.
¡°Y entonces la comunicaci¨®n se cort¨®¡±, recuerda la madre de Johanna, ¡°y ya no pudimos hablar m¨¢s con ella para darle ning¨²n consejo¡±. La madre supone que logr¨® salir por una ventana y la corriente la arrastr¨®. El cad¨¢ver apareci¨® en un garaje subterr¨¢neo. ¡°Si Johanna hubiese subido al piso de arriba, se habr¨ªa salvado¡±.
Hay muchos s¨ªes, muchos condicionales, y en Alemania llevan d¨¢ndole vueltas desde entonces. Ha habido una comisi¨®n de investigaci¨®n en el Parlamento del estado federado de Renania-Palatinado, donde se encuentra el valle del Ahr, , y un informe, publicado en agosto, de m¨¢s de 2.000 p¨¢ginas. Se ha denunciado ante la Justicia a uno de los responsables pol¨ªticos. Reportajes como el de la televisi¨®n p¨²blica SWR han reconstruido con todo detalle lo que, durante aquellas horas infaustas, ocurri¨® y lo que, por inexperiencia o ineptitud, se dej¨® de hacer en los despachos del poder. Aunque los equipos de rescate estuvieron presentes desde pronto sobre el terreno, y aunque ¡°no es verdad que no hubiera nadie ah¨ª¡±, como dice una pol¨ªtica ecologista local, ni que el Estado estuviese ¡°ausente¡±, la par¨¢lisis de algunos mandos pol¨ªticos y la descoordinaci¨®n entre administraciones entorpeci¨® la reacci¨®n.
Hac¨ªa d¨ªas que se preve¨ªan lluvias e inundaciones, pero el mismo 14 de julio por la tarde, la ecologista Anne Spiegel dec¨ªa: ¡°Nos tomamos en serio la situaci¨®n, aunque no hay riesgo de inundaciones¡±. Al d¨ªa siguiente, cuando ya se conoc¨ªan las dimensiones del desastre, enviaba un mensaje a un colaborador en el que le advert¨ªa con preocupaci¨®n de que ¡°el blame game [el juego de echarse las culpas unos a otros] podr¨ªa desencadenarse de inmediato¡±. A la ministra se le reproch¨® que, unos d¨ªas despu¨¦s, se marchase cuatro semanas de vacaciones con su familia.
Volviendo a la noche del 14 al 15 de julio: a la 21.42 horas, cuando la situaci¨®n era cr¨ªtica en muchos pueblos del valle, la presidenta de land, la socialdem¨®crata Malu Dreyer, despach¨® as¨ª el asunto en un mensaje al ministro del Interior, Roger Lewentz, de su mismo partido: ¡°?Oigo que el nivel m¨¢s alto de las inundaciones se alcanzar¨¢ ma?ana por la ma?ana? Es realmente feo. ?Est¨¢ Anne [Spiegel] informada, o su gente? Est¨¢ un poco nerviosa¡±. A lo que el ministro del Interior replic¨®: ¡°Cuando sepamos m¨¢s, le informamos ma?ana¡±. La presidenta Dreyer respondi¨®: ¡°OK, buenas noches¡±.
El secretario de Estado de Medioambiente, Erwin Manz, explic¨® a la comisi¨®n de investigaci¨®n que aquella noche, hacia las 23.00 horas, hizo como sol¨ªa: mirar el telediario, ¡°tomarse una cervecita¡± y acostarse. A esas horas, el ¡°tsunami¡± golpeada con furia, y la alarma de cat¨¢strofe todav¨ªa no se hab¨ªa decretado. El responsable de hacerlo era la m¨¢xima autoridad local, el democristiano J¨¹rgen Pf?hler, que ejerc¨ªa de Landrat, una especie de alcalde de alcaldes en el distrito de Ahrweiler, en el valle del Ahr. Los expertos dijeron en la comisi¨®n que habr¨ªa que haber declarado la alarma de cat¨¢strofe a las 18.30, pero no se hizo hasta las 23.09.
Pf?hler es tal vez la figura pol¨ªtica clave en este drama. Alcaldes lo buscaban y ¨¦l estaba ilocalizable. Deleg¨® en otra persona la gesti¨®n del centro de crisis, en el que apareci¨® unos minutos para marcharse despu¨¦s¡°. ?D¨®nde estaba el concejal mientras el valle del Ahr se hund¨ªa?¡±, se preguntaba el Bild Zeitung. El diario sensacionalista apod¨® a Pf?hler el concejal-Porsche, pues varios testigos declararon haberle visto sacar del garaje el autom¨®vil de esta marca, para ponerlo a salvo. El diario acus¨® al pol¨ªtico de no reaccionar a la crisis y, en cambio, tener tiempo ¡°para telefonear 13 veces a su amante¡±.
¡°El Landrat es, en el distrito de Ahrweiler, el m¨¢ximo protector ante las cat¨¢strofes, y no hizo nada¡±, se queja Inka Orth. ¡°Dej¨® a las personas en la estacada¡±.
El intento de llevar a Pf?hler a los tribunales fracas¨®. El fiscal estatal argument¨® que, para aceptar el caso, habr¨ªa sido necesario demostrar ¡°que el da?o personal se habr¨ªa evitado con una probabilidad pr¨®xima a la certeza si se hubiera adoptado una medida o acci¨®n espec¨ªfica¡±. ¡°Seg¨²n los resultados de las investigaciones¡±, dijo, ¡°no puede probarse la existencia de estas condiciones para la responsabilidad penal¡±.
El abogado de la familia Orth, Christian Hecken, ha recurrido, y ha pedido a la fiscal¨ªa general de Renania-Palatinado que se presenten cargos contra los responsables. En un correo electr¨®nico, el abogado de Pf?hler, Olaf Langhanki, denuncia ¡°una aut¨¦ntica cacer¨ªa¡±. ¡°La b¨²squeda de supuestos responsables por la cat¨¢strofe de las inundaciones y sus consecuencias¡±, dice, ¡°era err¨®nea de entrada, porque se trataba de un acontecimiento inevitable y de unas dimensiones nunca vistas¡±.
¡°El Landrat era responsable sobre el terreno y fall¨®¡±, valora por tel¨¦fono Dirk Herber, diputado democristiano en Renania-Palatinado y miembro de la Comisi¨®n de investigaci¨®n. ¡°Pero cuando hay un territorio tan amplio afectado, no se puede dejar en manos de un pol¨ªtico local, sino que el estado federado debe intervenir, y esto no lo hizo el Gobierno regional¡±.
Carl-Bernhard von Heusinger, diputado regional por Los Verdes y miembro de la Comisi¨®n de investigaci¨®n, extrae tres lecciones. La primera, explica a EL PA?S, es que los avisos a la poblaci¨®n llegaron tarde, y esto es atribuible al concejal Pf?hler, ¡°que no estuvo activo en vez de avisar a su gente¡±, quiz¨¢ porque el distrito ¡°carec¨ªa un plan de alarma y evacuaci¨®n¡±, y Pf?hler ignoraba c¨®mo proceder.
La segunda lecci¨®n es que la responsabilidad para la protecci¨®n ante las cat¨¢strofes reca¨ªa en el nivel local, y legalmente el Gobierno regional lo ten¨ªa dif¨ªcil para intervenir. El nivel federal ¡ªes decir, Berl¨ªn¡ª no tiene competencias en la materia y en este tiempo qued¨® fuera del debate.
La tercera lecci¨®n: ¡°Debemos prepararnos para que lo imprevisible ocurra, porque el cambio clim¨¢tico conduce a que los efectos de las inundaciones sea mucho m¨¢s masivos que antes¡±.
En teor¨ªa, la regi¨®n y Alemania est¨¢n mejor preparados. El distrito ultima un plan de emergencias, seg¨²n la cadena SWR. Renania-Palatinado ha creado un centro para la protecci¨®n civil que debe estar activo 24 horas al d¨ªa. Una nueva ley facilitar¨¢ que el Gobierno regional intervenga ante las cat¨¢strofes y no deje todo el trabajo a los municipios. A escala federal, Berl¨ªn y los estados cooperan desde 2022 en un ¡°centro de competencias¡± que podr¨¢ apoyar a las responsables sobre el terreno. Y se ha puesto en marcha el sistema de alerta en tel¨¦fonos m¨®viles.
El concejal Pf?hler est¨¢ jubilado, y dos ministros ¡ªla de Medioambiente y el del Interior¡ª dimitieron. En el valle, la recuperaci¨®n completa parece lejana, y Valencia ha reavivado los recuerdos. ¡°Las masas de agua, todos los autom¨®viles y el barro en las casas, el barro que ha destruido tantos bienes...¡±, dice Inka Orth, la madre de Johanna. ¡°Realmente no pod¨ªa mirar las im¨¢genes de Valencia. Son exactamente las mismas que aqu¨ª¡±.
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