El antisanchismo est¨¢ de fiesta
Los socialistas han perdido toda la iniciativa pol¨ªtica, a merced de una agenda marcada por los tribunales y el estruendo medi¨¢tico
La frustraci¨®n se apoder¨® del PP tras aquellas elecciones en las que todo soplaba a su favor frente a un Gobierno desgastado. La resistencia de los socialistas lleg¨® m¨¢s all¨¢ de lo que cab¨ªa esperar. Contra pron¨®stico, salvaron el envite y retuvieron el poder. Pero su euforia se desvaneci¨® en unos meses. El PP no se resignaba y elev¨® el volumen de la oposici¨®n hasta lo ensordecedor, secundado por un batall¨®n de incansables percusionistas medi¨¢ticos. La derecha dispon¨ªa de munici¨®n poderosa: al partido en el poder comenzaron a crecerle esc¨¢ndalos cada d¨ªa, y los tribunales tomaron un protagonismo de primer orden en la batalla pol¨ªtica. El PSOE se aboc¨® a un calvario. M¨¢s que gobernar, todo su tiempo se escurr¨ªa en defenderse de terribles acusaciones.
Parece que hablamos de hoy, pero todo esto sucedi¨® hace 30 a?os. Constituy¨® la agon¨ªa de lo que entonces se llamaba felipismo, etiqueta que, de modo muy parecido a su trasunto actual del sanchismo, intentaba evocar un modo de hacer pol¨ªtica caracterizado como un compendio de vilezas. Aquello dur¨® tres a?os y acab¨® con la carrera de Felipe Gonz¨¢lez, que, en una iron¨ªa de la historia, hoy sirve de estandarte a los adalides del antisanchismo.
Obviamente, hay diferencias sustanciales entre lo sucedido a mediados de los a?os 90 y el clima de agitaci¨®n de hoy. La principal, la magnitud de los esc¨¢ndalos. Los de entonces eran m¨¢s numerosos y de una gravedad incomparable: terrorismo de Estado (GAL), financiaci¨®n ilegal del PSOE (Filesa), festines cleptoman¨ªacos de prominentes personajes del poder (Luis Rold¨¢n...). Hoy nos encontramos con un esc¨¢ndalo de una gravedad dif¨ªcil de minimizar (el Koldo/?balos) y, tras ¨¦l, un conjunto de nebulosas investigaciones judiciales en las que no se acaba de discernir cu¨¢l es la supuesta materia delictiva. Pero el cuadro general suscita un dej¨¤ v¨² e invita a recuperar aquel dicho de que la historia no se repite, pero rima.
Como entonces, el PSOE encabeza un Gobierno d¨¦bil, a merced del apoyo parlamentario de nacionalistas catalanes y vascos. Y, como entonces, la agenda pol¨ªtica ya no se decide en La Moncloa ni en el Congreso de los Diputados, sino en los tribunales de justicia y las redacciones de los medios. Al igual que hoy se registra un indudable activismo de algunos jueces en sumarios que da?an al Gobierno, en aquel momento se hizo c¨¦lebre un grupo de fiscales de la Audiencia Nacional, conocidos como los ¡°indomables¡±, abiertamente hostiles al Ejecutivo.
Un simple inventario de lo sucedido la ¨²ltima semana, previa al Congreso Federal del PSOE, muestra c¨®mo Pedro S¨¢nchez y los suyos est¨¢n viviendo al albur de decisiones judiciales. Tanto es as¨ª que han sido esas actuaciones las que han desencadenado la dimisi¨®n fulminante del hasta ahora l¨ªder del PSOE madrile?o, Juan Lobato. El jueves 21, se conoci¨® la explosiva declaraci¨®n del empresario V¨ªctor de Aldama. El lunes 25, el magistrado del Tribunal Supremo ?ngel Hurtado, que investiga la presunta filtraci¨®n de secretos del fiscal general del Estado, llam¨® a declarar, con una celeridad inusitada, a Lobato tras leer ese mismo d¨ªa una informaci¨®n en Abc en la que este parec¨ªa implicar en el caso a un alto cargo de La Moncloa. Tambi¨¦n el lunes se hac¨ªa p¨²blico un informe de la UCO de la Guardia Civil que otorga al m¨¢ximo responsable del ministerio p¨²blico, ?lvaro Garc¨ªa Ortiz, un papel ¡°preeminente¡± en la filtraci¨®n de documentos sobre la investigaci¨®n fiscal al novio de Isabel D¨ªaz Ayuso. El mi¨¦rcoles, una jueza de Badajoz llamaba a declarar como imputados a David S¨¢nchez, hermano del presidente, y al l¨ªder del PSOE extreme?o. El jueves, el juez Juan Carlos Peinado citaba a una asesora de La Moncloa por el caso de Bego?a G¨®mez. El viernes, Lobato, ya dimitido, acud¨ªa al Supremo. Por el medio, Aldama conced¨ªa entrevistas y varios medios publicaban filtraciones de conversaciones privadas del mismo fiscal acusado de filtrar. Mientras, el PP hac¨ªa desfilar por la comisi¨®n de investigaci¨®n del caso Koldo en el Senado a tres ministros, en citas calculadamente se?aladas para las v¨ªsperas del congreso socialista. ¡°Una sincronizaci¨®n de cron¨®metros¡±, ironiz¨® el senador de ERC Joan Queralt.
El fest¨ªn del antisanchismo ha sido apote¨®sico. El PP conclu¨ªa la semana con un comunicado ¡ªahora se le llama ¡°declaraciones de fuentes¡±¡ª burl¨¢ndose del congreso socialista bajo el t¨ªtulo ¡°Minuto e imputado¡±. ¡°No hay tregua. Todos los d¨ªas un esc¨¢ndalo¡±, proclama Alberto N¨²?ez Feij¨®o con gesto estudiadamente grave, mientras los suyos destilan euforia. Entre la opini¨®n conservadora se especula ya con la posible imputaci¨®n del presidente y se trata de poner fecha al fin del sanchismo (cierto que algunos llevan a?os certific¨¢ndolo). En el Parlamento, el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, manifiesta que solo se conformar¨ªa con verlo en la c¨¢rcel. M¨¢s comedida, la popular Cayetana ?lvarez de Toledo ilustra al hemiciclo: ¡°Un presunto delincuente [Aldama] tiene m¨¢s credibilidad que un presidente. Claro que se trata de un presidente presunto¡±.
La n¨²mero dos del Gobierno y del partido, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, insist¨ªa este viernes a su llegada al congreso de Sevilla en que los socialistas est¨¢n ¡°tranquilos¡±. Es la manera que han encontrado de asegurar que al final se demostrar¨¢ la falsedad de las acusaciones. Aunque as¨ª fuera, el trecho hasta entonces se presume largo. En ¨¦l se atisban pocas se?ales tranquilizadoras para el PSOE. S¨¢nchez ha perdido por completo la iniciativa y el control de la agenda pol¨ªtica. Y nada indica que se pueda trastocar radicalmente a corto plazo. Entre otras cosas porque depende de agentes que escapan a la voluntad del Ejecutivo: los tribunales y los medios, dos instancias que se retroalimentan.
Seguir en las redes sociales al portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, es como abonarse a una revista de prensa del antisanchismo. No hay imputaci¨®n de cualquier tropel¨ªa al Gobierno de la que no se haga eco Tellado, con independencia del medio que lo publique y de su veracidad. El hombre de confianza de Feij¨®o lo expres¨® semanas atr¨¢s con claridad ante los micr¨®fonos de Federico Jim¨¦nez Losantos (un veterano de las batallas de los 90): ¡°Nuestra obligaci¨®n es acabar con este Gobierno lo antes posible y lo vamos a hacer con todos los medios a nuestro alcance¡±. Estas ¨²ltimas palabras traen a la memoria a Luis Mar¨ªa Anson, exdirector de Abc, quien, a?os despu¨¦s de la ofensiva contra Gonz¨¢lez, confes¨® que ¡°se roz¨® la estabilidad del Estado¡± y se excus¨®: ¡°No hab¨ªa manera de vencerlo con otras armas¡±.
Otro que sigue ah¨ª tres d¨¦cadas despu¨¦s es Miguel ?ngel Rodr¨ªguez. Hoy en un papel m¨¢s secundario, aunque suficiente para anunciar con antelaci¨®n decisiones judiciales o amenazar al fiscal del Estado sin que nadie le tosa. Hasta ha acu?ado un grito de guerra: ¡°Pa¡¯lante¡±.
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