EH Bildu, de recurso inc¨®modo a aliado fiel
La izquierda ¡®abertzale¡¯ se consolida como un s¨®lido apoyo para S¨¢nchez en el Congreso
El socialista Jos¨¦ Bono cuenta en sus memorias que en 2011 ensay¨® con el rey Juan Carlos c¨®mo deb¨ªa comportarse este en una recepci¨®n prevista con Mikel Errekondo, representante de la izquierda abertzale en Madrid. Bono asegura que adiestr¨® al monarca para que estrechase la mano del diputado de lo que entonces se llamaba Amaiur manteniendo siempre ¡°un gesto grave¡±. Ocho a?os despu¨¦s, cuando la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, se hicieron por primera vez una foto con los representantes de EH Bildu, el m¨¦todo Bono segu¨ªa vigente. Ambos posaron con gesto tan grave ¡°que hasta parec¨ªa a prop¨®sito¡±, recuerda la portavoz de los abertzales en el Congreso, Mertxe Aizpurua.
Meses m¨¢s tarde, en pleno confinamiento por la covid y con el Gobierno buscando apoyos para prolongar el estado de alarma, Lastra volvi¨® a reunirse con EH Bildu, esta vez sin foto. A cambio de su apoyo, se comprometi¨® a derogar ¡°de manera ¨ªntegra¡± la reforma laboral del PP. La escandalera fue tal que los socialistas rectificaron a las pocas horas. Hoy, al Gobierno no le importa arrostrar las cr¨ªticas de la derecha y pactar con la formaci¨®n independentista vasca la derogaci¨®n de otra emblem¨¢tica norma de los a?os de Mariano Rajoy, la llamada ley mordaza. Y dejar que sean Aizpurua y su compa?ero Jon I?arritu quienes den cuenta del acuerdo.
En octubre de 2023, el propio Pedro S¨¢nchez, en plenas negociaciones para su investidura, se reuni¨® por primera vez con Aizpurua. Las manos ya se estrecharon entre sonrisas. En el nutrido inventario de ¡°cambios de opini¨®n¡± del l¨ªder socialista, las relaciones con los abertzales ocupan un lugar de honor. En 2015, en una entrevista en Navarra TV mil veces recordada por sus detractores, lleg¨® a afirmar: ¡°Con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo repito cinco veces o veinte¡±.
Si un analista pol¨ªtico despertase hoy tras un sue?o de una d¨¦cada, se asombrar¨ªa al comprobar que los continuadores de la desaparecida Converg¨¨ncia cultivan la dial¨¦ctica rupturista, mientras los herederos de la antigua Batasuna participan plenamente de los usos de la pol¨ªtica institucional. Un repaso a las votaciones en el Congreso muestra que S¨¢nchez no ha tenido aliados m¨¢s fieles que los dos grupos soberanistas vascos. Y ¨²ltimamente la formaci¨®n que comanda Arnaldo Otegi, con seis valiosos diputados, por delante incluso del PNV.
Con el tiempo se ha ido creando ¡°un clima de respeto y confianza¡±, se?ala la portavoz de los abertzales, desde que en 2020 estos se limitaran a abstenerse en la anterior investidura de S¨¢nchez. Tras las generales del 23-J, Otegi apenas tard¨® unas horas en anunciar el apoyo al l¨ªder socialista. En la actual legislatura sus diputados solo han dejado de votar con el Gobierno en contadas ocasiones y nunca en asuntos de gran relevancia. Una actitud que reconocen en privado tanto en el PSOE como en Sumar. ¡°Tienen una estrategia muy clara para su plena normalizaci¨®n y de ella no se separan¡±, comenta uno de sus interlocutores en el socio minoritario del Ejecutivo. ¡°Vienen sobre todo con una agenda social y no tienen prisa¡±. La competencia con el PNV, m¨¢s visible en el Congreso tras las ¨²ltimas elecciones vascas en las que Bildu roz¨® el sorpasso, obliga al Gobierno a uno de esos complicados juegos de compensaciones con sus aliados. ¡°Pero no es como la pelea entre Junts y ERC. Los vascos son m¨¢s maduros¡±, concluye la misma fuente. Lo que no quita los ataques del PNV a la nueva posici¨®n de sus rivales en el campo nacionalista. ¡°Van a votar hasta ¡®viva la Guardia Civil¡¯ si hace falta¡±, ironizaba el portavoz peneuvista, Aitor Esteban, en una entrevista con EL PA?S en septiembre.
¡°Nosotros no entramos en ese juego tan en boga de utilizar determinados posicionamientos pol¨ªticos como arma de presi¨®n y de cara a los medios¡±, declara Aizpurua. ¡°No jugamos a sorprender a nadie. Tenemos un criterio sobre lo que se debe hacer en cada caso y as¨ª votamos. Somos claros¡±. Con todo, su balance no pasa de ¡°agridulce¡±. Echa en falta ¡°m¨¢s valent¨ªa en el Gobierno¡±, como en lo sucedido recientemente con el paquete fiscal. Su formaci¨®n, junto a ERC y BNG, se sinti¨® ignorada despu¨¦s de que el Ejecutivo pactase con Junts y PNV suprimir el impuesto a las energ¨¦ticas. La exigencia de estas tres formaciones de la izquierda soberanista ha obligado al Gobierno a promulgar un decreto recuper¨¢ndolo, aunque todo indica que no pasar¨¢ el filtro del Congreso.
Aizpurua se muestra comprensiva con las dificultades del Ejecutivo: ¡°Tiene que hacer equilibrismo. Si nadie [entre los socios] consigue todo lo que quiere, todos nos quedamos con un poco de frustraci¨®n. Pero no hay otra¡±. Cree que el Gobierno deber¨ªa intentar una estrategia distinta: en lugar de buscar acuerdos con cada partido por separado, negociar pactos globales con los flancos a la derecha y a la izquierda de toda su base parlamentaria.
Una de las cuestiones m¨¢s llamativas de la pol¨ªtica de EH Bildu en el Congreso ha sido su voluntad de poner el acento en cuestiones sociales y econ¨®micas por encima de las identitarias. Eso ha conferido gran protagonismo a su portavoz en estos temas, Oskar Matute. Las cr¨ªticas frecuentes de la oposici¨®n contra los acuerdos entre el Gobierno y los abertzales suelen centrarse en los acercamientos de presos etarras al Pa¨ªs Vasco. Aizpurua rebate: ¡°Nosotros lo ¨²nico que pedimos es que se cumpla la legalidad vigente. Y cumplir la ley es acabar con la dispersi¨®n y que los presos est¨¦n cerca de sus familias¡±.
En octubre pasado, el Gobierno se vio envuelto en una gran polvareda por la ley que, en adaptaci¨®n de una directiva europea, permite contabilizar los a?os pasados en c¨¢rceles del extranjero como parte de las penas cumplidas. De ese modo, condenados por terrorismo pueden ver reducido su tiempo de estancia en prisi¨®n. La derecha reaccion¨® escandalizada, aunque el asunto qued¨® mitigado porque tanto PP como Vox hab¨ªan votado a favor de la norma, seg¨²n ellos, al no haber reparado en sus consecuencias.
Por mucho que la oposici¨®n recupere peri¨®dicamente el recuerdo de ETA, en la parte socialista del Gobierno consideran que el desgaste por los acuerdos con los abertzales ya est¨¢ descontado. Lo subraya un ministro: ¡°Bildu est¨¢ haciendo lo que nos pasamos a?os pidi¨¦ndoles: pol¨ªtica¡±.
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