La Comunidad Valenciana, en la estela del ¡®Katrina¡¯
El Banco de Espa?a certifica el fin de los cuellos de botella de la dana, pero persisten necesidades extremas y urge acelerar el ritmo de las ayudas
La severa par¨¢lisis de la producci¨®n y el comercio que caus¨® inicialmente la dana queda atr¨¢s. Pero persisten los efectos de la cat¨¢strofe, y se mantendr¨¢n durante tiempo considerable. Este es la s¨ªntesis del diagn¨®stico que emerge de la informaci¨®n manejada y actualizada diariamente por el Banco de Espa?a, sobre un amplio n¨²mero de datos de la econom¨ªa valenciana. Y especialmente, sobre la zona cero de la gran riada.
Aunque con menor intensidad, el tsunami valenciano ha seguido la pauta evolutiva del terrible y legendario hurac¨¢n estadounidense Katrina: o sea, el ritmo de dificultoso retorno a la actividad. Aquel desastre caus¨® en 2005 m¨¢s de 1.800 muertos (frente a los 223 en la dana), unos da?os materiales por valor de 81.000 millones de d¨®lares (un m¨ªnimo de 15.000 millones en Valencia), y redujo la poblaci¨®n de Nueva Orleans, 400.000 habitantes, a la mitad, aunque a?os despu¨¦s se recuper¨® (lo que no ha ocurrido en el cintur¨®n industrial levantino).
Pues bien, el gran estancamiento dur¨® los primeros 21 d¨ªas. El ¨ªndice de paralizaci¨®n de la econom¨ªa de la zona ¨Dmedido en cuellos de botella de los suministros¨D provocada por el Katrina super¨® los 275 puntos; el de la dana, ha rebasado los 200 (ver gr¨¢fico 1, Banco de Espa?a). La fase m¨¢s fuerte (entre 200 y 250 puntos) en Nueva Orleans se produjo del d¨ªa decimotercero al decimonoveno. La de Valencia, entre el decimotercero y el decimos¨¦ptimo. Luego, la actividad se reinici¨® r¨¢pidamente. Al cabo de tres semanas de iniciarse, traspasaba hacia abajo la l¨ªnea de 50 puntos, en un ritmo de rehabilitaci¨®n similar al norteamericano. Se trata pues de un shock s¨²bito y rompedor, pero que en su pico m¨¢s tr¨¢gico resulta acotado en el tiempo. Claro que esa variaci¨®n no ha sido uniforme entre todas las poblaciones y comarcas. Costar¨¢ meses hasta que la ¨²ltima poblaci¨®n rezagada vuelva por sus fueros: en actividad, reparaci¨®n de las viviendas, infraestructuras, maquinaria productiva y poder adquisitivo. Y algunos efectos, como el trauma psicol¨®gico generalizado, solo se ir¨¢n aquilatando y digiriendo a medio y largo plazo.
Otros impactos, como el de la circulaci¨®n financiera, que es la sangre en el cuerpo de la econom¨ªa en una comunidad, quedaron menos tocados, de momento. La exposici¨®n total de la zona cr¨ªtica al cr¨¦dito alcanza los 20.584 millones de euros, solo un 1,8% del total espa?ol (gr¨¢fico 2). Quiz¨¢ poco en porcentaje, mucho en n¨²mero, pues abarca en uno u otro grado a m¨¢s de medio mill¨®n de hogares y a 26.681 empresas no financieras, parte esencial del coraz¨®n de bombeo de la econom¨ªa valenciana, una de las potencias industriales espa?olas, con Catalu?a, Euskadi y Madrid (gr¨¢fico 2).
El nivel de da?os directos se ha ido absorbiendo, a tenor del descenso del n¨²mero de sucursales bancarias inutilizadas (¡°no operativas¡±, en el lenguaje m¨¢s as¨¦ptico del banco central). Hay 298 oficinas en la zona m¨¢s castigada. Una semana despu¨¦s de la dana (a 5 de noviembre) 63 de ellas estaban inservibles; aumentaron a 70 a la segunda semana por culpa de la segunda dana, y se fueron reactivando sin pausa hasta quedar inactivas solo 18, el 6%, por Navidad. El n¨²mero de moratorias otorgadas por los bancos a clientes con dificultades de atender sus amortizaciones de cr¨¦dito se ha ido incrementando, aunque de forma no exponencial: desde las 10.960 de principio de diciembre a las 16.0243, de vigilias navide?as, por un importe medio de 45.680 euros. Significativamente, dos tercios corresponden a hogares, y el tercio restante, conjuntamente a empresas y aut¨®nomos (cada segmento, en el filo de 2.560 afectados): eso sugiere que las principales asfixias recaen, y recaer¨¢n, m¨¢s gravosamente en las familias: un miniuniverso social especialmente vulnerable, como lo retrata el hecho de que en ese cintur¨®n industrial 309.836 personas estaban acogidas en diciembre al ingreso m¨ªnimo vital, seg¨²n datos de la delegada del Gobierno, Pilar Bernab¨¦.
La salvaci¨®n de los ingresos salariales o parasalariales ha debido mucho a los ERTE, arma temporal de conservaci¨®n de empleos desplegada en la pandemia: en el primer mes se solicitaron para m¨¢s de 30.000 trabajadores (gr¨¢fico 5, Ministerio de Trabajo). Los ya registrados alcanzaron su pico a principio de diciembre, tras un mes de evaluaci¨®n de da?os y necesidades por las empresas. Y lo esperanzador es que desde entonces se observa una tendencia levemente descendente (gr¨¢fico 6, Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones). Los desaf¨ªos actuales estriban en que a diferencia de lo acontecido con el covid, durante el cual la maquinaria y otros activos productivos quedaron preservados, esta vez han salido muy da?ados; y que entonces, todas las empresas quedaron en la inactividad m¨¢s o menos por igual, mientras que ahora las afectadas solo son una parte (2.882), aunque significativa, y al final del ERTE afrontar¨¢n la eventualidad de que las competidoras hayan absorbido su clientela habitual.
Otra comparaci¨®n sugerente es la de las reclamaciones al Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros con las peticiones de avales al Instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO). Las reclamaciones al seguro pasaron de m¨¢s de 19.000 a principios de noviembre a superar las 35.000 a mitad de diciembre, casi se duplicaron. Mientras que las solicitudes de avales se sextuplicaron en plazo m¨¢s breve, entre las 256 del 10 de noviembre, y las 1581 el 29 del mismo mes El dato es alentador porque aunque ambas l¨ªneas suponen financiaci¨®n, la apelaci¨®n a los seguros ilustra el rescate desde los da?os pasados; mientras que el nuevo cr¨¦dito enfatiza las inversiones futuras.
Todos estos datos apuntan a que, como ha destacado el supervisor (EL PA?S, 2 de enero), ¡°las pol¨ªticas mitigadoras est¨¢n surtiendo efecto¡±. En efecto, no parece que las ayudas programadas sean de momento insuficientes. Solo contando las previstas del Gobierno superan los 16.600 millones, seg¨²n la web Info-Dana de La Moncloa, a las que deben a?adirse las del Consell valenciano. Mientras que una parte sustancial de los da?os, los correspondientes a la destrucci¨®n de activos empresariales ¡ªaparte de infraestructuras, viviendas y perjuicios a hogares¡ª, superar¨¢n los 15.000 millones, estima Francisco P¨¦rez, el economista valenciano de referencia (El impacto econ¨®mico real que tendr¨¢ la dana, EL PA?S, 30 de diciembre). Aunque apunte a una tendencia probable al alza. El principal problema, sobre el que abundan las cr¨ªticas, estriba en su ritmo de despliegue, que los afectados perciben como lento.
Dos meses despu¨¦s del desastre, conviene coger los datos de las ayudas con papel de fumar. Y su asignaci¨®n y despliegue, con prudencia milim¨¦trica. Pero lo que sufren la desgracia en carne propia no pueden permitirse este lujo. De hecho, es imposible saber cu¨¢nto dinero p¨²blico se ha destinado (y ha llegado) a la zona. No solo porque en buena medida est¨¢ en tr¨¢mite, siguiendo las garant¨ªas burocr¨¢ticas, enojosas pero exigibles (?y acelerables?) para evitar malversaciones de recursos p¨²blicos. Sino tambi¨¦n porque muchos flujos dependen de distintos organismos, que o tardan en informar o a¨²n no han desagregado los desembolsos.
Si nos centramos en las ayudas directas (para personas, enseres, urgencias), la Generalitat valenciana incluy¨® las suyas en un compromiso global de 1.320 millones de euros ¡ªen parte financiado por 700 millones del Fondo de Liquidez Auton¨®mico, concedidos por el Gobierno central¡ª, de los que se han abonado 210 millones, seg¨²n afirm¨® la vicepresidenta Susana Camarero, el 30 de diciembre de 2024: tambi¨¦n abarca ayudas a ayuntamientos (62 millones, de los que 7 han sido liquidados), al tejido productivo (53 millones) y a los aut¨®nomos con trabajadores a su cargo (40 millones).
Por su parte, La web de La Moncloa detalla que, a 2 de enero de 2025, el Gobierno central ha desembolsado directamente algo m¨¢s de 1.072 millones: 42 millones en ayudas por da?os personales, y anticipos, de Interior (exentos de IRPF); los 282 millones de Hacienda a inyecciones directas para aut¨®nomos y empresas; y los 741 millones del Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros, sin contar los picos.
Ese subtotal no incluye los 380 millones movilizados para reparar infraestructuras, ni las garant¨ªas del ICO, becas a estudiantes, apoyos agr¨ªcolas, oferta de alimentaci¨®n de Mercasa, las compensaciones prometidas a los ayuntamientos y los sustanciales apoyos de la Seguridad Social¡ Ni las ayudas por v¨ªa no de m¨¢s gasto p¨²blico, sino de menor ingreso, a saber, las deducciones y exenciones tributarias: reducci¨®n de m¨®dulos de aut¨®nomos, cuotas del IVA, IBI e IAE, exenciones de tasas administrativas (carnets, papeleo oficial vario). Todo ello est¨¢ integrado en una envolvente prevista, a disponer, por el importe global de 16.600 millones.
Que ¡°la reconstrucci¨®n de la vida de las personas y de las empresas no suponga pagar impuestos¡±, postula la Asociaci¨®n Valenciana de empresarios, AVE ¡ªpor boca de su secretario general, Diego Lorente¡ª, para mejorar las ayudas paliativas y tambi¨¦n¡ su rapidez. Eso se traducir¨ªa en la exenci¨®n total a las familias afectadas del IVA en todos los enseres que deban adquirir por culpa de la gran riada, y que ¡°a toda la solidaridad, en forma de donaciones, se le exima de tributaci¨®n para el propietario¡±, un objetivo al alcance de la administraci¨®n auton¨®mica. Lo que se acompa?a de una reivindicaci¨®n muy transversalmente sentida: la mayor y ¡°mejor coordinaci¨®n de todas las administraciones¡± en presencia.
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