La revalorizaci¨®n de las pensiones y el escudo social ponen a prueba el apoyo de Junts
El PP insin¨²a que no respaldar¨¢ en el Congreso el decreto ¨®mnibus y los de Puigdemont mantienen la inc¨®gnita
Junts ha roto por ahora todas las ¡°negociaciones sectoriales¡± con el Gobierno, pero Carles Puigdemont asegur¨® el pasado viernes que su partido tampoco se instalar¨¢ en la ¡°trinchera del no¡± en el Congreso. La primera prueba de su actitud llegar¨¢ este mi¨¦rcoles con el pleno que inaugura el a?o en la C¨¢mara, convocado con car¨¢cter extraordinario para abordar la convalidaci¨®n de tres decretos, uno de ellos de los llamados ¨®mnibus, que incluye la revalorizaci¨®n de las pensiones para 2025 y un nutrido conjunto de medidas sociales.
De los tres decretos a examen parlamentario, en uno de ellos est¨¢ asegurada la derrota del Gobierno. Ah¨ª no hay dudas sobre qu¨¦ har¨¢ Junts y tambi¨¦n el PNV: votar¨¢n junto a la derecha nacional contra el intento de prolongar un a?o m¨¢s el impuesto especial a las grandes energ¨¦ticas. Se trata de un rev¨¦s descontado y hasta casi pactado por el Ejecutivo, que se vio obligado a aprobar el decreto en el ¨²ltimo Consejo de Ministros del a?o por exigencias de la izquierda soberanista, ERC, EH Bildu y BNG. Estas tres formaciones tambi¨¦n dan por hecha la derrota, pero pretenden de ese modo ¡°retratar¡± a Junts y PNV, los grupos que presionaron para retirar el impuesto vigente hasta final del pasado a?o.
Otro de los decretos saldr¨¢ adelante de forma holgada, aunque en circunstancias un tanto peculiares. Se trata del que incorpora la reforma de las pensiones pactada entre sindicatos y patronal. En este caso son los partidos m¨¢s a la izquierda quienes rechazan algunas medidas, sobre todo los incentivos contemplados para mantener la actividad m¨¢s all¨¢ de la edad de jubilaci¨®n. Junts no se ha pronunciado, pero aqu¨ª su voto no es necesario. El inusual colch¨®n de seguridad del Gobierno lo proporciona esta vez el PP. Su l¨ªder, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ya anunci¨® que votar¨¢ favorablemente al tratarse de un acuerdo entre los agentes sociales. En la ¨¦poca de Pablo Casado, los populares se opusieron a la reforma laboral a pesar de que tambi¨¦n la hab¨ªan pactado las centrales sindicales mayoritarias y los empresarios.
La inc¨®gnita est¨¢ en el tercer decreto que se someter¨¢ al refrendo parlamentario y que abrir¨¢ el debate este mi¨¦rcoles. En ¨¦l est¨¢n en juego cuestiones de gran relevancia, como la actualizaci¨®n de las pensiones conforme al IPC del ¨²ltimo a?o (2,8%). Se trata de uno de esos llamados decretos ¨®mnibus, muy prodigados por este Gobierno y a menudo controvertidos porque juntan materias extraordinariamente heterog¨¦neas. Los grupos los interpretan a menudo como una artima?a para obligarles a apoyar cuestiones de las que discrepan diluy¨¦ndolas en un caj¨®n de sastre con otras medidas a las que resulta muy dif¨ªcil oponerse, como en este caso la revalorizaci¨®n de las pensiones.
El decreto que se vota ahora en el Congreso es prolijo: 101 art¨ªculos, cinco disposiciones adicionales, una transitoria, otra derogatoria, 15 finales y dos anexos. Y ah¨ª cabe de todo. Se prorrogan medidas adoptadas a ra¨ªz de la guerra de Ucrania como las bonificaciones a los usuarios del transporte p¨²blico o la suspensi¨®n de los desahucios y los cortes de suministros b¨¢sicos a familias vulnerables. Tambi¨¦n se prolongan ayudas para damnificados por el volc¨¢n de La Palma o las deducciones fiscales para fomentar mejoras energ¨¦ticas en viviendas y veh¨ªculos. Se perfilan normas en favor de ayuntamientos y empresas afectadas por la dana. O se incluye una transferencia de 4,5 millones de euros a Ceuta para los gastos de acogida de menores inmigrantes, entre otros muchos acuerdos.
¡°?C¨®mo se va a oponer nadie a todo esto?¡±, responden en el Gobierno cuando se les pregunta si tienen los apoyos confirmados. Lo cierto es que Junts no se manifiesta por ahora. Y aunque el PP evita adelantar el sentido de su voto, fuentes de la direcci¨®n popular justifican la posibilidad de no respaldarlo, pese a las medidas sociales que contiene, lo que sugiere que se inclinan por dejarlo caer. Los populares argumentan que el Gobierno ¡°intenta camuflar decisiones inexplicables, como regalarle un palacete al PNV, con otras de cierta racionalidad¡±. Y a?aden que si el Ejecutivo quisiera su apoyo, tramitar¨ªa ¡°de otra forma¡± esas medidas, separ¨¢ndolas de la ¡°transacci¨®n inmobiliaria¡± para los peneuvistas.
Se refiere el PP a la recuperaci¨®n por parte del PNV de un inmueble de 1.309 metros cuadrados en Par¨ªs, un palacete en pleno centro, en el n¨²mero 11 de la avenida Marceau, cerca de los Campos El¨ªseos y de la torre Eiffel, que hoy funciona como una de las dos sedes del Instituto Cervantes en la capital francesa y que al partido vasco le fue incautado por el franquismo. El Gobierno aprob¨® en un decreto el pasado 24 de diciembre el traspaso de este inmueble al PNV, atendiendo una vieja reivindicaci¨®n de la formaci¨®n nacionalista. En el acuerdo se estipula que partir del 1 de enero de 2025, el Instituto Cervantes deber¨¢ abonar una ¡°renta de mercado¡± al grupo vasco para seguir ocupando el inmueble hasta 2030.
Los populares, que desde hace tiempo mantienen frecuentes choques con el PNV, socio de anteriores gobiernos suyos, rechazan ese pacto. Los peneuvistas argumentan que el edificio fue comprado por militantes suyos que cedieron su uso al Gobierno vasco durante la Rep¨²blica. Tras la ocupaci¨®n nazi, fue entregado a los franquistas y una sentencia judicial de la ¨¦poca permiti¨® a la dictadura retenerlo.
El PP subraya tambi¨¦n que Feij¨®o ya advirti¨® a S¨¢nchez de que no le buscara cuando sus socios le fallasen y aconseja al PSOE que se dedique a hablar con Junts para salvar el decreto. Pero los independentistas han suspendido cualquier negociaci¨®n sectorial con el Gobierno en tanto no se celebre una reuni¨®n de ambas partes en Suiza para abordar la exigencia de Puigdemont de que Pedro S¨¢nchez se someta a una cuesti¨®n de confianza, rechazada de plano por el presidente. Lo que no quiere decir, ha matizado el l¨ªder de Junts, que sus siete diputados vayan a votar no de forma sistem¨¢tica. La estrategia de los populares es, precisamente, intentar que el Ejecutivo sufra nuevas derrotas parlamentarias con el fin de desgastarlo y asentar la idea de que no tiene mayor¨ªa para gobernar.
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