Al rescate del h¨¦roe an¨®nimo de ¡®la desband¨¢¡¯, una de las mayores matanzas de la Guerra Civil
Un jubilado de Ja¨¦n recupera la figura de su t¨ªo abuelo, el carabinero Lucas Mill¨¢n, cuya ¡°feroz resistencia¡± aminor¨® el ataque fascista a las 300.000 personas que en 1937 huyeron de M¨¢laga a Almer¨ªa
A Lucas Mill¨¢n G¨®mez, un oficial del cuerpo de carabineros que permaneci¨® fiel a la II Rep¨²blica hasta el ¨²ltimo d¨ªa de su vida, lo sentenci¨® un tribunal militar en un consejo de guerra sumar¨ªsimo donde, a falta de otras pruebas m¨¢s evidentes, se le acus¨® de ¡°ser persona republicana y muy de izquierdas¡±. Fue condenado a muerte por un delito de rebeli¨®n militar ¡°por oponer feroz resistencia¡± con su unidad al avance de las tropas franquistas durante la desband¨¢, uno de los pasajes m¨¢s cruentos de la Guerra Civil. En febrero de 1937, unas 300.000 personas emprendieron la huida a pie por la carretera de la costa que une M¨¢laga con Almer¨ªa y se calcula que 6.000 civiles murieron en el ataque, por tierra, mar y aire, de las tropas franquistas y sus aliados internacionales. Un sobrino nieto de Mill¨¢n, Miguel L¨®pez Mart¨ªnez, ha recuperado la figura de su t¨ªo abuelo tras sumergirse durante miles de horas en archivos civiles y militares.
Miguel L¨®pez, que tambi¨¦n fue militar, quiso durante muchos a?os tener un conocimiento m¨¢s exhaustivo de su pariente, que fue fusilado el 31 de agosto de 1937 cuando ten¨ªa 51 a?os. Tras su jubilaci¨®n, L¨®pez ha rastreado los archivos y ha conseguido sacar a la luz documentos que revelan el hero¨ªsmo de este fiel carabinero republicano. Destaca sobremanera el fallo del consejo de guerra constituido en la plaza militar de Granada y que lo conden¨® a la pena de muerte. A Lucas Mill¨¢n se le acus¨® de ¡°oponer feroz resistencia con su unidad al avance de las tropas del Ej¨¦rcito nacional¡±, ¡°mantener la disciplina de su unidad, alentando el esp¨ªritu de resistencia y combate de sus compa?eros, los cuales permanecieron junto a ¨¦l luchando en primera l¨ªnea de fuego, cuando ya el grueso de combatientes republicanos se hab¨ªan declarado en retirada¡±, ¡°no pasarse al bando nacional ni hacer gestiones para pasarse cuando tuvo ocasi¨®n de hacerlo¡± as¨ª como ¡°negarse a cooperar en las filas franquistas, alegando que hab¨ªa jurado lealtad a un gobierno republicano legalmente constituido¡±.
Lucas Mill¨¢n, que tras el alzamiento del 36 particip¨® activamente para sofocar a las facciones sublevadas en varias poblaciones de la costa granadina, lider¨® las tropas del llamado frente sur republicano que acab¨® sucumbiendo la tarde del 10 de febrero de 1937 tras la entrada de la vanguardia franquista en Motril (Granada). No pudo evitar la cruel y a¨²n inexplicada matanza de civiles (ni?os y mujeres, sobre todo), pero su comportamiento heroico sirvi¨® para aminorar el parte de da?os. De hecho, fue se?alado por las tropas fascistas como uno de los principales iconos de la resistencia republicana. ¡°Su sacrificio o hero¨ªsmo, junto al de los dem¨¢s combatientes que permanecieron junto a ¨¦l, no fue in¨²til. La resistencia de estos hombres no solo sirvi¨® de una gran ayuda a los heridos y extenuados que, ametrallados por tierra y mar, iban llegando por la ca¨ªda de M¨¢laga, sino que adem¨¢s se gan¨® un tiempo esencial y muy necesario desde el punto de vista estrat¨¦gico militar, que permiti¨® al Estado Mayor del Ej¨¦rcito Popular Republicano desplazar al lugar a la 6? Brigada Mixta. Esto permiti¨® taponar la brecha fascista e hizo que Almer¨ªa fuera una de las ¨²ltimas capitales espa?olas en rendirse al ej¨¦rcito sublevado¡±, comenta L¨®pez Mart¨ªnez, originario, como Mill¨¢n, de una peque?a aldea de Segura de la Sierra (Ja¨¦n).
Tras la ca¨ªda de la capital de M¨¢laga, Mill¨¢n se encontraba con sus tropas en Motril. Apenas ten¨ªan armamento ligero y algunas ametralladoras y no llegaban los refuerzos militares que hab¨ªan reclamado desesperadamente. ¡°A pesar de todo, estos carabineros permanecieron disciplinadamente en sus posiciones resistiendo los bombardeos que recib¨ªan por mar y aire y ayudando a la riada de personas que llegaban despavoridas por la carretera de la muerte¡±, indica L¨®pez. Y a?ade: ¡°Para empeorar las cosas, el r¨ªo Guadalfeo hab¨ªa aumentado considerablemente su caudal y esto, unido a que el puente que lo cruza est¨¢ inservible por el efecto de los bombardeos, hace que la ciudad se convierta en una ratonera para el personal que viene huyendo, teniendo que cruzar el r¨ªo en muchos casos a nado y a costa de perderse muchas vidas¡±.
Finalmente, y ante la superioridad militar del bien equipado ej¨¦rcito fascista liderado por el oficial italiano Mario Roatta y del ej¨¦rcito expedicionario africano al frente del cual estaba Francisco de Borb¨®n, duque de Sevilla, el frente sur republicano comandado por Lucas Mill¨¢n acab¨® cediendo el 10 de febrero de 1937. Hubo muchas bajas y muchos prisioneros. L¨®pez interpreta que el hecho de que su t¨ªo abuelo no fuera fusilado in situ sino seis meses m¨¢s tarde se debi¨®, posiblemente, a que las primeras tropas que tomaron Motril eran de italianos ¡°y estos siempre fueron m¨¢s respetuosos con la vida de los prisioneros de guerra que los propios espa?oles llamados nacionales¡±.
Sostiene L¨®pez que la conducta del militar jiennense hace honor al lema del cuerpo de carabineros al que pertenec¨ªa: ¡°Moralidad, lealtad, valor y disciplina¡±. Su hoja de servicios, tanto en el Ej¨¦rcito como en los carabineros, fue impecable y le fueron concedidos varios premios a lo largo de su carrera militar, entre ellos la Medalla del Homenaje en atenci¨®n a sus m¨¦ritos, conducta y constancia en el servicio que le concedi¨® el Gobierno de Miguel Primo de Rivera.
En cuanto a su vida civil, L¨®pez destaca el compromiso de Mill¨¢n con los m¨¢s necesitados. Junto a su hermano Ram¨®n, que ostent¨® un cargo pol¨ªtico durante la II Rep¨²blica, promovi¨® la construcci¨®n en la aldea de R¨ªo Madera del edificio conocido como El Centro, donde se daban charlas culturales, se representaban obras de teatro, se ense?aba a los vecinos de Sierra de Segura a leer y a escribir, se organizaban y fomentaban los trabajos agr¨ªcolas colectivos. Adem¨¢s, de las fuentes de tradici¨®n oral (en especial los recuerdos de su abuela Juana, que era hermana de Lucas) destaca una frase de Mill¨¢n que siempre recalcaba a sus paisanos: ¡°El saber leer y escribir no quita el hambre, pero os ayudar¨¢ a encontrar el pan y os har¨¢ m¨¢s libres¡±. Tambi¨¦n los m¨¢s peque?os celebraban la llegada del ¡°hermano Lucas¡± (as¨ª lo llamaban) porque en su equipaje siempre tra¨ªa palos de ca?a de az¨²car de la costa tropical granadina que cortaba en trozos con la navaja y repart¨ªa entre los ni?os.
Miguel L¨®pez, que prepara la publicaci¨®n de un libro sobre la memoria de Lucas Mill¨¢n, considera que episodios como la desband¨¢ no pueden, ni deben, caer en el olvido. ¡°La tierra que ignora a sus hombres o mujeres, cuando estos han luchado con nobleza y honor y adem¨¢s lo han hecho por una causa democr¨¢tica, es una tierra est¨¦ril y malamente cultivada¡±, defiende. Por eso, dice no entender la postura de PP y Vox que, el pasado mes de marzo, rechazaron en el Congreso declarar este itinerario mortal como Lugar de Memoria. Vox no solo vot¨® en contra sino que puso en duda que la carnicer¨ªa fuese cometida por las fuerzas sublevadas contra la Rep¨²blica.
Tampoco comprende L¨®pez la decisi¨®n del Ayuntamiento de Madrid de recuperar el nombre de Crucero Baleares en una de sus calles. El crucero Baleares fue uno de los barcos que bombardearon a los civiles durante la desband¨¢. ¡°Es una burla para las v¨ªctimas¡±, se?al¨® en su d¨ªa Rafael Morales, presidente de la asociaci¨®n La Desband¨¢, un colectivo que lleva desde 2017 repitiendo la ruta para homenajear a los supervivientes y a las v¨ªctimas, rescatar del olvido una de las mayores tragedias de la Guerra Civil y exigir reparaci¨®n.
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