La ca¨ªda en tres actos del alcalde de Badalona
?lex Pastor, que atraviesa una crisis personal, lleg¨® al poder en la cuarta ciudad catalana sin esperarlo y tras una carambola pol¨ªtica
Los colaboradores de ?lex Pastor a¨²n no entienden c¨®mo a las 18.30 del martes se despidieron de ¨¦l tras una reuni¨®n por videoconferencia y, tres horas despu¨¦s, los Mossos le deten¨ªan ¡°en la otra punta de Barcelona¡± con evidentes signos de embriaguez y presumiendo de ser ¡°el alcalde de Badalona¡±. ¡°Quiz¨¢ se tom¨® unas copas y le hicieron efecto con los medicamentos que toma desde que cay¨® enfermo...¡±, barruntan. Enfrentarse a la polic¨ªa fue el ¨²ltimo acto como gobernante ¡ªel PSC le destituy¨® de inmediato y ¨¦l mismo dimiti¨® el mi¨¦rcoles¡ª de un alcalde improbable con el que nadie contaba.
A sus 40 a?os, Pastor atraviesa una crisis personal. El exceso de trabajo ha afectado a su ¡°salud y estado emocional¡±, reconoci¨® poco despu¨¦s de ser apartado del cargo. El pasado verano, tras las elecciones municipales (sali¨® alcalde pese a sumar seis ediles) se separ¨® de su esposa, con la que tiene dos hijas, de 10 y 7 a?os. ¡°Ella no llevaba bien que estuviera fuera de casa hasta los fines de semana o que no llevara a las ni?as a baloncesto. Le dijo que, si iba a ser alcalde, se acab¨®¡±, explican las mismas fuentes.
La amenaza de ruptura no impidi¨® que Pastor echase mano de su faceta familiar con v¨ªdeos en Facebook en los que presum¨ªa de preparar sabrosos s¨¢ndwiches para los suyos. Fue un intento de acercar a la ciudadan¨ªa a un pol¨ªtico ¡°escasamente preparado para el cargo y con mucha inseguridad, que se ha visto superado por las circunstancias¡±, lo califica un edil independentista. Hab¨ªa alcanzado la alcald¨ªa un a?o antes, en 2018, tras una moci¨®n de censura promovida por el l¨ªder del PP, Xavier Garc¨ªa Albiol.
Albiol, que aspira a ser de nuevo alcalde, declar¨® el mi¨¦rcoles que es conocida su supuesta adicci¨®n al alcohol y a otras sustancias, aunque no concret¨® m¨¢s. Pero el entorno y otros rivales pol¨ªticos de Pastor lo niegan, aunque admiten que atravesaba una ¡°mala racha¡± que se acentu¨® a finales de enero.
El d¨ªa en que el temporal Gloria part¨ªa en dos el Pont del Petroli ¡ªun antiguo pantal¨¢n que es orgullo de la ciudad e icono publicitario¡ª, el alcalde estaba ilocalizable. Acababa de sufrir un problema de salud. ¡°Sent¨ªa arritmias, taquicardias, y fue al hospital¡±, dicen en su equipo. Estuvo tres semanas de baja, lo que dispar¨® los rumores. La oposici¨®n denunci¨® que no estaba capacitado para gobernar. Su entorno replica que regres¨® a la oficina ¡°mejor que nunca¡±, aunque ¡°acumulaba estr¨¦s y ansiedad¡± por su angustia vital y las exigencias del cargo. Los suyos le dieron un toque, pero el incidente con los Mossos ha sido insalvable.
Pero Pastor, replican sus rivales, no es un juguete roto. Su ambici¨®n era ser alcalde. Y lo logr¨®. Naci¨® en el humilde barrio de Sant Roc, donde vivi¨® con su madre ¡ªque limpiaba en el Ayuntamiento y estaba vinculada a UGT¡ª y su abuela. Su padre fund¨® la uni¨®n de consumidores local. De adolescente se uni¨® a las juventudes del PSC, estudi¨® relaciones laborales y entr¨® a trabajar en el servicio de ocupaci¨®n.
Sus asesores han tratado de resaltar ese perfil de chico de periferia para afianzar a un pol¨ªtico ¡°sin grandes dotes, pero con una ambici¨®n por encima de sus capacidades¡±, resume un exdirigente socialista. Lleg¨® a primer secretario del PSC local tras el vac¨ªo de poder dejado por el exalcalde Jordi Serra y el triunfo de Albiol. El partido, de hecho, buscaba candidato cuando Pastor top¨® con la afortunada carambola de la moci¨®n de censura que le llev¨® al poder.
Ese exdirigente socialista recuerda c¨®mo a Pastor le temblaban las manos cada vez que ten¨ªa que hablar en el pleno. Sus amigos admiten que hablar en p¨²blico no es su fuerte. Pero s¨ª lo es la gente. Sali¨® a la calle, hizo bandera de la seguridad y la limpieza, pate¨® los barrios. ¡°Se crece en las distancias cortas¡±. Eso, en la periferia. En el centro de Badalona ¡ªla ciudad tiene dos almas¡ª sufr¨ªa m¨¢s, concluye un concejal: ¡°Nunca se sinti¨® aceptado. La pol¨ªtica local, aqu¨ª, es cruel¡±.
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