Oto?o judicial en Catalu?a: r¨¦plica del gran terremoto

Catalu?a se agita, y hasta tiembla, con la llegada del oto?o. Desde que el independentismo marca la agenda, es la estaci¨®n en la que todo ocurre. La Diada del 11 de septiembre es el sism¨®grafo de lo que vendr¨¢. El gran choque de placas se desat¨® en el oto?o de 2017: refer¨¦ndum del 1-O y declaraci¨®n de independencia que fue y no fue. Desde entonces, la respuesta de la justicia al proc¨¦s ha provocado terremotos que sacuden la vida pol¨ªtica catalana. Ninguno tan potente como el del a?o pasado, cuando en octubre se dieron a conocer las penas de prisi¨®n que el Tribunal Supremo impuso a los dirigentes secesionistas. El fallo provoc¨® protestas en las calles con una violencia poco vista antes. Este oto?o, la actividad judicial en torno al independentismo sigue viva. Pero parece que, m¨¢s que un terremoto, se avecinan r¨¦plicas de menor poder destructivo.

El pr¨®ximo 17 de septiembre, seis d¨ªas despu¨¦s de una Diada at¨ªpica y disminuida por el coronavirus, el Supremo revisar¨¢ el recurso del presidente de la Generalitat, Quim Torra, contra la sentencia que el pasado diciembre lo conden¨® a un a?o y medio de inhabilitaci¨®n por desobediencia. Si el Supremo confirma ese fallo, en los d¨ªas o semanas siguientes Torra deber¨¢ abandonar de forma inmediata el cargo. Est¨¢ por ver si lo hace sin aspavientos y, tambi¨¦n, si para entonces ya habr¨¢ fijado fecha para las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, posibilidad que est¨¢ sobre la mesa desde hace meses pero que ¨¦l ha ido aplazando pese a las discrepancias, cada vez m¨¢s evidentes, entre Junts per Catalunya y ERC.

Si la justicia le despoja de su condici¨®n de president, como es probable que ocurra ¡ªel propio Torra afirm¨® ante el juez: ¡°S¨ª, desobedec¨ª¡±¡ª, el independentismo dispondr¨¢ de una nueva baza para alimentar a sus bases con el discurso de la ¡°represi¨®n del Estado¡±. Es una inc¨®gnita, sin embargo, cu¨¢l ser¨¢ la respuesta ciudadana. No parece que vaya a ser explosiva ni masiva si se toma como referencia el juicio contra el president, que apenas atrajo a unas decenas de seguidores a las puertas del Palacio de Justicia. Ni siquiera la sentencia inicial del Tribunal Superior de Catalu?a (TSJC) provoc¨® reacciones en la calle.

Si su antecesor, Carles Puigdemont, organiz¨® el 1-O y declar¨® la independencia (aunque fuera sin efectos), Torra se limit¨® a retirar un cartel de apoyo a los presos del proc¨¦s del Palau de la Generalitat pese a las advertencias de la Junta Electoral. Un comportamiento mucho m¨¢s prosaico que tal vez explica el escaso calor popular en torno al caso Torra.

Esa falta de entusiasmo alcanza a otro juicio por desobediencia pendiente de resoluci¨®n. En julio, cuatro miembros de la Mesa del Parlament que avalaron la tramitaci¨®n de las leyes de desconexi¨®n de 2017 (Llu¨ªs Corominas, Llu¨ªs Guin¨®, Ramona Barrufet y Anna Sim¨®) se sentaron en el banquillo por un delito que, como en el caso de Torra, no conlleva penas de c¨¢rcel, solo de inhabilitaci¨®n.

Cargos de ERC

Si el juicio del proc¨¦s, retransmitido en directo, fue seguido de forma masiva por el independentismo, el del Parlament fue un fracaso de audiencia que ilustra tanto la menor entidad de la vista como el desgaste del secesionismo y los efectos del coronavirus en la lista de prioridades.

Frente al protagonismo de Torra y Junts en el oto?o judicial, aguardan su turno dos figuras de ERC que tuvieron un papel clave en el 1-O: Josep Maria Jov¨¦, hacedor del refer¨¦ndum y mano derecha del exvicepresidente Oriol Junqueras, y Llu¨ªs Salvador, que en 2017 ejerc¨ªa como secretario de la Consejer¨ªa de Hacienda. El pasado febrero, el TSJC les impuso una fianza de 4,5 millones y les proces¨® por delitos m¨¢s graves que el del president (prevaricaci¨®n, malversaci¨®n, revelaci¨®n de secretos), que podr¨ªan llevarles a la c¨¢rcel, sobre todo teniendo en cuenta lo ocurrido a los l¨ªderes del proc¨¦s en el Supremo.

Jov¨¦ y Salvador son diputados y por eso les juzgar¨¢ el TSJC en una fecha a¨²n por determinar. Antes, fueron dos de los imputados en la macrocausa contra la consulta del 1-O, la que lider¨® el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 13 de Barcelona. Lo obtenido en esa investigaci¨®n ¡ªpor ejemplo, con los registros en sedes de la Generalitat el 20 de septiembre de 2017¡ª nutri¨® al Supremo de pruebas para condenar a los l¨ªderes independentistas. El proceso ha finalizado con una treintena larga de procesados pero est¨¢ en letan¨ªa, a la espera de un juicio que no llega.

Aunque con menor incidencia en la movilizaci¨®n de las bases, los casos de corrupci¨®n siguen su curso. Este oto?o, la Fiscal¨ªa dar¨¢ a conocer qu¨¦ penas de prisi¨®n pide para antiguos dirigentes de Converg¨¨ncia y el PDeCAT (como Germ¨¤ Gord¨®, mano derecha de Artur Mas) por cobrar comisiones a cambio de obra p¨²blica. El final de la instrucci¨®n del caso 3%, en julio, abri¨® una nueva brecha entre los socios. ERC exigi¨® a la Generalitat que se personase como acusaci¨®n en la causa. El Govern vacil¨® y aleg¨® que los servicios jur¨ªdicos deb¨ªan estudiar el caso, aunque al final Torra anunci¨® que la Generalitat se personar¨¢ y analizar¨¢ si hubo perjuicio para el erario p¨²blico. El juez del caso lo tiene claro: lo hubo.

El caso de Laura Borr¨¤s, portavoz de Junts per Catalunya en el Congreso, merece menci¨®n aparte. Investigada por adjudicar presuntamente contratos a dedo cuando presid¨ªa la Instituci¨® de les Lletres Catalanes, dependiente de la Generalitat, deb¨ªa declarar ante el Tribunal Supremo el 22 de julio por prevaricaci¨®n, fraude, malversaci¨®n y falsedad. Se acogi¨® a su derecho a no hacerlo para ¡°no colaborar con la injusticia¡±. Borr¨¤s dice que es v¨ªctima de ¡°una trampa¡± y se?ala a las ¡°cloacas del Estado¡±, pese a que algunos correos de la causa son expl¨ªcitos y pese a que la investigaci¨®n ha sido liderada no desde Madrid, sino por los Mossos. Lejos de hundir su imagen, la imputaci¨®n le ha valido a Borr¨¤s el respaldo sin fisuras de parte del independentismo. Entre otros, del president Quim Torra, con este argumento: ¡°Ning¨²n independentista tendr¨¢ nunca un juicio en Espa?a. ?Todo el apoyo, Laura Borr¨¤s!¡±