Cumplimiento mayoritario de la limitaci¨®n de grupos a seis personas

La reducci¨®n de los grupos permitidos por la Generalitat para reuniones sociales de 10 a seis personas entr¨® este s¨¢bado en vigor y se cumpli¨® de forma mayoritaria. Salvo parques donde se concentran a diario decenas de j¨®venes sin guardar distancias, en Barcelona no se observaron grupos de m¨¢s de seis integrantes. Tampoco los hubo en las terrazas y restaurantes a mediod¨ªa, lo que no evit¨® las quejas de los restauradores, que se sienten perjudicados.

La entrada en vigor se produjo tras la publicaci¨®n en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC) de la resoluci¨®n del Departamento de Salud, que busca reducir el ritmo de propagaci¨®n del coronavirus. El incumplimiento de la medida, avalada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, amenaza con multas que oscilan entre 100 y 3.000 euros.

En Barcelona, el puente de La Merc¨¨ y el fr¨ªo que trajo el temporal de viento redujo el p¨²blico en las terrazas, a no ser que estuvieran en el sol. En un recorrido desde el Guinard¨® hasta la parte baja del Poblenou, pasando por el Clot y Sagrada Familia, no se observaban aglomeraciones. Los vecinos iban a la idea, como suele pasar los s¨¢bados por la ma?ana, cuando las familias compran o hacen recados. En los bares, un d¨ªa m¨¢s rein¨® el enfado y el desconcierto entre los propietarios y trabajadores que han perdido la cuenta de normativas, prohibiciones y modificaciones.

¡°No podemos vivir pendientes del DOGC¡±, lamentaba Antoni, un restaurador de la parte alta del Poblenou. Quemado por una pandemia que ¡°ha provocado una ca¨ªda de la facturaci¨®n al 18%, mientras los gastos se mantienen en un 85%¡±, alertaba del malestar en el sector. En su terraza se dispon¨ªa a almorzar un grupo de diez mujeres que ejemplificaban la excepci¨®n que confirmaba la regla del cumplimiento: aseguraban que asum¨ªan el riesgo. ¡°Ten¨ªamos la comida planeada desde hace semanas, llevamos mascarilla y no nos la quitaremos hasta que nos traigan la comida¡±, apuntaba Marta, mientras sus compa?eras criticaban que se pueda ir en metros llenos y no comer diez personas.

M¨¢s arriba, tocando al Guinard¨®, en el restaurante A Ca?ota, que a mediod¨ªa tiene todas las mesas al sol, Sergio aseguraba que las reservas de m¨¢s de seis personas las divid¨ªan en dos mesas. Pero tambi¨¦n se quejaba: ¡°Cuando no es la mitad de mesas, es que no se puede fumar, ahora los grupos... yo me pierdo¡±. En la calle del Clot, Pedro, del bar El Gamberro reconoc¨ªa que no se hab¨ªa enterado de la ¨²ltima novedad. ¡°Al final nos van a hacer cerrar¡±, lamentaba.

Y en el mercado, Esteve, propietario del bar, se?alaba que nadie les avisa con una circular de cada nuevo cambio. ¡°No recibimos niguna notificaci¨®n, pero nos sentimos acorralados. Primero cerramos tres meses y ahora ya no se trata de ganar dinero, sino de no perderlo¡±, manifestaba y rechazaba la limitaci¨®n de las mesas de seis personas: ¡°?Qu¨¦ le digo al grupo que viene cada viernes por la tarde? ?Que se separen en dos mesas?¡±.

Entre los locales donde la restricci¨®n no se cumpl¨ªa, bodegas con locales peque?os o estrechos que concentran a parte del p¨²blico en la calle, como la Sopena, tambi¨¦n en el Clot. O zonas de grandes parques donde a diario se agrupan ya no seis o diez, sino 60 o 100 j¨®venes con comida y bebida, sin mascarillas ni respetar distancias. Es el caso de la zona deportiva del parque del barrio.

En Girona, este s¨¢bado muchos bares est¨¢n cerrados, pero en la plaza Independ¨¨ncia, que concentra el vermuteo, s¨ª estaban las terrazas llenas, con grupos de dos, cuatro o seis comensales, pero ninguna mesa superaba la nueva limitaci¨®n, informa Marta Rodr¨ªguez.

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