El terraplanismo entra en el Parlament
La C¨¢mara est¨¢ a punto de tramitar la reforma de la Ley sobre el derecho de las mujeres a erradicar las violencias machistas que se aleja de las mujeres y las ni?as y se acerca a los postulados transgeneristas
Que la Tierra es redonda no se discute, no hace falta ni conocer el juicio a Galileo¡ Eppur si muove. Sin embargo, la ciencia a veces desaparece y florecen negacionistas de lo emp¨ªrico, terraplanistas que niegan la importancia de las vacunas o la existencia de dos sexos. Esto no pasar¨ªa de ser una an¨¦cdota si no fuera porque alguno de estos terraplanistas trabaja en nuestra administraci¨®n y puede legislar. Pero vayamos por partes: ?de qu¨¦ estoy hablando?
El Parlamento de Catalu?a est¨¢ a punto de tramitar una reforma de la Ley 5/2008 sobre el derecho de las mujeres a erradicar las violencias machistas. En su momento fue la ley m¨¢s avanzada de Europa en medidas de protecci¨®n para mujeres y ni?as. Sin embargo, la violencia ha aumentado, as¨ª pues, la propuesta de reforma, a iniciativa de Catalunya en Com¨²-Podem, parec¨ªa razonable.
La realidad es otra. Al comienzo del texto los comuns empiezan aclarando qu¨¦ es ser mujer: ¡°Las referencias a las mujeres incluidas en esta ley se entiende que incluyen tambi¨¦n las ni?as y las adolescentes transg¨¦nero y cisg¨¦nero, a las personas intersexuales, as¨ª como a las identidades no binarias o las que no se quieren relacionar con ning¨²n espectro de g¨¦nero binario¡±. Sorprende pues que nos alejemos de entrada de lo que defend¨ªa la ley anterior: mujeres y ni?as. No contentos con eso, m¨¢s adelante, en el art¨ªculo 8, se explica que las medidas se extienden a ¡°las mujeres transg¨¦nero, las personas intersexuales, as¨ª como a las identidades no binarias o las que no se quieren relacionar con ning¨²n espectro de g¨¦nero binario¡±, en aras de ¡°respetar la diversidad y disidencia de g¨¦nero¡±. Parece que quien quiera puede ser mujer a efectos de esta ley. Se desprende, adem¨¢s, que en la modificaci¨®n se alinea la ley con los postulados transgeneristas que, sin base cient¨ªfica, dan credibilidad al g¨¦nero, cuando es una construcci¨®n social que solo sirve para oprimir a la mujer. Un tema del que, Ministerio de Igualdad mediante, parece que cierta progres¨ªa anda empe?ada en hacer bandera, embarcada en legislar algo tan et¨¦reo como un sentimiento en aras de la modernidad, sin darse cuenta de que al hacerlo se coloca junto al patriarcado reconociendo roles para lo masculino y roles para lo femenino.
?D¨®nde quedan entonces las mujeres y las ni?as en una ley en la que cabe todo menos la palabra mujer?
?D¨®nde quedan entonces las mujeres y las ni?as en una ley en la que cabe todo menos la palabra mujer? ?C¨®mo erradicar, entonces, la violencia que sufrimos por nuestro sexo si la ley anda pendiente de otras realidades, otros colectivos y, lo que es peor, preocupada por voluntades y sentimientos? Si eliminamos lo esencial, a las mujeres, ?no eliminaremos con ellas aquello en lo que se basan las pol¨ªticas de igualdad, suprimiendo la efectividad de tales pol¨ªticas? Sorprende, adem¨¢s, que se hable de transg¨¦nero, pero no de mujeres transexuales, aquellas personas nacidas varones y que tras un dif¨ªcil proceso han modificado su apariencia f¨ªsica hasta adecuarla a la del sexo femenino con el que se identifican. En definitiva, ?c¨®mo una ley puede hablar de g¨¦nero cuando este es un constructo social que solo sirve para estigmatizar a las mujeres y no es cient¨ªfico?
Y en medio de todo este desprop¨®sito, lo m¨¢s ¡°extra?o¡± es que en el deseo de ampliar la actuaci¨®n contra la violencia machista que se ejerce sobre las mujeres, Catalunya en Com¨² hable de transgenerismo pero no de prostituci¨®n, ni pornograf¨ªa, ni vientres de alquiler y, lo m¨¢s sorprendente de todo, no mencione aquellos hombres que ejercen la violencia, lo que provoca la extra?a sospecha de que existe un hilo conductor que une todos esos temas y que quiere proteger.
Sufrimos discriminaci¨®n, no por lo que sentimos, sino por lo que somos: hembras de la especie humana
Por eso, desde el feminismo no podemos callarnos, por nosotras y por nuestras ni?as, porque no es posible cambiar el sexo, pero s¨ª luchar contra el g¨¦nero, que es lo que sirve para jerarquizar los sexos, porque las mujeres sufrimos discriminaci¨®n, no por lo que sentimos, sino por lo que somos: hembras de la especie humana. Porque si la ley no se dirige a la violencia que se ejerce contra las mujeres, sino contra ¡°las mujeres transg¨¦nero, las personas intersexuales, las identidades no binarias o las que no quieren relacionarse con ning¨²n espectro de g¨¦nero binario¡±, quiz¨¢s los comunes legislan violencia intrafamiliar, o sea, la propuesta de Vox, que niega que el problema est¨¦ en el machismo y el patriarcado.
Tal vez la ley salga adelante, y es probable, como ha pasado en Reino Unido, que voten en su contra meses despu¨¦s, pero mientras tanto las feministas no dejaremos de alzar nuestra voz, porque, como dijo Galileo, eppur si muove.
Carmen Domingo es escritora y periodista.
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