Muere Jordi Nadal, padre de la historia industrial espa?ola
Disc¨ªpulo de Vicens Vives y compa?ero de Fontana, investig¨® sobre poblaci¨®n y manufactura
El motor de los Hispano-Suiza estaba compuesto por unas 500 piezas, frente a las 900 que ten¨ªan los de Mercedes-Benz. Era una ventaja competitiva brutal¡ Saber este tipo de detalles y c¨®mo interpretarlos es una muestra del rigor y la exigencia con la que trabajaba el historiador Jordi Nadal, que dedic¨® casi dos d¨¦cadas a investigar y reconstruir la vida de una aut¨¦ntica anomal¨ªa en la industria espa?ola, la de la m¨¢s prestigiosa y espectacular f¨¢brica de automoci¨®n y aviaci¨®n que nunca ha habido en Espa?a. La labor se tradujo a principios de este mismo a?o en La Hispano Suiza. Esplendor y ruina de una empresa legendaria. Ser¨¢ su ¨²ltimo libro, puesto que el gran historiador de la demograf¨ªa y de la historia econ¨®mica de Catalu?a y Espa?a, autor del a¨²n hoy indispensable El fracaso de la revoluci¨®n industrial en Espa?a que public¨® en 1975, falleci¨® el pasado martes a los 91 a?os, seg¨²n trascendi¨® ayer. Con ¨¦l muere tambi¨¦n la escuela de historiadores de Barcelona nacidos bajo la ¨¦gida del seminal Jaume Vicens Vives.
La exigencia intelectual y el af¨¢n de excelencia que se autoimpon¨ªa Nadal se filtraron tambi¨¦n en su personalidad como profesor, que se tradujo en un car¨¢cter temible, un punto intransigente y unas dificultades extremas para superar sus asignaturas, que s¨®lo pod¨ªa tener como resultado disc¨ªpulos excelentes, como fueron Carles Sudri¨¤, Josep Maria Benaul y Albert Carreras, entre otros. No muchos m¨¢s: quien fuera vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, fue alumno suyo y no pudo quedarse con ¨¦l en su departamento ante las exigencias de los requisitos.
La forja de la manera de ser y de trabajar de Nadal (Cass¨¤ de la Selva, 1929) quiz¨¢ tuviera su g¨¦nesis en la voluntad de demostrar a su padre, de una familia de emprendedores y exitosos fabricantes de tapones de corcho del Empord¨¤, que val¨ªa para esa especialidad de Historia que, en matr¨ªcula libre, hab¨ªa cursado en Filosof¨ªa y Letras a la vez que estudiaba Derecho, salida mejor vista por su progenitor. Portentoso, se licenci¨® de las dos en 1951, pero el gran magnetismo de Vicens Vives como catedr¨¢tico le arrastr¨® hacia la Historia, junto a un selecto y reducido grupo de disc¨ªpulos en el que pronto destac¨® junto a Josep Fontana, Emili Giralt y Josep Regl¨¤.
¡°Me ense?¨® a escribir poco y bien y a sintetizar much¨ªsimo. Sin ¨¦l no hubiera sido historiador¡±, reconoc¨ªa Nadal, que, encaminado por su mentor, pronto se convirti¨® en profesor ayudante y se adentr¨® en el a¨²n no demasiado explorado campo de la demograf¨ªa, con pioneros estudios sobre la poblaci¨®n en Catalu?a de los siglos XVI y XVII, que acabaron conformando su tesis doctoral en 1957.
Esa rama de estudio fue la raz¨®n de ser intelectual hasta mediados de los a?os 60 y le permiti¨® entrar en contacto con la m¨ªtica escuela de los Annales francesa de Par¨ªs y con Pierre Vilar (1953) a partir del historiador Fernand Braudel, al que conoci¨® en Tolosa, y m¨¢s tarde estudiar en Pav¨ªa (1955) e impartir en Liverpool (1958). Por el camino, construy¨® de la nada, junto a su mentor, la asignatura de Historia Econ¨®mica de Espa?a del curso 1955-1956 para la flamante Facultad de Ciencias Econ¨®micas de la Universidad de Barcelona (UB), creada el a?o anterior. La traducci¨®n fue un Manual de Historia Econ¨®mica de Espa?a (1958), que algunos estudiosos defienden hoy a¨²n como mod¨¦lica.
La prematura muerte de Vicens Vives le dej¨® a ¨¦l, como al resto de disc¨ªpulos, a la intemperie acad¨¦mica, que en su caso se remat¨® perdiendo unas oposiciones a catedr¨¢tico en la UB, resultado que no parec¨ªa ajeno al peso de algunas maniobras de influjo franquista. Un resultado que le gener¨®, seg¨²n sus amigos m¨¢s ¨ªntimos, un sentimiento de injusticia y de persona maltratada que habr¨ªa reforzado su posterior personalidad como profesor y que nunca acab¨® sac¨¢ndose de encima.
Con la publicaci¨®n de La poblaci¨®n espa?ola (1966), uno de sus t¨ªtulos capitales fruto de ampliar un trabajo suyo en un ap¨¦ndice de un libro franc¨¦s gracias a la insistencia de quien fuera su editor y amigo, Gonzalo Pont¨®n, Nadal dio un giro a sus estudios y se adentr¨® en la historia industrial. ¡°Llevo la industria en la sangre¡±, bromeaba a?os despu¨¦s, en un gui?o a sus or¨ªgenes familiares. Como con la demograf¨ªa, se mostr¨® pionero y laborioso sin igual, en una labor para estudiar el desarrollo hist¨®rico de la industria catalana y espa?ola a la que en sus inicios tampoco fue ajena la ayuda que recibi¨® de los industriales textiles catalanes, en una mediaci¨®n en la que llegaron a intervenir el economista Fabi¨¤ Estap¨¦ y el escritor Josep Pla.
El fracaso de la revoluci¨®n industrial en Espa?a, 1814-1913, Catalu?a, la f¨¢brica de Espa?a (1986), Josep Bonaplata: pionero del primer ¡®vapor¡¯ barcelon¨¦s (1997) y Atlas de la Industrializaci¨®n de Espa?a: 1750-2000, fueron algunos de los hitos de una bibliograf¨ªa que mantuvo como eje una doble primac¨ªa: la de una Catalu?a sobre Espa?a en lo industrial desde el inicio y la del capital privado sobre el p¨²blico, sobre la intervenci¨®n del Estado, tesis que tambi¨¦n afloran en el libro de la Hispano-Suiza. Quien acabar¨ªa siendo catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y luego catedr¨¢tico em¨¦rito de la UB, doctor honoris causa de la Pompeu Fabra y de la Universitat de Girona y autor de una Hist¨°ria de la Caixa de Pensions recibir¨ªa la Orden de la Cruz de Alfonso X el Sabio y la Medalla Narc¨ªs Monturiol y la Creu de Sant Jordi de la Generalitat. O sea, su padre hubiera estado orgulloso: Jordi Nadal, fue ¨¦l mismo, un Hispano-Suiza de la Historia.
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