Un camino estable
Catalu?a va bien en ahorro y eficiencia, pero no en el despliegue de las energ¨ªas renovables
La publicaci¨®n de los balances energ¨¦tico y el¨¦ctrico de Catalu?a, elaborado por el Instituto Catal¨¢n de Energ¨ªa (Icaen), nos ofrece una descripci¨®n muy detallada de la situaci¨®n del pa¨ªs, que ha iniciado la transici¨®n hacia un nuevo modelo energ¨¦tico m¨¢s limpio, sostenible y democr¨¢tico. Todos, empezando por el Parlament, tenemos claro que el futuro pasa por un sistema energ¨¦tico descarbonizado, electrificado en su pr¨¢ctica totalidad, m¨¢s eficiente y con un ciudadano empoderado, con mayor capacidad para generar y gestionar su energ¨ªa.
Las cifras nos llevan a dos conclusiones: Catalu?a cumple los objetivos en ahorro y eficiencia energ¨¦tica, y avanza muy lentamente, demasiado, en energ¨ªas renovables. En ahorro y eficiencia energ¨¦tica, ya se super¨® en 2019 el objetivo marcado para 2020, que era reducir un 20% el consumo de energ¨ªa final respecto a la tendencia prevista inicialmente. Esta evoluci¨®n es el resultado de la conjunci¨®n de varios factores, como el esfuerzo de la industria para reducir sus costes ¡ªel mercado energ¨¦tico espa?ol penaliza especialmente a las pymes, y m¨¢s concretamente a las ubicadas en Catalu?a¡ª, la progresiva terciarizaci¨®n de la econom¨ªa o los efectos de la crisis del 2008.
Por su parte, las energ¨ªas renovables contribuyeron al 9,9% del consumo bruto de energ¨ªa final (seg¨²n la metodolog¨ªa que fija la UE), cuando el objetivo para 2020 era alcanzar el 20%. Las renovables fueron el origen del 19,8% de la electricidad generada, lejos del objetivo del 50% fijado para 2030. Este dato es la consecuencia del par¨®n de proyectos de centrales de energ¨ªas renovables de los ¨²ltimos a?os, fruto de la inseguridad jur¨ªdica generada por los cambios en la retribuci¨®n, del anterior marco normativo para la implantaci¨®n de renovables aplicado en Catalu?a y de la oposici¨®n territorial a estas infraestructuras. El crecimiento de las renovables en los ¨²ltimos tres a?os ha venido principalmente de la mano del autoconsumo fotovoltaico. Esta modalidad, que permite al ciudadano generar y gestionar su propia energ¨ªa, est¨¢ floreciendo gracias a la simplificaci¨®n administrativa que signific¨® el decreto ley 16/2019: solo en 2020 se instalaron 49,5 megavatios (MW) repartidos en 5.849 instalaciones.
La transici¨®n energ¨¦tica en Catalunya est¨¢ en el buen camino en cuanto a ahorro y eficiencia energ¨¦tica y empoderamiento de la ciudadan¨ªa, pero no en el despliegue de renovables. M¨¢s a¨²n cuando tenemos el doble reto de electrificar buena parte de la demanda ¡ªel transporte supone el 45% del consumo final de energ¨ªa¡ª y de sustituir las centrales nucleares y de ciclo combinado, que suponen un 67,1% de la producci¨®n el¨¦ctrica. La transici¨®n energ¨¦tica que queremos y que nos exigimos como pa¨ªs requiere que en 2050 hayamos reducido la demanda energ¨¦tica en un 70% y que descarbonicemos totalmente la actividad econ¨®mica con las fuentes renovables de que disponemos: biomasa, geotermia, aire y sol. Todo ello significa que vamos a necesitar un m¨ªnimo de 36.000 MW fotovoltaicos y 12.000 MW e¨®licos instalados. El autoconsumo, que es la prioridad, no va a poder asumir toda la demanda el¨¦ctrica del pa¨ªs. Tendremos que combinar el m¨¢ximo n¨²mero posible de instalaciones de autoproducci¨®n ¡ªdom¨¦sticas e industriales¡ª con centrales e¨®licas y fotovoltaicas.
Obviamente, esto no quiere decir que Catalu?a quiera renovables a cualquier precio. Debe existir, y as¨ª nos lo exigimos, una buena integraci¨®n de cada proyecto en el entorno d¨®nde se ubique. Ya disponemos de los mecanismos necesarios para garantizar que estas infraestructuras se instalen con el m¨¢ximo respeto al medio, y trabajamos, al mismo tiempo, para dotarnos de herramientas para lograr tambi¨¦n un mejor encaje social. De lo que no disponemos es de tiempo. Primero, porque las renovables siguen creciendo en el resto del Estado hasta el punto de empezar a usar infraestructuras ubicadas en Catalu?a para evacuar toda esta energ¨ªa a la red. Esta situaci¨®n puede llevarnos a tener que importar buena parte de la electricidad, lo que tambi¨¦n requerir¨¢ ejecutar nuevas infraestructuras y renunciar a la soberan¨ªa energ¨¦tica. Y segundo, porque el cambio clim¨¢tico no espera.
Catalu?a tiene claros sus objetivos, pero necesita un camino estable, fruto del compromiso de toda la sociedad, para alcanzar un modelo energ¨¦tico que responda a las necesidades sociales, ambientales y econ¨®micas de ma?ana. No podemos ni debemos camuflar en el proceso de transici¨®n energ¨¦tica el debate sobre el modelo de sociedad y de estructura econ¨®mica que queremos. Dif¨ªcilmente se podr¨¢ sostener una base industrial competitiva e innovadora sin un sistema energ¨¦tico s¨®lido y descarbonizado. Y, por ello, elegir no hacer nada implica ya haber elegido.
Manel Torrent i Aixa es director general de Energ¨ªa y director del Icaen.
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