El silencio de los liberales de la derecha
Los conservadores, sin activos genuinos y con la sombra de la corrupci¨®n sobre las espaldas, recurren a los t¨®picos del populismo m¨¢s reaccionario: rechazo a la emigraci¨®n y unidad inquebrantable de la patria
Existen los liberales en la derecha espa?ola? ?D¨®nde est¨¢n? ?C¨®mo se explica que se convoque un nuevo Col¨®n, para realinear a Vox, PP y Ciudadanos, y lo m¨¢ximo a lo que se atrevan los m¨¢s abiertos de la familia conservadora es a quedarse en casa previa confirmaci¨®n de su apoyo a la concentraci¨®n?
Nunca ha tenido el liberalismo plaza fuerte en Espa?a. Al inicio de la transici¨®n, cuando las ideolog¨ªas empezaron a salir de los escondites, primaron los perfiles comunitaristas: conservadores, nacionalistas, socialistas y comunistas. Algunos liberales se hicieron un hueco en UCD, pero siempre con recorrido limitado. Cuando Su¨¢rez se fundi¨®, agotado en sus malabarismos para conseguir la mayor integraci¨®n posible en el proceso de transici¨®n, Fraga tom¨® el mando de la derecha, en clave conservadora, mientras el destino del CDS de Adolfo Su¨¢rez demostraba que el centro siempre acaba cayendo del lado de la derecha.
Ciudadanos quiso izar la bandera liberal, pero ven¨ªa demasiado cargada de patriotismo para ser cre¨ªbleCiudadanos quiso izar la bandera liberal, pero ven¨ªa demasiado cargada de patriotismo para ser cre¨ªble
Aznar unific¨® el espacio conservador, engull¨® el centro sin problemas. Y una vez alcanz¨® la presidencia, marc¨® el camino: neoliberalismo radical en lo econ¨®mico, nacionalismo autoritario en lo ideol¨®gico. Ni un atisbo de la verdadera tradici¨®n liberal, en un pa¨ªs en que siempre ha escaseado. Aznar aline¨® a la derecha con el thatcherismo y sus herederos, sin dejar de cultivar el corporativismo de ra¨ªz franquista que hoy sigue trenzando intereses entre los diferentes poderes del Estado. Con la mayor¨ªa absoluta y la guerra de Irak, la soberbia le nubl¨® la mente y castig¨® a los suyos con una traves¨ªa del desierto que nos dej¨® una interesante paradoja: el verdadero liberalismo estaba en la izquierda. Rodr¨ªguez Zapatero puso al pa¨ªs en primera l¨ªnea en cu¨¢nto al reconocimiento de derechos individuales. La crisis econ¨®mica se llev¨® por delante al presidente. Y en la restauraci¨®n conservadora de Rajoy, montada inicialmente sobre el t¨¢ndem Gallard¨®n-Wert, desapareci¨® todo atisbo de liberalismo.
Con la corrupci¨®n y con el conflicto catal¨¢n, al PP el pa¨ªs se le fue de las manos. Y en la renovaci¨®n generacional que Casado deber¨ªa representar el liberalismo sigue brillando por su ausencia. Ciudadanos quiso izar esta bandera, pero ven¨ªa demasiado cargada de patriotismo de combate para ser cre¨ªble. Y el hecho es que despu¨¦s de estrellarse contra el muro catal¨¢n y en el intento de dar el sorpasso a la derecha, se ha confirmado lo ya sabido: que el centro siempre cae del mismo lado. Una vez m¨¢s el liberalismo se ha esfumado, por falta de consistencia. Su ¨²ltima versi¨®n ya es el grado cero de la ideolog¨ªa: el liberalismo de cerveza de Isabel D¨ªaz Ayuso, cuyas apelaciones a la diversi¨®n y la felicidad no esconden la pulsi¨®n autoritaria que la sustenta.
El PP vive de la confrontaci¨®n y le incomoda cualquier propuesta que pueda llevar al apaciguamientoEl PP vive de la confrontaci¨®n y le incomoda cualquier propuesta que pueda llevar al apaciguamiento
Y as¨ª, cuando el presidente S¨¢nchez intenta abrir el juego para salir del bloqueo catal¨¢n con la propuesta del indulto, la derecha se junta, en un nuevo Col¨®n, con Vox en una estruendosa alianza vestida de batalla patri¨®tica, sin que ninguna voz rompa la armon¨ªa desde un cierto liberalismo. Los liberales del PP si existen est¨¢n escondidos en la cueva. Y sin embargo ser¨ªa importante ahora mismo que alguien contribuyera a romper fronteras. Pero la orden es taxativa: Ceuta y Catalu?a, dos plazas para la exaltaci¨®n patri¨®tica. Es decir, la patria amenazada como argumento para movilizar a la ciudadan¨ªa contra el gobierno traidor, que tiene la mala idea de tratar de resolver los problemas por la v¨ªa pol¨ªtica. Una derecha sin activos genuinos, con la sombra de la corrupci¨®n sobre las espaldas, que recurre a los t¨®picos del populismo m¨¢s reaccionario: rechazo a la emigraci¨®n, unidad inquebrantable de la patria.
Y todo ello en un momento en que Espa?a afronta una compleja agenda de recuperaci¨®n y adaptaci¨®n a los tiempos que vienen, a las mutaciones de un acelerado presente continuo. ?No hay en la derecha ni siquiera un liberal capaz de se?alar los riesgos que tiene esta estrategia de confrontaci¨®n, de fractura entre bloques irreconciliables, en un momento en que los pa¨ªses del entorno est¨¢n optando por recoser alianzas para reconstruirse? Ahora mismo, el PP vive de la confrontaci¨®n y le incomoda cualquier propuesta que pueda llevar al apaciguamiento. Es tan abrumador el silencio de los liberales de la derecha, que s¨®lo cabe pensar que no existen. Puede que algunos digan que a ellos s¨®lo les interesa la econom¨ªa y que no se pierden en obscenidades ideol¨®gicas. Quienes razonan as¨ª, simplemente no son liberales.
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