El Ayuntamiento de Barcelona compra El Molino por 6,2 millones de euros
El teatro, que reabrir¨¢ en 2022, mantendr¨¢ su esp¨ªritu canalla y se vincular¨¢ a varios sectores culturales
El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado este viernes la compra de El Molino, el centenario teatro del Paral¡¤lel, por 6,2 millones de euros, seg¨²n se aprob¨® en una comisi¨®n de Gobierno. El espacio pasar¨¢ a ser un equipamiento cultural y reabrir¨¢ sus puertas durante el a?o que viene, despu¨¦s de que se haya hecho el concurso p¨²blico pertinente para la direcci¨®n. ¡°El Molino es un emblema, un s¨ªmbolo que forma parte de nuestra geograf¨ªa sentimental individual y colectiva y hemos hecho un esfuerzo necesario para evitar que cayera en manos privadas o en fondos buitre que rompieran la identidad cultural¡±, ha dicho la alcaldesa, Ada Colau. Esta compra entra dentro de la estrategia de consolidar el Paral¡¤lel de Barcelona como eje cultural.
El edificio, que llevaba dos a?os cerrado, se encuentra en perfecto estado de conservaci¨®n gracias a la reforma integral que llev¨® a cabo la propietaria, Elvira V¨¢zquez, justo antes de que volviera a abrir, en 2010. El Molino hab¨ªa quebrado en 1997 y estuvo 13 a?os cerrado. El hecho de no necesitar ninguna reforma (¡°lo entregamos con las llaves¡±, ha dicho V¨¢zquez) ha permitido al Ayuntamiento quedarse con el inmueble, cuya titularidad ser¨¢ p¨²blica pero la gesti¨®n, privada. Los 6,2 millones de euros, en los que se tas¨® el edificio, no cubren la deuda de la propietaria, que revela que ha invertido unos 25 millones de euros en 21 a?os: ¡°?Hemos cogido todas las crisis!¡±, ha recordado. ¡°La ¨²nica deuda que queda es personal y la asumiremos los socios¡±. V¨¢zquez ha revelado que no ha dejado de recibir ofertas ¡°de rusos, de chinos, de aqu¨ª y de all¨¢¡± por m¨¢s dinero pero que las ha rechazado por una cuesti¨®n de principios: ¡°No quer¨ªa arriesgarme a ver El Molino convertido en un puticlub¡±, ha sentenciado.
El teatro se convertir¨¢ en la Casa de las Culturas, como la cercana sala Barts es la Casa de la M¨²sica. ¡°La intenci¨®n es que no se limite a un sector ¨²nico, que sea un equipamiento abierto a nuevos creadores, h¨ªbrido y transdisciplinar¡±, ha declarado Dani Granados, delegado de Derechos Culturales del Ayuntamiento. En este sentido, Granados ha considerado El Molino como aut¨¦ntico ¡°patrimonio inmaterial¡± de la ciudad y que tiene una dosis importante de nostalgia que se complementar¨¢ con la entrada de nuevos creadores. Por supuesto, El Molino seguir¨¢ manteniendo el esp¨ªritu canalla que lo ha caracterizado desde que abri¨® sus puertas, en 1899. ¡°Y con orgullo¡±, ha remarcado Elvira V¨¢zquez. ¡°Tengo el coraz¨®n roto, pero es una buena soluci¨®n¡±, ha expresado la empresaria, que ha repartido una simb¨®lica pluma a los miembros del Consistorio.
Ada Colau ha insistido en la importancia de recuperar El Molino porque considera que la cultura ¡°es fundamental para relanzar la ciudad ahora que la pandemia empieza a remitir¡±, ha dicho, con prudencia. ¡°Este espacio, enmarcado en el eje del Paral¡¤lel, es vital para relanzar a Barcelona: no nos tenemos que parecer a Broadway, somos el Paral¡¤lel y Barcelona tiene que volver a latir con el Paral¡¤lel¡±. Preguntada sobre el futuro del vecino Teatre Arnau, ha recordado que tiene un proyecto ejecutivo aprobado pero que es un caso totalmente diferente porque implica una reforma total, lo que hace que de momento no se puedan acometer las obras. ¡°En el caso del Molino, ten¨ªamos la disponibilidad de una inversi¨®n directa que se ha podido aprobar en la comisi¨®n de Gobierno¡±.
Memoria viva de Barcelona
El Molino se inaugur¨® en 1899 como el modesto caf¨¦ La Pajarera Catalana, donde se ofrec¨ªan, tambi¨¦n, peque?os conciertos de tr¨ªos y cuartetos. Tras un par de a?os se presentaban ya espect¨¢culos de variedades, zarzuelas de peque?o formato y se empezaba a absorber las modas de Par¨ªs, la capital mundial de las vari¨¦t¨¦s, hasta el punto de pasarse a llamar Petit Moulin Rouge, en 1908. Dos a?os m¨¢s tarde se someti¨® a una reforma a cargo de Joaquim Manuel Raspall, que le dio la forma que mantuvo hasta los a?os 90 del siglo pasado. En 1929, con ocasi¨®n de la Exposici¨®n Universal y bajo el mandato del empresario Antoni Astell, se colocaron las aspas del molino que le daba nombre y, tras la Guerra Civil, dej¨® de llamarse Moulin Rouge para ser El Molino por razones ideol¨®gicas: se espa?olizaba el sustantivo y se eliminaba el adjetivo, rojo, pol¨ªticamente tan incorrecto en la ¨¦poca. De la mano y la astucia de Francisco Serrano y Vicenta Fern¨¢ndez, Do?a Fernanda, ¡°se convirti¨® en el ¨²ltimo reducto que ten¨ªan las clases populares para huir del ambiente opresivo del r¨¦gimen¡±, escriben Carme Tierz y Xavier Muniesa en Barcelona, ciutat de teatres. Durante d¨¦cadas, el escenario de pel¨ªculas como El ¨²ltimo cupl¨¦ (1957) fue la referencia de la cultura transgresora en la ciudad.
La crisis del sector en los primeros a?os 90 fue sumiendo el Molino en una agon¨ªa lenta que concluy¨® en 1997 cuando la empresa New Mills (de un nieto de la hist¨®rica Do?a Fernanda) present¨® quiebra voluntaria. El espacio fue adquirido por unos empresarios rusos que destrozaron el interior de la sala y tiraron valiosos documentos del viejo teatro. Ya en los 2000, la conciencia ciudadana cre¨® la plataforma Salvem EL Molino y la empresaria Elvira V¨¢zquez, con la sociedad Ociopuro, tom¨® las riendas para devolver el teatro a la ciudad. En 2010 volvi¨® a abrir las puertas, tras unas obras que duraron un a?o y medio y que, aun conservando la fachada, convirtieron el edificio en un teatro moderno con todas las comodidades. La crisis, sin embargo, acechaba de cerca y la nueva andadura de El Molino fue dif¨ªcil desde el primer momento.
Las aspas de la fachada dejaron de moverse en 1936, pero tras ellas ha desfilado una retah¨ªla sin fin de artistas: la Bella Dorita, Johnson, Carmen Amaya, Lita Claver, Amparo Moreno, Susana Egea, Regina do Santos, tan larga como la lista de intelectuales que se sentaron en la platea: Federico Fellini, Giulietta Massina, Salvador Dal¨ª, Maria Mercader, Bigas Luna¡ ¡°El Molino era el Liceo del pueblo¡±, lo defini¨® Merche Mar, una de sus ¨²ltimas vedets.
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