Turistas antes del ¡®boom¡¯ tur¨ªstico
Una exposici¨®n en el Museo de Arenys de Mar analiza el fen¨®meno del veraneo de proximidad, entre 1850 y 1950, vinculado casi siempre con la salud y su huella en localidades de la provincia de Barcelona
La mayor¨ªa de personas sue?an con unas vacaciones de un mes; un logro de las clases trabajadoras que tuvo su primera conquista en 1904 cuando en Espa?a el gobierno de Antonio Maura aprob¨® la Ley del descanso dominical que consigui¨® que ese d¨ªa fuera festivo laboralmente para todos. Pero mientras las clases m¨¢s humildes trabajaban cientos de horas, seis d¨ªas a la semana, otras familias acomodadas disfrutaban del llamado ¡°verano cl¨¢sico¡±: tres meses de vacaciones en los que cerraban sus casas de Barcelona y se trasladaban con la familia y el servicio a pasar el est¨ªo en localidades situadas en un radio de 50 kil¨®metros de Barcelona, como Arenys de Mar, Caldetes, Cardedeu, Matar¨®, Sant Celoni, Sant Pere de Ribes, Santa Coloma de Gramenet, Sitges y Vilafranca del Pened¨¦s, entre otras muchas.
El fen¨®meno del veraneante, como precursor del llamado ¡°boom tur¨ªstico¡±, sus principales caracter¨ªsticas, algunos de sus protagonistas y la huella que ha dejado en estas localidades es el protagonista de la exposici¨®n Veraneo de proximidad, 1850-1950, comisariada por el profesor de la Universidad de Girona, Joaquim Maria Puigvert, organizada por la Oficina de Patrimonio Cultural del ?rea de Cultura de la Diputaci¨®n de Barcelona que puede verse en el Museo de Arenys de Mar, una de esas localidades que sabe, muy bien, lo que es el turismo de proximidad, al recibir, todav¨ªa hoy, a miles de barceloneses cada fin de semana y en verano.
¡°Unas de las lecciones de los ¨²ltimos estudios sobre turismo y el veraneo es que el turismo de masas tiene una g¨¦nesis hist¨®rica. Una cierta prehistoria del turismo que nos remite a comienzos del siglo XX. Esto ha permitido ver en la exposici¨®n, que, pese a que estamos en otro paradigma, pero para entender el actual hay que buscar un origen en estos primeros veraneantes¡±, asegura Puigvert.
La exposici¨®n muestra como en estos or¨ªgenes, los primeros veraneantes buscaban, casi como ahora por la pandemia, lugares en los que obtener una salud f¨ªsica y mental. ¡°Es una de las paradojas, por eso jugamos con el t¨¦rmino de turismo de proximidad, que tiene que ver con la salud; algo que nos remite a la situaci¨®n actual¡±, prosigue el experto.
Y es que, en el cambio del siglo XIX al XX, el higienismo difundi¨® los valores de la salud ambiental derivados del aire puro, el clima seco, las aguas medicinales y termales, el ejercicio, los ba?os de mar y la buena alimentaci¨®n. Algo totalmente vigente y deseable hoy. Y en este contexto, alrededor de una localidad con alguna de estas propiedades, surgi¨® una colonia de veraneante en busca de estos beneficios.
Puigvert asegura que no exist¨ªa un solo modelo de veraneante. ¡°Para algunos supon¨ªa volver a la mas¨ªa familiar o el pueblo de origen; como la familia del escritor Josep Maria de Sagarra y Torre Balldovina en Santa Coloma de Gramenet. Para otros, ir de un pueblo a otro cada a?o practicando cierto nomadismo, como el poeta Joan Maragall y su familia¡±.
En la exposici¨®n se puede ver, en un enorme mapa pintado en el suelo, como la llegada del ferrocarril o la autonom¨ªa de los primeros autos marc¨® la distancia (unos 50 kil¨®metros) en la que se asentaron esos primeros veraneantes, favoreci¨® determinados n¨²cleos. A donde no llegaban los trenes lo hac¨ªan las tartanas, las diligencias y los ¨®mnibus tirados por animales y luego autobuses y taxis. ¡°Un fen¨®meno que tuvo un gran impacto en las villas que reciben este fen¨®meno, a todos los niveles, sociales, econ¨®micos y urban¨ªsticos, pero tambi¨¦n con las realidades econ¨®micas, bien sea la industria o la agricultura¡±.
Pero el contacto con personas de posici¨®n econ¨®mica y los locales, no siempre fue f¨¢cil. ¡°De hecho, los veraneantes y los de la localidad se relacionaban relativamente poco. Eran dos mundos bastantes cerrados. La expresi¨®n de ¡®los de la colonia de veraneantes o forasteros¡¯ ya te da la percepci¨®n de los locales, respecto a esta gente que llegaban de Barcelona y otras ciudades. Eran dos mundos aparte que ten¨ªa sus lugares de reuni¨®n y disfrute separados. Es f¨¢cil ver casinos y ateneos diferentes para uno y otros en una localidad. Conviv¨ªan, pero no se interrelacionaban mucho¡±, prosigue.
Aunque, indica ¡°si hab¨ªa puntos de intersecci¨®n con la peque?a burgues¨ªa local; comerciantes y profesionales liberales de la poblaci¨®n, que miraban con simpat¨ªa el fen¨®meno. Por suerte, eso ha cambiado y estamos en una sociedad interclasista¡±.
El fen¨®meno sirvi¨® para que muchos profesionales desarrollaran su actividad: m¨¦dicos que trabajaban en los balnearios para prescribir las terapias del agua. ¡°Muchos promocionaron sus lugares de nacimientos para veranear, como el Doctor Robert, que mand¨® a Camprodon a muchos a curarse con las aguas de la localidad¡±. Tambi¨¦n fot¨®grafos que realizaban postales de estos lugares y, sobre todo, arquitectos que constru¨ªan o reformaban las casas para estos burgueses.
¡°Fue una oportunidad de trabajo para todos ellos. Los veraneantes con m¨¢s poder se tra¨ªan de Barcelona a sus arquitectos, y el veraneo ayud¨® a contribuir determinadas corrientes arquitect¨®nicas, como el eclecticismo, el modernismo, el novecentismo y las vanguardias.
Puigvert est¨¢ convencido de que estas localidades ser¨ªan diferentes sin este turismo primigenio. ¡°Cuando visitas una poblaci¨®n, hay unos detalles que remiten a una tradici¨®n de veraneo: el urbanismo es el principal indicador de este impacto, todas tiene un gran paseo de ¨¢rboles, caminos que llevaban a las fuentes que se convierten en paseos, la instalaci¨®n de mobiliario urbano¡±. Y menciona ejemplos como el Paseo de los Ingleses de Caldetes ¡°que emula al de Niza¡±; el paseo mar¨ªtimo novecentista de Calella de la Costa, ¡°uno de los mejores de Catalu?a¡± y el paseo de La Garriga, con m¨¢s de un kil¨®metro de largo.
Primeras vacaciones pagadas
La exposici¨®n tambi¨¦n aborda el tema de las primeras vacaciones pagadas a los obreros que nacieron en 1931, la segunda gran conquista laboral. Con ellas comienzan tambi¨¦n las salidas de estos grupos a zonas cercanas. ¡°Collserola tuvo un ¨¦xito brutal. La zona de Les Planes y todas sus fuentes para ir a merendar o comer en plena naturaleza, fueron las que m¨¢s ¨¦xito tuvieron¡±, comenta. De este momento ¡°de un veraneo m¨¢s democratizado¡± son tambi¨¦n las casetas de la playa del Garraf y los intentos de arquitectos revolucionarios como los del GACTPAC que dise?aron prototipos de viviendas para los obreros para su zona de ocio del Baix Llobregat, que la guerra civil, como muchas otras cosas, impidi¨® llevar a cabo.
La exposici¨®n termina en 1950, justo antes de la llegada del turismo de masas y de un nuevo paradigma que lo cambiar¨ªa todo. Para Puigvert el germen que pusieron los primeros veraneantes facilit¨® que el choque entre dos mundos, la del turista y el local, no fueran tan grandes.
Tras el Museo de Arenys, que dirige Neus Ribas que ha investigado para la muestra la existencia y luego desaparici¨®n del Balneario Lloveras (1900-1980) de agua salada para la colonia de veraneantes llegados de Barcelona, la muestra visitar¨¢ Montmel¨® y Santa Coloma de Gramanet, justo en la torre de veraneo de los Sagarra que acoge el museo local. ¡°Servir¨¢ para dar a conocer que ciudades del ¨¢rea metropolitana, como L¡¯Hospitalet de Llobregat, Badalona o Montcada tambi¨¦n fueron lugares de veraneo muy importantes. Servir¨¢ para redescubrirlas en este aspecto¡±, concluye el comisario.
El humor negro de Valent¨ª Castanys
Puigvert est¨¢ preparando el cat¨¢logo de la exposici¨®n. En ¨¦l tendr¨¢ un apartado destacado el humor gr¨¢fico de Valent¨ª Castanys que public¨® en 1936 el libro Fira de Ninots en el que critica en ¡°sus estampas de veraneo¡± el fen¨®meno del veraneo y de los veraneantes y c¨®mo estas estancias serv¨ªan para mostrar ante los dem¨¢s el poder econ¨®mico. En una de sus vi?etas se ve a un ricach¨®n que confiesa que no sabe si su coche es inc¨®modo o no, solo le importa que luzca en la puerta de la casa. Y en otra una madre aprieta a su hija para que un rico pretendiente se le declara antes de que acaben las vacaciones. ¡°Ha sido todo un descubrimiento¡±, confiesa Puigvert.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.