Mitigar lo que ya no podemos evitar
Ante la repetici¨®n cada vez m¨¢s frecuente e imprevisible de fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, ?no deber¨ªamos replantearnos la manera de enfocar el problema que representa el cambio clim¨¢tico?
Lo que est¨¢ sucediendo estos d¨ªas en el Delta del Ebro es un aviso de lo que nos espera con el cambio clim¨¢tico. Que llueva sobre mojado, cada vez m¨¢s y m¨¢s fuerte. Esta parte del litoral sufri¨® un episodio de lluvias torrenciales e inundaciones muy parecido al de esta semana en octubre de 2018. Sufri¨® las consecuencias de otra dana intensa en 2019. En enero de 2020 la furia del Gloria lo golpe¨® de nuevo con tal virulencia que se llev¨® por delante la barra natural del Trabucador, lo que permiti¨® que el mar entrara kil¨®metros tierra adentro. Ni siquiera han llegado todav¨ªa todas las ayudas acordadas en 2018 cuando ya se tienen que habilitar nuevas partidas para una nueva reconstrucci¨®n en la zona. Cada vez es m¨¢s evidente que estamos ante un nuevo escenario, marcado por dos factores dif¨ªciles de gestionar: la imprevisibilidad y la recurrencia, lo que pone en cuesti¨®n la forma de afrontar este tipo de cat¨¢strofes naturales.
Ante la repetici¨®n cada vez m¨¢s frecuente e imprevisible de estos fen¨®menos extremos, ?no deber¨ªamos plantearnos alg¨²n cambio en la manera de enfocar el problema? ?Seguiremos reconstruyendo todo igual que estaba, para que vuelva a ser arrastrado por las aguas dentro de poco? Sabemos que entre un 6,3% (seg¨²n el mapa de riesgos de la Generalitat) y un 15% (seg¨²n otros estudios) del territorio urbanizado catal¨¢n se encuentra en zonas inundables. Y tambi¨¦n que lo ocurrido se va a repetir. De eso no hay ya ninguna duda.
Todos los informes de la ONU sobre el cambio clim¨¢tico advierten de que deberemos afrontar fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos cada vez m¨¢s intensos y frecuentes. Sus efectos se aceleran de un modo que est¨¢ sorprendiendo a los propios cient¨ªficos. La temperatura media del planeta ha subido ya 1,2 grados cent¨ªgrados respecto de las registradas en la era preindustrial, entre 1850 y 1900, y cada a?o batimos nuevos r¨¦cords de temperaturas m¨¢ximas. Pero los cient¨ªficos del grupo de trabajo de Berkeley Earth sobre temperaturas advierten de que ese 1,2 de incremento es el promedio de calentamiento terrestre y marino. Si contamos solo el medio terrestre, el incremento es ya de 1,96 grados de media. Por otra parte, el ¨²ltimo Atlas de mortalidad y p¨¦rdidas econ¨®micas por fen¨®menos meteorol¨®gicos de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial que acaba de publicarse indica que las cat¨¢strofes naturales por manifestaciones extremas del clima se han multiplicado por cinco desde 1970, con dos millones de muertes en el mundo e ingentes p¨¦rdidas econ¨®micas.
Si la tierra se calienta y la temperatura del mar sube, se evapora m¨¢s agua, la atm¨®sfera retiene m¨¢s humedad y acaba cayendo en alg¨²n lugar. La cat¨¢strofe puede llegar en cualquier momento a cualquier lugar. Y puede llegar por los dos elementos que m¨¢s ha temido siempre la humanidad: el fuego y el agua fuera de control. Los habitantes de Lytton, una peque?a poblaci¨®n del noroeste de Canad¨¢, nunca imaginaron que ser¨ªan noticia mundial por el cambio clim¨¢tico. Un d¨ªa de junio vieron impotentes c¨®mo los term¨®metros se enfilaban hasta los 46,6 grados, una marca ins¨®lita, nunca vista, y como segu¨ªa subiendo hasta los 49,6 grados. Dos d¨ªas despu¨¦s, la mayor parte de sus casas estaban calcinadas. Fuegos incontrolables han asolado este verano lugares tan distantes y distintos como Siberia, California o Grecia. Alemania y B¨¦lgica pudieron comprobar que nadie es invulnerable. Pese a la calidad de sus infraestructuras y sus avanzados sistemas de predicci¨®n, no pudieron evitar que unas lluvias torrenciales impropias de esa latitud dejaran m¨¢s de 200 muertos. Lo mismo que ha ocurrido en la costa este de Estados Unidos. Los coletazos de la tormenta tropical Ida han dejado 40 muertos all¨ª donde no se esperaba que fuera tan virulenta y ha sido relativamente benigna all¨ª donde se preve¨ªan mayores estragos.
Este va a ser el pan nuestro de cada telediario a partir de ahora. De la loter¨ªa que distribuye los efectos del cambio clim¨¢tico, la cuenca mediterr¨¢nea tiene muchos boletos. Esta zona del mundo se calienta m¨¢s y m¨¢s deprisa que la media del planeta. As¨ª que debemos prepararnos. Pero ?c¨®mo neutralizar las consecuencias de un urbanismo depredador, que no ha tenido en cuenta los condicionantes de la naturaleza? ?Vamos a estar reconstruyendo y reponiendo cemento en los mismos lugares que una y otra vez se llevan las aguas desbocadas? ?Y vamos a dejar que se lleven a cabo nuevos proyectos urban¨ªsticos con la misma l¨®gica que hasta ahora? No va a ser f¨¢cil, pero habr¨¢ que reorientar las pol¨ªticas p¨²blicas a afrontar las nuevas emergencias clim¨¢ticas y mitigar los efectos de algo que ya no podemos evitar.
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