El archivero de la movida
Lorenzo Rodr¨ªguez, cabeza del Rock-Ola, expone en l¡¯Illa Diagonal parte de su colecci¨®n de carteles de la ¨¦poca
La realidad no se encriptaba en unos y ceros para ser transmitida por unas redes que entonces solo remit¨ªan a la pesca. En las salas acababan los conciertos y la asistencia no era desalojada para dar paso a la sesi¨®n de baile. La informaci¨®n no era una jungla inextricable, Espa?a sal¨ªa del blanco y negro y Rock-Ola era el faro de una movida que se publicitaba gr¨¢ficamente. Y Lorenzo Jim¨¦nez (?beda 67 a?os), que all¨ª trabajaba, era m¨¢s joven. Y funcionario civil del Ministerio de Defensa: ¡°Creo que deb¨ª fumarme dos porros en los ochenta y me debieron de sentar mal, as¨ª que me convert¨ª en el serio del asunto, yo pagaba a los grupos, organizaba la producci¨®n, los horarios, etc. y por la ma?ana, al ministerio¡±. De aquella ¨¦poca, L¡¯Illa Diagonal ofrece un recuerdo en forma de 30 carteles de la sala que podr¨¢n verse hasta el pr¨®ximo d¨ªa 22. Otros a?os, otros esp¨ªritus, misma intenci¨®n: olvidar los sinsabores de una vida quiz¨¢s hoy m¨¢s despiadada que ayer.
Lorenzo es alto, locuaz, simp¨¢tico y uno de los pocos que con los a?os ha adelgazado. Trabaj¨® sobrio entre excesos y es prototipo del archivero meticuloso: ¡°Soy sistem¨¢tico, no fetichista¡±, aclara. De aquella ¨¦poca, debidamente clasificado, lo guarda todo, lo que le ha dado una colecci¨®n de m¨¢s de 80 carteles de sus cuatro a?os al frente de Rock-Ola. De ellos unos 30 componen la exposici¨®n, por donde pasea como un padre ante las fotos de sus hijos. ¡°Por aquellas ¨¦pocas Gay & CO ya hac¨ªa carteles, pero los suyos no ten¨ªan dise?o, solo el nombre del artista bien grande. Nosotros quisimos dignificar la carteler¨ªa y los comenzamos a dise?ar con intenci¨®n. El encargado era Mart¨ªn Perandones¡±, recuerda mientras mira con admiraci¨®n un espl¨¦ndido cartel de Gabinete Caligari con una foto de Juan Belmonte mirando al tendido de espaldas a un toro ya muerto. ¡°Hoy no se podr¨ªa hacer y lo entiendo, pero no podemos renunciar a carteles como este¡±, dice Lorenzo, mientras pasea su mirada por los otros tres que configuran el panel: un cartel de aire racionalista de Esclarecidos, otro de Hombres G con un pr¨¦stamo de alg¨²n dibujante de tebeos adscrito a la ¡°l¨ªnea clara¡± y uno de Radio Futura que juega con las simetr¨ªas.
Creo que deb¨ª fumarme dos porros en los ochenta y me debieron de sentar mal, as¨ª que me convert¨ª en el serio del asunto
Tambi¨¦n se expone el cartel del primer concierto de Loquillo, entonces solo Loquillo Y Sus Amigos, en Rock-Ola: fue en 1983, un exitazo absoluto con peleas entre quienes cre¨ªan que era rockero y quienes cre¨ªan que no lo suficiente¡±, recuerda con una memoria casi digital: ¡°No tengo memoria, me lo apunto todo¡±, aclara. Y prosigue: ¡°De Loquillo me llam¨® la atenci¨®n el nombre del disco Los tiempos est¨¢n cambiando, lo compr¨¦, vi que estaba dedicado a Phil Ochs y lo contrat¨¦. Pagu¨¦ 30.000 pesetas, hicimos el circuito de radios y al final Loquillo fue el m¨²sico catal¨¢n que triunf¨® en Madrid. Tambi¨¦n hicimos RockCelona, un ciclo con grupos catalanes, y el concierto de los punks ?ltimo Resorte acab¨® como el rosario de la aurora¡±, rememora. Tampoco ha olvidado las 800.000 pesetas que pagaron a Almod¨®var & McNamara para tocar en la Nochevieja del 83, un fortun¨®n: ¡°Pusimos las entradas a 1.000-1.500 pesetas y no perdimos dinero¡±. Y el concierto de Spandau Ballet del 81, que le viene a la cabeza ante su cartel, ¡°fue el antes y despu¨¦s de la sala y responsable de que la v¨ªspera pinchase Radio Futura, pues el p¨²blico, escaso a¨²n, prefiri¨® a los ingleses¡±. Y pese a todo Lorenzo, que dej¨® el negocio musical en los noventa, no se abona a la nostalgia: ¡°Echo en falta la carteler¨ªa, hoy sustituida por las redes, pero nada m¨¢s. Lo hicimos, fuimos felices y ahora queremos que la gente se entere¡±.
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