Las 10 de¡ Radio Futura
Los primeros de la clase o, como m¨ªnimo, los que llegaron m¨¢s lejos. Una d¨¦cada les bast¨® para abarcarlo todo
Si usted piensa que Radio Futura es la mejor banda que ha dado el pop espa?ol en toda la historia, no est¨¢ solo: se trata de una opini¨®n bastante extendida. Y plausible: en apenas una d¨¦cada y un rep¨®quer de ¨¢lbumes de estudio abarcaron desde la g¨¦nesis de la movida a los cimientos del rock latino, con escalas en los ritmos ¨¦tnicos y algunas de las letras m¨¢s sugerentes y po¨¦ticas (pero nunca rebuscadas ni culteranas) que se han escuchado sobre nuestros escenarios. ?chenle la culpa a Santiago Auser¨®n, que para eso es doctor en Filosof¨ªa por la Complutense, oiga.
¡®Enamorado de la moda juvenil¡¯
(De M¨²sica moderna. 1980)
M¨¢s que un debut, aquel ¨¢lbum primerizo sirvi¨® como pr¨®logo. El exc¨¦ntrico Herminio Molero, pintor como ocupaci¨®n primordial, ejerce de ocasional jefe de filas y acierta con este maravilloso himno nuevaolero, por m¨¢s que los hermanos Santiago y Luis Auser¨®n lo hayan repudiado y eludido a lo largo de las d¨¦cadas posteriores. Conste que Molero, en un gesto de generosidad, quiso que la banda al completo firmase un repertorio que hab¨ªa salido ¡°en un 80 por ciento¡± de su inspiraci¨®n. Santiago a¨²n canta con voz algo chillona, pero pocas canciones retratan con tanto desparpajo el esp¨ªritu de la ¨¦poca.
¡®La estatua del jard¨ªn bot¨¢nico¡¯
(Single. 1982)
El hito fundacional de los Radio Futura aut¨¦nticos y definitivos, los del tri¨¢ngulo m¨¢gico que integran los Auser¨®n y el guitarrista Enrique Sierra. Asombra pensar que este inmortal monumento a la elegancia y el enigma (?Bowie?) nunca apareciera en formato de LP. La compa?¨ªa Hispavox ansiaba un segundo disco en la onda divertida, fr¨ªvola y despreocupada del antecesor, pero ya no iban por ah¨ª los tiros. Sabina la cit¨® en su Rap del optimista entre las canciones que le gustar¨ªa haber escrito. Tras este sencillo y el no menos trascendental Dance usted, el divorcio con la discogr¨¢fica ya fue inevitable.
¡®Escuela de calor¡¯
(De La ley del desierto, la ley del mar. 1984)
Inolvidable retrato de la can¨ªcula en la gran ciudad, un lienzo a la par t¨®rrido y costumbrista (¡°En las piscinas privadas las chicas desnudan sus cuerpos al sol¡±) con el que Santiago Auser¨®n obtiene un precoz cum laude como letrista. ¡°Arde la calle¡± es ya una frase hecha. Primeros gui?os afros en el ideario del grupo, aunque m¨¢s memorable a¨²n resulta el punteo de Sierra: de los que se tarareaban en los conciertos.
¡®Semilla negra¡¯
(De La ley del desierto, la ley del mar. 1984)
No es solo un ¨¦xito ineludible, sino un manifiesto seminal, y nunca mejor dicho: el momento en que Cuba y los ritmos afrocubanos llegan para quedarse. ¡°Mis padres o¨ªan jazz y siempre fuimos conscientes de que el rock era una reinterpretaci¨®n blanca de la m¨²sica negra¡±, admitir¨ªa Santiago, docto te¨®rico en la materia (recordemos su libro El ritmo perdido). Originalmente pensada para Bos¨¦ en su a?o del disco Bandido, pero al entonces ¨ªdolo juvenil le fall¨® el olfato y la desech¨®. Un apunte curioso: ?culos, una canci¨®n de los brasile?os Os Paralamas do Sucesso, se parece bastante a Semilla negra. Y es tambi¨¦n del 84.
¡®El tonto Sim¨®n¡¯
(De De un pa¨ªs en llamas. 1985)
Protohistoria de nuestra geograf¨ªa rural, muchas d¨¦cadas antes de las permanentes apelaciones actuales a ¡°la Espa?a vaciada¡±. Un retrato m¨¢s bien grotesco, pero tierno, inspirado en vivencias del propio grupo por esos caminos del Se?or. El disco londinense del entonces cuarteto (con el bater¨ªa Solrac) fue una conmoci¨®n por su crudeza y contundencia. La revoluci¨®n sonora segu¨ªa en ascenso.
¡®A cara o cruz¡¯
(De La canci¨®n de Juan Perro. 1987)
Para Luis Auser¨®n, la mejor canci¨®n del que, seg¨²n consenso generalizado, ser¨ªa la obra magna de los Futura. Fraguada en los neoyorquinos estudios Sigma, los mismos que frecuentaban sus idolatrados Talking Heads. Y, ya puestos, con los Uptown Horns (colaboradores de los Rolling Stones, Ray Charles o James Brown) encarg¨¢ndose de los vientos. Una letra m¨¢s burlona que sensual. Y con escala filos¨®fica: ¡°En el caos no hay error¡±.
¡®Paseo con la negra flor¡¯
(De Escueladecalor. El directo. 1989)
Versi¨®n larga, rapeada e hipn¨®tica de La negra flor, otro de los episodios capitales y eminentemente urbanos de ¡Juan Perro. Id¨®nea para dejarse llevar en alguna inclusi¨®n por los clubes, a las tantas de la madrugada. Y momento culminante de un esperad¨ªsimo ¨¢lbum en vivo que se resolvi¨® a lo largo de dos c¨¢lidas noches valencianas, aunque con demasiado maquillaje a posteriori.
¡®El amigo desconocido¡¯
(DeVeneno en la piel. 1990)
Alcanzado el culmen, lleg¨® la inevitable cuesta abajo con el disco m¨¢s convencional y menos valiente de la banda, por mucho que les proporcionara dos hitos para las radiof¨®rmulas: el tema titular y Coraz¨®n de tiza. Con los a?os perdura este medio tiempo elegant¨ªsimo y fronterizo, homenaje a los antecesores y los compa?eros de fatigas.
¡®El puente azul¡¯
(De Tierra para bailar. 1992)
?nico tema in¨¦dito propio para la ¨²ltima tentativa de reflotar el proyecto, un ambicioso disco de remezclas bailables y refinadas urdidas en Londres. La inspiraci¨®n surge de The Blue Bridge, un caf¨¦ coqueto y recoleto de su amigo Dim Medvedev en la meca londinense. Pese a sus excelencias, el barco encalla.
¡®Canci¨®n del gitano¡¯
(De Rarezas. 1992)
Un sabros¨ªsimo y poco divulgado disco de descartes refrenda la fertilidad de la banda. Hay que disponer de artiller¨ªa muy poderosa para desechar este trallazo fascinante, nacido durante los preparativos de De un pa¨ªs en llamas en un ¡°retiro jipi¡± por la sierra de Madrid. Consideraron que era ¡°tan radical que romp¨ªa el clima¡± del ¨¢lbum, pero es su fiereza, precisamente, la que lo hace diferente e irresistible.
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