Los promotores del Hermitage avisan de que el proyecto ¡°no existir¨¢¡± cuando acabe su judicializaci¨®n

El tiempo ya apremia en el caso del proyecto del Hermitage en Barcelona. En su primera exposici¨®n p¨²blica en los ¨²ltimos cinco a?os, los promotores del plan para ubicar un centro cultural vinculado al museo de San Petersburgo han admitido que la v¨ªa judicial que se acaba de abrir, y que puede llevar a un largo periplo de resultado incierto, puede acabar condenando el futuro del espacio. ¡°La soluci¨®n judicial no es una soluci¨®n. Dentro de ocho a?os [periodo que creen que se prolongar¨¢ todo el proceso hasta una posible soluci¨®n del Tribunal Supremo] este proyecto no existir¨¢¡±, ha se?alado Albert Pinadell, coordinador general del proyecto tras el que est¨¢ el fondo suizo con sede en Luxemburgo Varia.

¡°Se ha de intentar solucionar ahora. En 2023 las cosas pueden ser diferentes o peores para el proyecto¡±, ha afirmado Pinadell en referencia a la posibilidad de esperar a las pr¨®ximas elecciones municipales y un supuesto cambio de gobierno. Actualmente, es el grupo de Ada Colau, Barcelona en Com¨², el que se opone a que un edificio dise?ado por Toyo Ito con exposiciones temporales alimentadas por el fondo del museo Hermitage se instale en un terreno de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), cerca donde hoy se levanta el hotel W. En su opini¨®n, lo ¨²nico que acabar¨¢n decidiendo los juzgados ser¨¢ si el Ayuntamiento o la APB tienen que indemnizar a los promotores del Hermitage por no haber acabado de ejecutar la concesi¨®n administrativa facilitada por el puerto.

En un acto convocado en el C¨ªrculo del Liceo, Pinadell ha dibujado una cronolog¨ªa de todos los avances, frenos y disputas administrativas y judiciales por las que ha seguido en los ¨²ltimos cinco a?os el devenir del proyecto. No estaba solo. Le acompa?aba el concejal de Turismo e Industrias Culturales del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marc¨¦, quien ha dejado claro que la posici¨®n del PSC es diametralmente opuesta a la de los comunes, grupo del que ha dicho que sent¨ªa ¡°una clara antipat¨ªa e indisposici¨®n¡± ante en el complejo.

Durante el coloquio, Marc¨¦ ha llegado a afirmar que el caso que ha rodeado al proyecto es ¡°la historia de un disparate¡± que puede acabar con un ¡°disgusto importante para la ciudad¡±. Se refer¨ªa a la posibilidad de que los inversores acabaran, por cansancio, dando puerta a Barcelona y desde Hermitage se optara por trasladar el proyecto a otras ciudades. Rosa Carretero, una de las personas que llevan m¨¢s tiempo tras el plan (desde que este surgi¨® en Barcelona hace diez a?os), ha indicado a EL PA?S que 22 capitales de provincia espa?olas se han puesto en contacto con Hermitage Barcelona, la sociedad que tiene el convenio con San Petersburgo, o directamente con el museo ruso para intentar hacerse con la inversi¨®n del centro cultural.

Pese a esas ofertas, Marc¨¦ ha asegurado que los promotores har¨¢n todo lo que puedan para que se quede en Barcelona. Hay una raz¨®n de peso para ello: pocas ciudades tienen el peso tur¨ªstico y la capacidad de atracci¨®n de visitantes con la que juega la capital catalana. Pero m¨¢s all¨¢ de eso, el regidor ha mostrado temor sobre c¨®mo podr¨ªa acabar todo el proceso judicial y ha coincidido con Pinadell sobre las dudas de c¨®mo puede fallar un juzgado. El edil tambi¨¦n ha subrayado que la imagen que se puede estar proyectando a Rusia puede acabar redirigiendo el museo hacia otro lugar y ha puesto tambi¨¦n ¨¦nfasis en el clima de ¡°desconfianza¡± que se puede abrir a partir de ahora entre dos entes imprescindibles para Barcelona, el Ayuntamiento y el puerto. Adem¨¢s, la judicializaci¨®n supone inmovilizar una parcela de terreno donde se querr¨ªa ubicar el museo.

Hermitage Barcelona sostiene que no ha lugar la oposici¨®n del Ayuntamiento a su proyecto despu¨¦s de que en 2015 se modificara el plan especial de la nueva bocana del puerto para introducir la posibilidad de levantar equipamientos culturales en la zona, un uso que antes no estaba previsto. ¡°Una de las opciones era que el Hermitage tomara la concesi¨®n, que es por eso que el Ayuntamiento ampli¨® los usos del solar¡±, ha explicado Pinadell.

El problema es que aquella modificaci¨®n inclu¨ªa una cl¨¢usula que obligaba a que cualquier proyecto contara con ¡°la conformidad expresa del Ayuntamiento¡± otorgada a trav¨¦s de un convenio. Y ese convenio es el que nunca se ha firmado, pese a las propuestas que ha realizado la Autoridad Portuaria de Barcelona y Hermitage Barcelona. Su ¨²ltima oferta fue incluir usos del edificio para el Liceo, plan que trabajaron con el centro oper¨ªstico de la ciudad.