La barrendera que retrata a los p¨¢jaros de Barcelona
Olga Mart¨ªnez compagina su empleo en el servicio p¨²blico de limpieza con su devoci¨®n por las aves de la ciudad
El ciudadano de a pie solo ver¨¢ unos gorriones en aquel chopo enclenque que resiste al fr¨ªo frente al Auditori de Barcelona. Olga Mart¨ªnez, en cambio, enfoca la c¨¢mara y tambi¨¦n identifica a un colirrojo tiz¨®n, un paseriforme com¨²n que cuando se acerca el invierno se traslada del bosque a los m¨¢s c¨¢lidos jardines urbanos. ¡°La gente solo sabe de palomas, gaviotas y cotorras, y porque les molestan¡±, lamenta esta trabajadora del servicio de limpieza p¨²blica del Ayuntamiento. Desde la primavera de 2020, Mart¨ªnez ha centrado sus habilidades como fot¨®grafa en captar la belleza de las aves que habitan la ciudad. El resultado es un sorprendente ¨¢lbum personal que no para de aumentar.
El estado de alarma por la pandemia del coronavirus descubri¨® a Mart¨ªnez la diversidad alada de Barcelona. Durante el confinamiento se desplazaba andando desde su puesto de trabajo, en el barrio de El Fort Pienc, a su domicilio en Sant Antoni. Durante el recorrido, sin tr¨¢fico ni transe¨²ntes, se sorprend¨ªa de los p¨¢jaros que pod¨ªa observar y que no hab¨ªa percibido antes. Decidi¨® que dedicar¨ªa su afici¨®n a la fotograf¨ªa a recoger visualmente la poblaci¨®n de aves urbanas. Durante los ¨²ltimos 20 meses ha salido de safari casi a diario y ha podido retratar a una veintena de las m¨¢s de 80 especies censadas en la ciudad.
Mart¨ªnez, de 51 a?os, empez¨® a fotografiar en la adolescencia con una instamatic. Su ¨²nica formaci¨®n en la materia la recibi¨® en la carrera de Bellas Artes, estudios que no finaliz¨®. Es autodidacta y aprende de la obra de nombres de prestigio en la fotograf¨ªa de naturaleza como Robert E. Fuller, Mark Smith o el legendario Ansel Adams. Cuando termina su jornada laboral, vestida todav¨ªa con el uniforme verde de Barcelona pel Medi Ambient, se dirige a alguno de los puntos en los que sabe que encontrar¨¢ a su presa. Por costumbre y ¡°por si acaso¡±, dice, lleva al trabajo su Nikon D500 y su teleobjetivo 150-600. ¡°Por si acaso¡± significa que si detecta un ejemplar desconocido durante su recorrido laboral con la escoba y el capazo, luego volver¨¢ con la c¨¢mara. De esta manera, en puntos c¨¦ntricos como la estaci¨®n del Nord, la plaza de les Gl¨°ries o la Sagrada Familia, ha tomado im¨¢genes de aves migratorias como el alcaud¨®n com¨²n o el papamoscas.
Quiz¨¢ a los animales que Mart¨ªnez ha dedicado m¨¢s horas es la familia de halcones peregrinos que anidan en la Sagrada Familia. Fotografi¨® a los adultos cazando palomas para los polluelos, que nacieron en la pasada primavera, y luego sigui¨® peri¨®dicamente los vuelos inici¨¢ticos de los peque?os. El mejor lugar para sus misiones son los jardines de Montju?c. All¨ª ha identificado a ejemplares de paseriformes crestadas como la abubilla o el herrerillo capuchino. En la monta?a m¨¢gica ha conseguido tambi¨¦n im¨¢genes de una garcilla bueyera, la gr¨¢cil garza blanca habitual en zonas h¨²medas, zamp¨¢ndose lib¨¦lulas y ranas.
Sus capturas favoritas han sido el vencejo y la golondrina. Los vencejos ya han emigrado al Sur, aunque sabe d¨®nde descubrirlos de nuevo el a?o que viene, en los huecos de un viejo edificio en El Fort Pienc. Las golondrinas le recuerdan a su abuelo Jos¨¦, que es quien la introdujo en el amor a la naturaleza. En el pueblo burgal¨¦s de Jos¨¦, Sandoval de la Reina, Olga pasaba los veranos y las fiestas. El abuelo le ense?aba las se?ales de los animales: ¡°Aqu¨ª durmi¨® una liebre, all¨ª una raposa¡±. Hoy su nieta sobre todo recuerda a las golondrinas que anidaban en la fachada de la casona familiar, y que ella y el abuelo espiaban por una rendija del segundo piso. ¡°Qu¨¦ fotos les hubiera hecho¡±, dice Mart¨ªnez con nostalgia.
Ataviada todav¨ªa con el mono de trabajo, hay barceloneses que topan con ella en sus ratos libres y creen que est¨¢ todav¨ªa trabajando. Mart¨ªnez recuerda una ocasi¨®n en la que un hombre, en la zona de Diagonal Mar, le pregunt¨® si las ocas que estaba fotografiando las hab¨ªan tra¨ªdo en un cami¨®n. ¡°Le expliqu¨¦ que las ocas, como los patos de cuello verde, se desplazan libremente desde el parque de la Ciutadella¡±, relata la fot¨®grafa. Tras una pausa afirma que hay un problema de insensibilidad, que los habitantes de la ciudad ¡°viven de espaldas a su fauna¡±, y as¨ª nos va.
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