Optimismo metropolitano
Reivindico un alcalde de la metr¨®poli de verdad: mucha gente que reside en municipios muy pr¨®ximos acude a Barcelona a trabajar cada d¨ªa o, al rev¨¦s, sale de ella para trabajar en poblaciones cercanas
En mi vida diaria dependo de cinco administraciones: la Uni¨®n Europea, el Estado Espa?ol, la Generalitat de Catalu?a, la Diputaci¨®n Provincial de Barcelona y el Ayuntamiento de Barcelona. No s¨¦ si sobra alguna, o si, quiz¨¢s, a¨²n falta otra m¨¢s, una sexta: una ?rea Metropolitana (¡°metro area¡±, en ingl¨¦s) barcelonesa mejor y m¨¢s fuerte que la actual y coordinada por un alcalde metropolitano, como el de Londres, Sadiq Khan, londinense hijo de inmigrantes paquistan¨ªes. ?Realmente deber¨ªa de ser as¨ª?
El municipio de Barcelona cuenta 1.636.732 habitantes (seg¨²n Idescat, consultado el 27 de diciembre) y lleva d¨¦cadas perdiendo poblaci¨®n. Hace cuarenta a?os ¨¦ramos 120.000 habitantes m¨¢s. De ah¨ª el pesimismo barcelon¨¦s de este siglo: cada a?o, hay m¨¢s defunciones que nacimientos, un mal asunto compensado por la inmigraci¨®n. Pero si sumamos a Barcelona la poblaci¨®n del resto del ?rea Metropolitana, doblamos de sobras la poblaci¨®n. Adem¨¢s, muchas personas del ?rea se desplazan cada d¨ªa para trabajar de un municipio a otro o, a¨²n m¨¢s all¨¢, como, por ejemplo, a Terrassa (223.000 habitantes) o a Sabadell (209.000), ciudades grandes y esperanzadas: no pierden poblaci¨®n. Conviene recuperar el optimismo vital.
Barcelona cuenta con 1.636.732 habitantes y lleva d¨¦cadas perdiendo poblaci¨®n
Pese a ser barcelon¨¦s, nunca he tenido claros los lindes entre mi ciudad y la segunda ciudad de Catalu?a, L¡¯Hospitalet del Llobregat, que cuenta con m¨¢s de un cuarto de mill¨®n de habitantes. Esto dice poco de m¨ª, desde luego, pero no debo de ser el ¨²nico. Luego la metr¨®polis barcelonesa es tan atractiva como recelada, cuenta con pocos amigos pol¨ªticos de verdad, gusta tanto como asusta. Su ¨¢rea metropolitana es hoy una realidad muy difusa, quiz¨¢s solo tiene unidad real si confrontamos la ciudad con el campo.
As¨ª, Eurostat, la agencia estad¨ªstica de la Uni¨®n Europea, usa desde 2004 un nombre afortunado para designar las aglomeraciones urbanas: ¡°LUZ¡± (en ingl¨¦s, larger urban zone). Y casi lo mismo hace la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OECD), que usa la denominaci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica y prosaica de ¡°?rea Urbana Funcional¡±. Par¨ªs, Estambul y Londres son las m¨¢s grandes, con m¨¢s de diez millones de habitantes cada una, pero, en la generosa terminolog¨ªa de la OECD, las hay muy peque?as: para integrar una de ellas solo se requiere un grupo de unidades administrativas locales en las cuales al menos la mitad de su poblaci¨®n viva en un ¨¢rea continuamente habitada con una densidad m¨ªnima de 1.500 habitantes por kil¨®metro cuadrado y un total, tambi¨¦n m¨ªnimo, de 50.000. Es una clasificaci¨®n laxa que, al final, sirve, como ya he escrito, para distinguir entre campo y ciudad, para poco m¨¢s. En Espa?a habr¨ªa m¨¢s de sesenta ¨¢reas urbanas funcionales.
Muchos pol¨ªticos han visto el ?rea Metropolitana de la capital como un contrapoder a la Generalitat
De ah¨ª que muchos pol¨ªticos no vean con buenos ojos ning¨²n tipo de refuerzo del ?rea Metropolitana de Barcelona: ser¨ªa, dicen, un contrapoder a la Generalitat de Catalu?a. Y, desde luego, duplicar¨ªa funciones, ser¨ªa otra administraci¨®n m¨¢s. Lo primero es verdad, pero repartir poder no tiene por qu¨¦ ser malo en s¨ª mismo, m¨¢s bien al rev¨¦s, la competencia es saludable en el ¨¢mbito p¨²blico y en el privado. Lo segundo no tiene por qu¨¦ ocurrir si la Ley catalana de 3 de agosto de 2010, que regula la cuesti¨®n, se reformara con tino. No lo espero: en su pre¨¢mbulo todav¨ªa se lee que la Catalu?a so?ada por los legisladores es la de municipios, veguer¨ªas y comarcas. Las veguer¨ªas, ninguna buena idea, fueron acuchilladas por el Tribunal Constitucional. Y las comarcas, originariamente establecidas durante la Segunda Rep¨²blica, fueron inercialmente recuperadas en 1988 con muy pocos cambios, ya no responden a criterios funcionales conocidos de transporte o urbanismo. Las razones de las fronteras entre El barcelon¨¦s y el Baix Llobregat, por ejemplo, son un misterio.
Los vaivenes pol¨ªticos no han ayudado nada: en 1988, el Parlament de Catalu?a suprimi¨® la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona, que agrupaba 26 municipios, por razones exclusivamente pol¨ªticas. En 2010 dio marcha atr¨¢s y recuper¨® la actual ?rea Metropolitana de Barcelona, con 36 municipios.
Reivindico un alcalde metropolitano de verdad: mucha gente que reside en municipios muy pr¨®ximos acude a Barcelona a trabajar cada d¨ªa o, al rev¨¦s, sale de Barcelona para trabajar cerca de ella y creo que es muy bueno acomunar trabajadores y vecinos. Esto lo ha expresado bien Ahmed Aboutaleb, alcalde de Rotterdam desde 2009, uno de los ganadores de The 2021 World Mayor Prize (www.worldmayor.com) por su compromiso en tratar a todos los ciudadanos como vecinos: trabajadores ¡ªo muchos inmigrantes¡ª no votan en mi ciudad, pero la mejoran y rejuvenecen. Un alcalde o una alcaldesa metropolitanos ser¨ªan un nexo de uni¨®n. Un motivo para un optimismo fundado.
Pablo Salvador Coderch es catedr¨¢tico em¨¦rito de Derecho Civil de la Universitat Pompeu Fabra.
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