V¨ªrgenes, alien¨ªgenas, porcelanas rotas y cuartos oscuros en el Santa M¨®nica de Barcelona

Hay vida en la ¨²ltima etapa del centro de arte Santa M¨°nica. Desde que en junio de 2021 tom¨® las riendas Enric Puig i Punyet, el viejo centro de arte contempor¨¢neo de la Generalitat est¨¢ viviendo una sacudida. Se comprob¨® en la primera exposici¨®n colectiva en la que se cuestionaba el propio hecho expositivo, ahora, vuelve a la carga con la muestra inaugurada este mi¨¦rcoles en la que una veintena de artistas reflexionan sobre el pasado desde una perspectiva art¨ªstica para buscar respuestas a temas del presente. En la veintena de propuestas presentadas este edificio religioso desacralizado se ha poblado de personajes extra?os como alien¨ªgenas, zombis, porcelanas de Lladr¨® y sus imitaciones con forma de cisnes, elefantes, j¨®venes melanc¨®licas, payasos y chinos, que acaban hechos a?icos por los visitantes, adem¨¢s de recrear un enorme cuarto oscuro donde se proyectan im¨¢genes de musculosos j¨®venes en calzoncillos cargadas de sexualidad.

El director del centro pidi¨® a los artistas invitados a esta muestra que estar¨¢ abierta hasta el 1 de mayo que respondieran a la pregunta ?C¨®mo nos enfrentamos hoy a la tradici¨®n que nos atraviesa y nos hiere? Y las respuestas se han producido en formatos dispares como el v¨ªdeo, la performance, las artes visuales, la pintura, la fotograf¨ªa, el arte experimental que ocupan todo el Santa M¨°nica. ¡°Ponemos en duda cierto mitos fundacionales y recuperando otros que se han dejado de lado podemos reconfigurar nuestro presente¡±, explica Puig que ha comisariado la muestra junto a Ferran Utzet y Marta Gracia, ¡°tras un proceso colectivo y no jerarquizado¡±, en el que incluso se han decidido por consenso cada uno de los espacios en los que ocupar¨ªan.

Est¨¢n de moda las instalaciones inmersivas. Ninguna como Un cuerpo inherente, la propuesta que hace Xesca Salv¨¤ que tras reunir 400 figuritas de porcelana que casi todo el mundo ha visto en casa de sus padres o de sus abuelos pueden ser lanzadas contra una diana para romperlas canalizando as¨ª las ganas reprimidas de hacerlo con las de casa por su carga sentimental. Algunos de los fragmentos acabar¨¢n en una vitrina ¡°de museo arqueol¨®gico¡±, explica la artista. Es una manera de enfrentarse con el pasado y la tradici¨®n, pero hay otras muchas.

Sutil e hipn¨®tica es Narciso, la instalaci¨®n que propone Greta Alfaro. Tambi¨¦n inmersiva. Tras pasar por una pared llena de humedades del propio claustro de Santa M¨°nica y de un rinc¨®n con jarrones de porcelanas y cristal que recogen las goteras (no reales) ofrece un video de casi dos horas en el que vemos la estancia de un club de hombres ¡°que deciden las cosas importantes que nos afectan¡± inundarse poco a poco, acabando con muebles, copas y cuadros. Alfaro asegura que se ha inspirado en el himno de los carlistas Por Dios, por la patria y el rey y ¡°los rancios valores que defiende¡±.

Al lado hay otro ¡°sal¨®n burgu¨¦s¡± recreado por el grupo teatral Jos¨¦ y sus hermanas, en las que se representa el escenario de nuestros dramas actuales (donde tendr¨ªa cabida alguna de las figurillas de porcelana) con sof¨¢s que se parten por la mitad y paredes que se mueven. Y en medio, una de las instalaciones m¨¢s grandes. La que proponen Ver¨®nica Lahitte y Antonio Gagliano que han reconstruido un decorado del Liceo (perdido en el incendio de 1994) realizado para La Santa Virreina de Jose Maria Pem¨¢n y estrenada en 1939. Sobre el relato de la conquista espa?ola los artistas han pintado y repintado ¡°las mentiras de la evangelizaci¨®n¡±.

Tiene mucho que ver esta instalaci¨®n con la del colectivo Ayllu, formado por migrantes y disidentes sexuales nacidos en Latinonam¨¦rica y el Caribe, que han dedicado un enorme y colorido altar dedicado a Nuestra Se?ora de los Papeles a la que le rezan para que se les devuelva todo lo que la llamada Conquista les arrebat¨®. Entre sus oraciones: ¡°Sant¨ªsima regularizaci¨®n, virgen nunca virgen, abogada nuestra sin t¨ªtulo europeo homologado, intercede por nosotros para la obtenci¨®n de nuestros papeles¡±. En su pieza, en la que tambi¨¦n hay un video que a modo de V¨ªa Crucis recorre los espacios de Barcelona relacionados por su pasado colonial, como la catedral donde se bautiz¨® al primer ind¨ªgena llegado de Am¨¦rica, habla de hechos de hace 500 a?os, pero tambi¨¦n del racismo de la sociedad actual.

No ind¨ªgenas, pero s¨ª alien¨ªgenas son los protagonistas que pinta y esculpe desde hace 12 a?os el artista m¨¢s veterano de la muestra, Robert Llim¨®s. Lo hace desde que, asegura, tuvo un avistamiento en Brasil en el que vio un ovni aterrizar y dentro dos personajes. Llim¨®s asegura que los ha vuelto a ver en sue?os una sola vez y que le dijeron que no les pintaba bien sus orejas, que ¡°las humanizaba¡±. ¡°Eso es que lo dem¨¢s lo pinto bien¡±, explica ante las risas de todos. El fen¨®meno UFO (objeto volador no identificado) tambi¨¦n est¨¢ presente en el trabajo de Albert Giron¨¦s, el m¨¢s joven de la muestra, buscando respuesta a un fen¨®meno que pese a no estar tan en boga como en otras ¨¦pocas sigue despertando pasiones.

En la muestra se pueden ver tres proyectos surgidos de la convocatoria ECOSS, promovido por la asociaci¨®n Koniclab. El colectivo Muaj! presenta una instalaci¨®n con vasos comunicantes (Membranas zombies) en los que cultiva setas, colillas o vasos de pl¨¢sticos de las m¨¢quinas de caf¨¦ que van de la vida a la muerte, como los zombis. M¨®nica Rikic m¨¢quinas espirituales (Metam¨¢quina) y Anna Carreras se pregunta en El logaritmo desnudo si a las m¨¢quinas, como ocurre con los humanos, les afectan los ciclos de la Luna. Por eso ha instalado un aparato que dibujar¨¢ cada d¨ªa a la misma hora, unas obras que colocar¨¢ en la pared a lo largo de los meses que dura la exposici¨®n. La respuesta se podr¨¢ comprobar entonces.

La visita termina con el trabajo de Agust¨ªn Ortiz Gnosis iluminada surgida a partir de uno de los 500 libros de la biblioteca del convento de Santa M¨°nica (1636-1835) que se conservan. En concreto uno de Tom¨¢s de Aquino que sirve de arranque para hablar de moralidad y cultura queer. El artista en una de las salas del piso superior ha creado una especie de cuarto oscuro de una discoteca gay, en la que suena la m¨²sica envolvente de Alan Neil, mientras en dos pantallas una docena de hombres en calzoncillos bailan y se mueven de forma desinhibida sin parar en una especia de m¨ªstica esot¨¦rica de la salvaci¨®n.