Intocables que no lo son tanto
Los colegios que segregan por sexo renuncian a hacerlo para mantener la subvenci¨®n p¨²blica
Al final, parece que pueden m¨¢s los intereses econ¨®micos que los principios. Hab¨ªan dicho y repetido que la separaci¨®n de los alumnos por sexo no obedec¨ªa a ning¨²n dogma ideol¨®gico ni mis¨®gino, sino al deseo de favorecer a los alumnos convencidos, dec¨ªan, de que la educaci¨®n diferenciada permite a ni?os y ni?as obtener los mejores rendimientos porque son diferentes, crecen de forma diferente y separ¨¢ndolos se atiende mejor a la especificidad de cada g¨¦nero. Pero una vez tomada la decisi¨®n pol¨ªtica de retirarles el concierto por esa segregaci¨®n, la discusi¨®n pedag¨®gica ha durado poco. Parece que la bondad del m¨¦todo decae cuando se queda sin subvenci¨®n. Pero m¨¢s all¨¢ de la contingencia de ciertos argumentos oportunistas, la renuncia de 11 colegios agrupados en la Instituci¨®n Familiar de Educaci¨®n, pr¨®xima al Opus Dei, a seguir segregando por sexos para poder seguir recibiendo subvenciones p¨²blicas demuestra hasta qu¨¦ punto el inmovilismo de determinadas posiciones se nutre del miedo de los pol¨ªticos al conflicto. Del tab¨² de que si se tocan determinados intereses se armar¨¢ la de Dios.
La Iglesia cat¨®lica es seguramente la instituci¨®n m¨¢s beneficiada por ese miedo inducido que su jerarqu¨ªa cultiva con maestr¨ªa porque aviv¨¢ndolo tiene ya media batalla ganada. Pas¨® con la eutanasia. Hac¨ªa d¨¦cadas que las encuestas mostraban que la opini¨®n p¨²blica era mayoritariamente favorable a su regulaci¨®n. Pero sucesivos gobiernos progresistas renunciaron a hacerlo por miedo a la reacci¨®n que pudiera suscitar. Y mientras tanto, muchas personas tuvieron que prolongar una vida de sufrimiento que no deseaban. Ocurri¨® lo mismo con la modificaci¨®n de la ley del aborto para implantar el sistema de plazos y acabar con el de supuestos, que tutelaba la vida de las mujeres y somet¨ªa a las que abortaban y a los m¨¦dicos a la espada de Damocles de la inseguridad jur¨ªdica.
El primer intento se remonta a 2004, con el gobierno de Pasqual Maragall, cuando el consejero Josep Bargall¨° (ERC) anunci¨® su intenci¨®n de retirar el concierto a los colegios que segregaban, que entonces eran 25 y ten¨ªan 18.000 alumnos. No prosper¨®, ni entonces ni despu¨¦s, a pesar de que la Ley de Educaci¨®n de Catalunya dispon¨ªa que los centros que prestan servicios de educaci¨®n deben hacerlo ¡°cumpliendo el principio de coeducaci¨®n por medio de escolarizaci¨®n mixta, que ha de ser objeto de atenci¨®n preferente¡±. En febrero de 2014 la consejera Irene Rigau renov¨® el concierto que ten¨ªan 15 centros que practicaban la separaci¨®n y que recib¨ªan 30 millones cada a?o del erario p¨²blico. De vuelta al gobierno, el consejero Josep Bargall¨® anunci¨® de nuevo en mayo de 2020 que retirar¨ªa la subvenci¨®n a los colegios que separaran por sexo.
La medida cuenta ahora con el paraguas jur¨ªdico de la nueva ley de Educaci¨®n, la Lomloe. Y 11 colegios que a¨²n segregan por sexo a sus m¨¢s de 9.000 alumnos de primaria y secundaria, han comunicado que prefieren mantener la subvenci¨®n y renunciar a la segregaci¨®n. Lo que demuestra que algunas cosas que parecen intocables no lo son tanto. Solo es cuesti¨®n de valent¨ªa pol¨ªtica. Ahora, habr¨¢ que vigilar que lo hagan.
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