El barniz ucranio

Al pie de la escalera central del Parlament luc¨ªa este mi¨¦rcoles una gran bandera de Ucrania. El pa¨ªs agredido est¨¢ presente en todas partes, despertando solidaridad y empat¨ªa. Bueno, y algo m¨¢s: sirviendo de arma para nuevas disputas internas de la pol¨ªtica dom¨¦stica. A¨²n estamos saliendo de las acusaciones por la gesti¨®n de la pandemia y entramos en una nueva pelea de gallos a cuenta de qui¨¦n es el number one de la gesti¨®n geopol¨ªtica. Es terrible ver la transformaci¨®n de la solidaridad en competici¨®n, y avizorar la conversi¨®n de la empat¨ªa en eslogan.

Al inicio de la sesi¨®n parlamentaria, diputados de todos los grupos se levantaron a ovacionar al c¨®nsul ucranio, presente en la tribuna de invitados, excepto los de la CUP, que mostraron un cartel con un misil dibujado y la se?al de prohibido encima, el emblema de ¡°No a la guerra¡±. Se les detectaba un orgullo por el desaf¨ªo -aunque es algo ambiguo el mensaje que dan con ese plante ante el diplom¨¢tico de un pa¨ªs invadido por la fuerza-; por supuesto, se han hecho notar, a pesar de que s¨®lo estaba en el hemiciclo la mitad del grupo.

Ucrania fue el barniz con el que muchos grupos quisieron dar un nuevo color a sus leitmotiv de siempre. Les doy un ejemplo: PP y Ciutadans repitieron sus ataques al Govern independentista, pero esta vez introduciendo el matiz eslavo: las veleidades pro-Putin de alg¨²n miembro del conglomerado de Puigdemont se lo ponen f¨¢cil. Tambi¨¦n se puso la camiseta ucrania Salvador Illa (PSC) para pedir al president, Pere Aragon¨¨s, como en cada sesi¨®n, que se acerque m¨¢s a Pedro S¨¢nchez.

Las nuevas necesidades de la guerra son un motivo extra, por supuesto. De tal manera que, obligado por las circunstancias, Pere Aragon¨¨s dej¨® la puerta abierta a participar en la conferencia de presidentes auton¨®micos del domingo en la isla de La Palma, a lo que se ha estado negando durante semanas. La perversi¨®n del calendario es que la presencia de Aragon¨¨s en esa cita puede coincidir con la conferencia nacional de Esquerra Republicana en la que se ha de debatir la estrategia del di¨¢logo, mientras no hay fecha a¨²n para una nueva reuni¨®n de la mesa: un panorama diab¨®lico que s¨®lo el barniz ucranio puede diluir.