La Fiscal¨ªa acusa de homicidio imprudente a los responsables del ¡°caos¡± en una residencia de Premi¨¤ de Mar
64 ancianos murieron en menos de un mes durante la pandemia y otros muchos sufrieron un trato denigrante, sin suficiente agua, comida o higiene
Un juzgado de Matar¨® (Barcelona) investiga, tras una querella de la Fiscal¨ªa, la actuaci¨®n de los responsables de la residencia de ancianos Ca n¡¯Amell, de Premi¨¤ de Mar, durante la pandemia de coronavirus. El fiscal acusa al director del centro y a la directora m¨¦dica de los delitos de homicidio por imprudencia grave, lesiones imprudentes y trato degradante. La investigaci¨®n comenz¨® en abril de 2020, en la peor fase de la pandemia, cuando el Departamento de Salud advirti¨® del ¡°elevad¨ªsimo ¨ªndice de mortalidad¡± entre los residentes y de ¡°graves deficiencias en el trato¡± dado a los ancianos.
La querella de la Fiscal¨ªa es un cuento de terror. Desde 2017, Ca n¡¯Amell estaba gestionada por DomusVi, que se presenta en su p¨¢gina web como ¡°la mayor red de residencias de ancianos de Espa?a¡±. El 1 de marzo, el centro ¡ªde cuatro plantas¡ª ten¨ªa 230 residentes. A mediados de mes llegaron tres pacientes derivados del Hospital de Matar¨® que dieron positivo en coronavirus. Aunque no se ha detectado el ¡°paciente cero¡±, fue el inicio de un brote que seg¨® la vida de 64 personas en apenas un mes y medio. Durante todo este tiempo, los responsables de la residencia no solo ¡°no adoptaron las medidas necesarias para evitar contagios¡±, sino que desoyeron reiteradamente las indicaciones del Departamento de Salud.
Los servicios de inspecci¨®n ya hab¨ªan advertido, al menos desde 2019, de graves deficiencias en Ca n¡¯Amell. La fiscal Montserrat Poderoso constata que la residencia ten¨ªa contratado a menos personal del que necesitaba para atender correctamente a los pacientes, hasta el punto de que ¨¦stos no recib¨ªan la alimentaci¨®n e hidrataci¨®n necesarias. Algunos ancianos ¡°padec¨ªan importantes p¨¦rdidas de peso y deshidrataci¨®n¡±. Con el benepl¨¢cito del director ¡ªque al mismo tiempo era el responsable econ¨®mico¡ª, el personal no daba a los ancianos la medicaci¨®n pautada (retiraban el ox¨ªgeno sin motivo) o lo hac¨ªan a deshoras. Tampoco les ayudaban a mantener una buena higiene: eran pocos y no llegaban a cambiar a tiempo la ropa o los pa?ales. Algunos timbres de alerta que necesitaban ancianos con especiales problemas de movilidad estaban ¡°inutilizados¡±.
Todas esas conclusiones constan en el detallado escrito de la fiscal, que recoge las conclusiones de los departamentos de Trabajo y de Salud, y tambi¨¦n los testimonios de familiares de los ancianos.
Aquel ¡°desorden¡± previo dio paso al ¡°caos¡±, dice la fiscal, cuando el coronavirus irrumpi¨® entre las paredes de Ca n¡¯Amell. Todo lo que se hizo, se hizo mal. Aunque la Fiscal¨ªa ha archivado la mayor¨ªa de denuncias de familiares por las muertes durante lo m¨¢s duro de la pandemia, hay excepciones. Como el caso de de la residencia de Tremp, donde tambi¨¦n murieron 64 ancianos en un mes sin que sus responsables hicieran nada para evitarlo. O el de Premi¨¤ de Mar, donde seg¨²n la Fiscal¨ªa la imprudencia de los responsables del centro al no adoptar medidas facilit¨® la expansi¨®n de ¡°un grave brote que concluy¨® con la muerte de muchos residentes¡±. ¡°A muchos de ellos¡±, denuncia la fiscal, ¡°ni siquiera se les dio un final de vida digno¡±, mientras que los que sobrevivieron al virus o no llegaron a infectarse padec¨ªan de forma m¨¢s severa que antes ¡°falta de alimentaci¨®n, hidrataci¨®n, curas, higiene y dispensaci¨®n de las medicaciones prescritas¡±.
El director, A. I., y la responsable del equipo m¨¦dico, M. M. J., deber¨¢n declarar como investigados ante un juez de Matar¨® por homicidio imprudente, adem¨¢s de lesiones imprudentes y trato degradante. Seg¨²n el relato del fiscal, los trabajadores de la residencia no usaban las EPIS ni segu¨ªan los protocolo sordenados por Salud. Los positivos por coronavirus ¡°no fueron convenientemente aislados¡±, lo que ayud¨® a expandir a¨²n m¨¢s el virus. El director lleg¨® a decir expresamente al personal del centro que no usara mascarillas porque eso pod¨ªa ¡°alertar a los residentes¡±. Tampoco se preocup¨® en trazar una distinci¨®n entre circuitos limpios y sucios.
La indolencia de los responasbles de Ca n¡¯Amell llev¨® a la Generalitat a intervenir la residencia el 17 de abril de 2020. La Generalitat abri¨® un expediente sancionador, acord¨® la suspensi¨®n de la prestaci¨®n de servicio y, en oto?o de ese mismo a?o, acept¨® el cambio de nombre y de titularidad del centro.
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