Reencuentro entre Maixabel Lasa y el exetarra Luis Carrasco: ¡°Saber la verdad sirve para seguir viviendo¡±
EL PA?S conversa con la viuda de Juan Mar¨ªa J¨¢uregui y con uno de sus asesinos sobre su encuentro en la prisi¨®n en 2011, sobre ¡®Maixabel¡¯ y sobre los l¨ªmites del perd¨®n
A Maixabel Lasa, de 71 a?os, le faltan dedos en las manos para contar cu¨¢ntas veces ha visto la pel¨ªcula que lleva su nombre y que narra su tragedia. La primera vez que se enfrent¨® a la pantalla estaba ¡°muy nerviosa¡±. Maixabel, estrenada hace apenas un a?o, ¡°tendr¨¢ futuro¡±, vaticina. ¡°Yo la habr¨¦ visto un par de veces. Refleja bastante bien lo que ocurri¨®¡±, interviene Luis Carrasco, de 52 a?os, uno de los etarras que particip¨® en el a?o 2000 en el asesinato del marido de Maixabel, el pol¨ªtico vasco Juan Mar¨ªa J¨¢uregui. J¨¢uregui, que hab¨ªa sido gobernador civil de Guip¨²zcoa, recibi¨® dos tiros por la espalda en un bar de Tolosa. La cinta, dirigida por Iciar Bolla¨ªn, recrea la entrevista que ambos mantuvieron en la prisi¨®n de Nanclares de Oca (?lava) en 2011, donde Carrasco le dijo que estaba arrepentido y Maixabel le ofreci¨® una segunda oportunidad.
Desde aquel encuentro hist¨®rico, v¨ªctima y victimario -as¨ª hablan de s¨ª mismos- han seguido en contacto telef¨®nico y personal. Hace unos d¨ªas charlaron, ante jueces del Grupo Europeo de Magistrados por la Mediaci¨®n (GEMME) en un acto sobre justicia restaurativa, un modelo alternativo que pone en el centro la reparaci¨®n del da?o a la v¨ªctima. El di¨¢logo, en el Colegio de la Abogac¨ªa de Barcelona -referente en el impulso de la mediaci¨®n- puso las emociones a flor de piel.
EL PA?S les reuni¨® de nuevo unos d¨ªas despu¨¦s, por videoconferencia, cuando ambos estaban ya de vuelta en el Pa¨ªs Vasco. Maixabel, que fue directora de atenci¨®n a las v¨ªctimas del Gobierno vasco, est¨¢ ahora jubilada y dedica su tiempo, en parte, a hablar de ¡°las cosas buenas que tiene la justicia restaurativa¡±. Luis permanece en tercer grado penitenciario con control telem¨¢tico y ha reiniciado su vida laboral. Conversan sobre aquella entrevista que abri¨® la V¨ªa Nanclares, sobre el perd¨®n y sus l¨ªmites, y sobre c¨®mo se puede pasar p¨¢gina sin olvidar.
Pregunta. Han pasado 11 a?os y siguen en contacto. ?Qu¨¦ saben el uno del otro?
Maixabel. S¨ª, hemos hablado, nos hemos visto algunas veces¡ S¨¦ las cosas que ¨¦l me cuenta. Yo le pregunto por el trabajo y la familia. S¨¦ que su madre falleci¨® hace tiempo.
Luis. Hablamos de la familia, de alguna cuesti¨®n pol¨ªtica¡ Cosas convencionales.
P. Cuando hablan, ?siempre est¨¢ presente el asesinato?
Maixabel. Entre v¨ªctima y victimario se construye un v¨ªnculo casi invisible que se prolonga en el tiempo. No s¨¦ decirte por qu¨¦, pero me sirve para entender lo que pas¨®.
Luis. Siempre me siento atravesado por esa cuesti¨®n. Ella no es una persona cualquiera, es alguien a quien he hecho mucho da?o.
P. El encuentro en Nanclares de Oca, aquel 26 de mayo de 2011 ?en qu¨¦ les cambi¨®?
Maixabel. Me embarqu¨¦ en los encuentros con presos de ETA porque pens¨¦ que era bueno para el futuro de la convivencia, porque estas personas m¨¢s pronto o m¨¢s tarde saldr¨ªan de la c¨¢rcel. Al salir de aquel encuentro, sent¨ª como si me hubiera quitado un peso de encima, sent¨ª una paz interior. Pienso que a Juan Mari le habr¨ªa parecido bien, porque ¨¦l hablaba con todo el mundo.
Luis. A m¨ª me ha servido para mirarlo todo de otra forma. Hay mucha diferencia entre la forma de pensar y mirar la vida que ten¨ªa antes y la que tengo ahora.
P. ?C¨®mo vivi¨®, Luis, el proceso por el que lleg¨® a la convicci¨®n de que deb¨ªa pedir perd¨®n?
Luis. Te das cuenta de que te has equivocado en un mont¨®n de cosas, que has hecho mucho da?o¡ E intentas darle la vuelta.
P. ?Ocurri¨® algo en particular?
Luis. No sabr¨ªa explicarte qu¨¦ pas¨®, no s¨¦ si hubo algo que lo encendi¨®¡ Imagino que s¨ª, pero no s¨¦ explic¨¢rtelo.
P. Desde el punto de la vista de la v¨ªctima, ?cu¨¢l es el proceso del perd¨®n y cu¨¢les son sus l¨ªmites?
Maixabel. La palabra perd¨®n tiene connotaciones religiosas y est¨¢ muy sobada, se usa para todo. Cuando Luis me lo pidi¨®, en la c¨¢rcel, le dije que no le iba a decir si le perdonaba. Pero s¨ª le dije que le dar¨ªa una segunda oportunidad, y eso implica preocuparme por ¨¦l, por su trabajo, por su futuro... Las personas que han hecho ese recorrido de autocr¨ªtica deber¨ªan recibir ayuda de las instituciones para su reinserci¨®n.
P. Luis, ha comentado en ocasiones que en el pasado no sent¨ªa ninguna empat¨ªa, que estaba imbuido del fanatismo de ETA. ?C¨®mo lleg¨® a ese punto?
Luis. Muchas veces me he preguntado por qu¨¦ termin¨¦ en ETA. Es complicado. Influye la personalidad de cada uno, si es permeable al entorno¡ El momento hist¨®rico tambi¨¦n es otro ahora.
P. En la entrevista, como refleja la pel¨ªcula, queda claro que Luis no sab¨ªa qui¨¦n era J¨¢uregui, ni conoc¨ªa su trayectoria pol¨ªtica y vital.
Maixabel. Siempre era as¨ª. Cosificar a la persona a la que iban a matar les ayudaba a hacerlo. Tampoco mataban mirando a los ojos, sino por detr¨¢s. Cuanto menos supiesen, m¨¢s f¨¢cil era.
P. Han pasado once a?os desde aquella entrevista, m¨¢s de 20 desde el asesinato. ?Siguen presentes esos sucesos cada d¨ªa de sus vidas o el tiempo ayuda a poner distancia?
Luis. El tiempo sirve para dar de ti mismo otra cara¡ En cierto modo, te vas humanizando. No s¨¦ si es la manera de decirlo, pero para m¨ª fue muy importante acercarme a Maixabel y escuchar a otras v¨ªctimas. Me cambi¨® mucho mirar el mundo de las v¨ªctimas, me sirvi¨® para sentirme mejor.
P. ?Y usted, Maixabel?
Maixabel. En Nanclares pude ponerle cara a la persona que me hab¨ªa hecho da?o. En el juicio lo hab¨ªa intentado, quer¨ªa mirarles a los ojos [a Carrasco y a los otros dos miembros del comando Buruntza de ETA condenados por el asesinato, Ibon Etxezarreta y Patxi Xabier Makazaga]. Pero no pude porque empezaron a hacer ruido y fueron desalojados de la sala.
P. ?Han vuelto a hablar sobre la entrevista?
Maixabel. S¨ª, no siempre que nos vemos, pero la hemos comentado.
P. ?Qu¨¦ les queda de ese encuentro? A veces, el recuerdo modifica la realidad de lo que pas¨®, pero quedan las sensaciones¡
Luis. A m¨ª me queda la sensaci¨®n de haber hecho lo que ten¨ªa que hacer porque lo sent¨ªa as¨ª.
Maixabel. Los recuerdos de aquel encuentro van cambiando, efectivamente. Pero hay cosas que no se olvidan. La sensaci¨®n que me dio Luis es que estaba totalmente arrepentido, y esa sensaci¨®n sirve para seguir adelante.
P. Los encuentros con presos arrepentidos de ETA son un ejemplo de la justicia restaurativa. ?De qu¨¦ sirve este modelo frente al proceso penal tradicional?
Maixabel. En un juicio, la v¨ªctima no sabe nada de lo que quiere saber, nadie le pregunta su opini¨®n. En el encuentro, pude preguntar a quien me hab¨ªa hecho da?o mir¨¢ndole a los ojos. Conocer la verdad sirve para pasar p¨¢gina y seguir viviendo. Y para no transmitir rencor. Yo quiero explicarles a mis nietos lo que pas¨®, pero no transmitirles odio.
Luis. El proceso penal no pacifica el da?o. Estas entrevistas sirven para darte cuenta de que has causado un da?o irreparable y, en parte, para poder curarte a ti mismo.
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