Desjudicializaci¨®n de la pol¨ªtica catalana
Si la jurisprudencia europea facilita al Tribunal Supremo la captura de Puigdemont, el proyecto de desjudicializaci¨®n podr¨ªa convertirse en una rejudicializaci¨®n, pol¨ªticamente inc¨®moda e incontrolable
Fue la palabra del verano. La utilizaron, sin contenci¨®n ni precisi¨®n, cuando empezaron los calores del t¨®rrido verano que ahora acaba. Dec¨ªan pretender desjudicializar el proc¨¦s, previamente judicializado hasta la saciedad, con severas condenas ya dictadas y con otros numerosos procesos incoados, pendientes de conclusi¨®n. Y, sobre todo, con Puigdemont judicializado, aunque procesalmente en rebeld¨ªa.
En tal contexto, desde el gobierno de Espa?a y desde la Generalitat de Catalunya, se acomete una iniciativa para solucionar el inacabable conflicto pol¨ªtico. El ministro Bola?os, en una entrevista a principio del verano, dec¨ªa que desjudicializar no es mirar para otro lado si hubiera un presunto delito. ¡°Es apostar por la pol¨ªtica, [porque] judicializar cronifica los conflictos¡±.
Un documento de esos mismos d¨ªas, suscrito por representantes del gobierno de Espa?a y de la Generalitat, dec¨ªa que ¡°la actividad pol¨ªtica debe llevarse a cabo dentro del ordenamiento jur¨ªdico vigente¡±. Es decir, se conciertan para que en lo sucesivo no haya ni unilateralidad extralegal, de un lado, ni polic¨ªa patri¨®tica o Pegasus, ilegales, del otro. Y a?ad¨ªa el siguiente circunloquio: ¡°La eventual mejora del marco normativo ha de producirse mediante mecanismos ya establecidos. Los acuerdos deben ser con mayor¨ªas grandes¡±. Estos son los m¨¢rgenes del terreno de juego en el que el gobierno de Espa?a y la Generalitat de Catalu?a se conciertan para resolver el conflicto, o por lo menos reconducirlo a m¨¢rgenes tolerables. M¨¢s all¨¢ de esos dif¨ªciles m¨¢rgenes es un territorio que pertenece a unos protagonistas ajenos a las iniciativas y documentos de este verano: es el territorio del sistema judicial espa?ol y europeo. Otra vez, el lento, complejo e inexorable territorio de la judicializaci¨®n.
Si la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea facilita al Tribunal Supremo espa?ol la captura de los rebeldes Puigdemont y acompa?antes, entonces el proyecto de desjudicializaci¨®n podr¨ªa convertirse en una rejudicializaci¨®n, pol¨ªticamente inc¨®moda e incontrolable. La soluci¨®n del indulto parcial, como el de los ya indultados, no es una soluci¨®n. Requiere, previamente, una instrucci¨®n judicial con sus previsibles recursos, sus interrogatorios de investigados y testigos, un juicio oral desmesurado medi¨¢ticamente, una condena, y un cumplimiento parcial de la pena. Previsiblemente, meses y meses de ¡°cronificaci¨®n¡± del conflicto, e innumerables ocasiones para incidentes deplorables.
La otra propuesta para desjudicializar el proc¨¦s se plasma en el circunloquio de Bola?os: ¡°La mejora del marco normativo¡±, o sea, la reforma de la sedici¨®n en el C¨®digo Penal, que nunca podr¨ªa alcanzar a la impunidad pr¨¢ctica de los que a¨²n est¨¢n pendientes de juicio. De todos modos, esta iniciativa exigir¨ªa mayor¨ªas parlamentarias de ley org¨¢nica, de problem¨¢tica consecuci¨®n en lo que queda de legislatura.
Seguramente en cuanto se reinicie el curso pol¨ªtico habr¨¢ otras iniciativas, todav¨ªa incompletas, o trabajadas con discreci¨®n entre los calores del verano, para desjudicializar el proc¨¦s, y que no conduzcan a la incontrolable espiral de la rejudicializaci¨®n. Es imprescindible evitar que, al o¨ªr la palabra del verano, los insidiosos anhelantes de la perpetuaci¨®n del conflicto nos recuerden la cl¨¢sica frase de Hamlet: palabras, palabras, s¨®lo palabras.
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