Los pueblos de Lleida donde llueve tan poco como en el desierto de Almer¨ªa

No es el desierto, sino Lleida. Aunque a tenor de lo que cae del cielo, o m¨¢s bien, de lo que no cae, algunos municipios de la provincia m¨¢s agr¨ªcola de Catalu?a parecen estar rodeados de una gran estepa. Dos localidades de Lleida han registrado precipitaciones menores a 250 litros por metro cuadrado anuales, una cantidad ¨ªnfima, similar a las del desierto de Tabernas (Almer¨ªa), seg¨²n el ¨²ltimo informe del a?o pluviom¨¦trico que publica el Meteocat cada septiembre. ¡°Ves como vienen las nubes, pero se van¡±, resume una vecina del municipio de Golm¨¦s. En un a?o especialmente seco, donde m¨¢s del 80% del territorio catal¨¢n ha sufrido escasez de lluvias, el Pla d¡¯Urgell se ha llevado la peor parte: tres de las cinco poblaciones donde menos ha llovido en todo el a?o (Golm¨¦s, Ivars d¡¯Urgell y Castellnou de Seana) pertenecen a esta comarca.

De los nueve a?os que lleva viviendo en Golm¨¦s (1.855 habitantes y 245 litros por metro cuadrado en el ¨²ltimo a?o), Raquel Minguell no recuerda un a?o tan seco: ¡°Pr¨¢cticamente no ha ca¨ªdo nada¡±, comenta mientras recoge a sus hijos del colegio, a la vez que los payeses se resguardan del calor al mediod¨ªa. Su relato coincide con los datos del Meteocat, que recogen un descenso de precipitaciones en la comarca en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Algo que el cambio clim¨¢tico agravar¨¢: la Generalitat calcula que en la comunidad llover¨¢ un 7% menos a mediados de siglo, seg¨²n el borrador del plan hidrol¨®gico 2022-2027. ¡°La gente se pregunta: ¡®?por qu¨¦ llueve en Vilanova de Bellpuig, que est¨¢ al lado, pero aqu¨ª no?¡¯¡±, a?ade.

Minguell, que trabaja en la Asociaci¨®n de Defensa Forestal de Golm¨¦s, concluye: ¡°La gran suerte que tenemos en la comarca es el canal de Urgell¡±. Esta infraestructura, que conecta el r¨ªo Segre con 70.000 hect¨¢reas de cultivo a lo largo de m¨¢s de 100 municipios, ha evitado que tanto hogares como agricultores de la regi¨®n hayan experimentado restricciones. Una veintena de municipios de la comarca de Les Garrigues, tambi¨¦n en Lleida, no han tenido la misma suerte el pasado agosto, al haber sufrido medidas como cortes de suministro o camiones cisterna como consecuencia de una sequ¨ªa que se ceba con un territorio echado al campo y donde los r¨¦cords tur¨ªsticos nunca llegan. Las poblaciones m¨¢s expuestas a la escasez de lluvia son las que est¨¢n desconectadas de los grandes embalses y canales, y dependen de peque?os acu¨ªferos o pozos.

Cerca de Golm¨¦s se encuentra Ivars d¡¯Urgell, un pueblo similar en poblaci¨®n (1.553 habitantes), litros por metro cuadrado anuales (258) y cultivos (frutas y cereales de regad¨ªo). El concejal de agricultura, Bernat Ramon Pedr¨®s, coincide en subrayar la importancia del canal, pero lamenta que el tama?o medio de sus peras se ha reducido considerablemente por una p¨¦sima combinaci¨®n: helada en primavera, ola de calor y lluvias de granizo.

El contraste entre los maizales secos y los verdes perales y manzanos es cada vez m¨¢s notable en el paisaje de Ivars d¡¯Urgell. Agricultores de la regi¨®n han plantado una segunda cosecha de cereal, motivados por la subida de precios derivada de la guerra en Ucrania, pero temen no poder aprovecharla. Tras acabar la recogida de verano, casi en el fin de temporada, se reduce cada vez m¨¢s el caudal del canal de Urgell, que est¨¢ conectado con el embalse de Rialb, actualmente bajo m¨ªnimos (4,7% de capacidad). La cooperativa de Ivars, una de las principales de la comarca, teme que en las pr¨®ximas semanas se vean comprometidos los 200.000 euros invertidos en 125 hect¨¢reas de ma¨ªz de cosecha tard¨ªa, indica una responsable de contabilidad.

Las alternativas de suministro al canal de Urgell en esta zona son inexistentes. ¡°Tendr¨ªa que llover 40 litros semanales para no depender del canal¡±, bromea Pedr¨¦s. Varios alcaldes de la zona aseguran que el gran reto est¨¢ en la modernizaci¨®n de esta infraestructura construida a mediados del siglo XIX. Indican que escasean las subvenciones para instalar sistemas m¨¢s efectivos como el gota a gota, en lugar de recurrir a grandes cantidades de agua para inundar el cultivo, como ocurre con el sistema del riego a manta. Los alcaldes alertan de que los peque?os payeses corren el riesgo de quedarse atr¨¢s por su incapacidad para invertir en estas infraestructuras.

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