Sant Andreu Comtal: preservar el patrimonio ferroviario
En Barcelona, el futuro se juega en la Estaci¨®n de Francia, inaugurada en 1929, que no dejar¨¢ de acoger trenes, al menos durante esta d¨¦cada
Cierra, una l¨¢stima, pues es la estaci¨®n ferroviaria en funcionamiento m¨¢s antigua de Europa: inaugurada en julio de 1854, est¨¢ en Barcelona, en Sant Andreu del Palomar, pero pronto dejar¨¢ de funcionar y ser¨¢ sustituida por otra nueva. Espero que el edificio conserve alg¨²n uso relacionado con su historia admirable.
Este es un art¨ªculo conservador y recurre, en apoyo del patrimonio industrial de Barcelona -y del mundo entero-, a Sir Roger Scruton (1944-2020), el fil¨®sofo de los conservadores brit¨¢nicos contempor¨¢neos. Scruton, al igual que Carlos III antes de ser rey de Inglaterra, abominaba de la arquitectura moderna, porque la consideraba vertical e insulsa, y abogaba por la conservaci¨®n de las viejas casas georgianas, victorianas y eduardianas que asociamos con la arquitectura urbana londinense desde la Revoluci¨®n Industrial.
Este fil¨®sofo ingl¨¦s, muy versado en est¨¦tica, defend¨ªa que la funci¨®n ha de servir a la forma y no al rev¨¦s, como, en cambio, se ha sostenido mayoritariamente desde Louis Sullivan (1856-1924), el arquitecto norteamericano padre de los rascacielos. No, no, sosten¨ªa Scruton: las casas y edificios hab¨ªan de encajar con su entorno, reafirm¨¢ndolo sin destacar de ¨¦l. Aunque, en contradicci¨®n con lo anterior, pero muy en l¨ªnea con su conservadurismo, tambi¨¦n preconizaba una concepci¨®n escultural de la arquitectura -por eso admiraba a Gaud¨ª-, es decir, una fusi¨®n entre arquitectura y escultura, entre arte y artesan¨ªa, y, en definitiva, entre forma y funci¨®n.
Conservar ideas, cosas y modos de hacerlas no es en absoluto despreciable: de la obra de Scruton queda la defensa de la forma en contra del progresismo funcionalista. El tiempo le ha ido dado bastante raz¨®n, pues hoy derribamos y demolimos menos que hace medio siglo.
Espa?a, con m¨¢s de siete mil kil¨®metros de v¨ªas de ferrocarril en desuso, tiene much¨ªsimas estaciones abandonadas o reconvertidas para nuevos usos. Quiz¨¢s la m¨¢s famosa es la de Canfranc, en Huesca, una estaci¨®n internacional y desmesurada inaugurada en 1928 por el rey de Espa?a y el presidente de la Rep¨²blica Francesa, con todas sus instalaciones dobladas, que hasta nuestro ancho de v¨ªa era distinto al europeo, como es bien sabido. Menos lo es que, durante la ocupaci¨®n nazi de Francia, la Wehrmacht se present¨® en el lado franc¨¦s, aunque no lleg¨® m¨¢s ac¨¢. La estaci¨®n, cerrada al tr¨¢fico internacional en 1970, tras el derrumbe de un puente franc¨¦s, est¨¢ lista desde 2021 para renacer, para recuperar su funci¨®n tradicional, acaso antes de que acabe esta d¨¦cada, quien sabe. Francia jam¨¢s tiene prisa en mejorar sus comunicaciones con Espa?a y Portugal, cada Estado vela por sus intereses.
En Barcelona, explica Manuel Marina, gu¨ªa experto del subsuelo de la ciudad, hay estaciones de metro cerradas, como las de Correos, bajo la plaza de Antoni L¨®pez, la de Gaud¨ª, bajo la avenida hom¨®nima, o la de Banco, bajo la plaza de Antonio Maura, que nunca lleg¨® a funcionar. En superficie, el ejemplo barcelon¨¦s m¨¢s logrado de cierre y reestructuraci¨®n es la Estaci¨®n del Norte, clausurada en 1972, pero felizmente reconvertida en estaci¨®n de autobuses veinte a?os despu¨¦s. En Madrid, a?ade, han restaurado la estaci¨®n de Chamber¨ª, de 1919 y cerrada en 1966, otro buen ejemplo que ha de cundir.
En el mundo, hay centenares, acaso millares, de estaciones en desuso, arruinadas o reconvertidas. Entre estas ¨²ltimas, hay tambi¨¦n ejemplos muy buenos en Estados Unidos, como la Central Station de Michigan, cerrada en 1988 y que pronto reabrir¨¢ como un campus de la Ford; o High Line, en Nueva York, dos kil¨®metros de v¨ªas elevadas reconvertidas en parque urbano, un paseo magn¨ªfico. En Europa, una referencia emblem¨¢tica es la Estaci¨®n, hoy Museo, d?Orsay, en Par¨ªs, proyectado por la gran arquitecta italiana Gae Aulenti (1927-2012), el cual recoge la gran pintura francesa desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial.
En Barcelona, el futuro se juega en la Estaci¨®n de Francia, inaugurada en 1929, la cual no dejar¨¢ de acoger trenes, al menos durante esta d¨¦cada, pues, nos dicen los responsables de cercan¨ªas, en alg¨²n sitio hay que aparcar locomotoras y vagones. De momento, la demolici¨®n de su ala anexa, iniciada este mes de septiembre, ser¨¢ seguida por la construcci¨®n de la Biblioteca P¨²blica del Estado, obra financiada por el Estado y gestionada por la Generalitat de Catalunya que se ha ido retrasando demasiado, ya es algo notable que arranque de una vez. Mas la Estaci¨®n divide el Barrio de La Ribera de la Villa Ol¨ªmpica. Como aparcamiento de trenes es m¨¢s bien un estorbo. A ver qu¨¦ sabremos hacer con ella.
Pablo Salvador Coderch es catedr¨¢tico em¨¦rito de derecho civil de la Universitat Pompeu Fabra.
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