El juez sobre el informe de expulsi¨®n de un l¨ªder de la comunidad isl¨¢mica: vago, gen¨¦rico y sin datos concretos
Un magistrado de Vilanova i la Geltr¨² considera que la polic¨ªa no acredita la ¡°urgencia de internar¡± en el CIE a Amarouch Azbir, acusado de amenazar la seguridad nacional
Los informes policiales para expulsar a dos l¨ªderes de la comunidad isl¨¢mica en Catalu?a acusados de amenazar la seguridad nacional han tenido distintos recorridos en los juzgados. Mientras Mohamed Badaoui, que cuenta con el apoyo del Parlament y el Ayuntamiento de Reus (Tarragona), espera su deportaci¨®n a Marruecos encerrado en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Zona Franca (Barcelona), su colega Amarouch Azbir lo hace en libertad, en Vilanova i la Geltr¨² (Barcelona). El juzgado de primera instancia e instrucci¨®n 5 del municipio ha dado un duro varapalo al informe policial que solicitaban su ingreso urgente en CIE. El magistrado concluye que el oficio es ¡°vago¡±, ¡°gen¨¦rico¡± y que no recoge datos concretos que acrediten la ¡°urgencia de internar¡± a Azbir, a la espera de su expulsi¨®n.
El auto considera que las conclusiones del escrito policial ¡ªque ubica a Azbir en la esfera del ¡°islam rigorista¡±, a favor de la Shar¨ªa, vinculado a ¡°personas e ideas yihadistas¡± que ¡°justifican la lucha armada en nombre del islam¡±¡ª ¡°no solo son vagas y gen¨¦ricas, sino que tambi¨¦n est¨¢n alejadas en el tiempo¡±. Critica la ¡°falta de elementos contundentes o de entidad y gravedad para hacer un juicio de peligrosidad¡±. ¡°La ideolog¨ªa de un individuo, por muy radical que sea y por muy alejada que pueda parecernos de la de nuestra sociedad, no puede considerarse en s¨ª misma como un riesgo para la seguridad nacional¡± hasta que no se pruebe ¡°al menos indiciariamente¡± si ¡°pone en pr¨¢ctica sus ideas atentando contra los principios b¨¢sicos de la sociedad democr¨¢tica o alentando a otros para que obren en tal modo¡±, resume el juez.
¡°Resulta exigible un m¨ªnimo de concreci¨®n en las conductas que se achacan¡±, reprocha el magistrado, que repite en diversas ocasiones la necesidad de ¡°pasar de vaguedades y generalidades a ofrecer circunstancias al menos un poco m¨¢s concretas y detalladas¡±. La polic¨ªa no aporta ¡°el m¨¢s m¨ªnimo dato¡± de como sus ideales radicales ¡°promueven o incitan al odio¡± y ¡°la violencia¡± o suponen ¡°radicalizar a terceros¡±, insiste. Tambi¨¦n se?ala que la mayor¨ªa de circunstancias ¡°parecen bastante lejanas temporalmente¡±, y detalla que la propia polic¨ªa admite que ¡°desde el a?o 2015 a la actualidad, [Azbir] ha moderado su discurso, adoptando en p¨²blico un perfil mucho m¨¢s discreto en sus postulados en favor del islam radical¡± ¡°No se reflejan lo m¨¢s m¨ªnimo conductas radicales recientes¡±, explica, sin que se ¡°detalle, ni tan siquiera se mencione¡± c¨®mo ha pasado ¡°m¨¢s all¨¢ de su forma de pensar¡± a actuar de forma ¡°que pudiera atentar contra los pilares b¨¢sicos de la convivencia y nuestra sociedad democr¨¢tica¡±.
El expediente, elaborado por la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n, define a Azbir como un hombre ¡°embaucador y manipulador¡± con sus fieles, a los que predica el islam m¨¢s riguroso. Tambi¨¦n asegura que consigue ¡°grandes donaciones para hu¨¦rfanos de zonas en conflicto de Palestina, Siria e Irak¡± y destaca su contacto en redes con movimientos como Despertar Isl¨¢mico, Hermanos Musulmanes y perfiles salafistas. Adem¨¢s, afirma que es el segundo im¨¢n de la mezquita Al-Forkan, en Vilanova i la Geltr¨², ¡°una de las m¨¢s radicales en sus postulados¡±, menciona la Operaci¨®n Chacal, sobre terrorismo, que afect¨® al centro religioso y a?ade que nunca ha condenado los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils.
Debido a la petici¨®n de ingreso en el CIE, el juez en funciones de guardia el viernes pudo escuchar en declaraci¨®n a Azbir, que neg¨® los hechos que le imputan. En su auto, el magistrado insiste que su decisi¨®n en ning¨²n caso supone la resoluci¨®n del expediente de expulsi¨®n, que dirime la Audiencia Nacional y que ya deneg¨® las medidas cautelares para paralizar la deportaci¨®n hasta la celebraci¨®n del juicio. Pero a?ade que debe valorar ¡°cu¨¢l es la causa de la expulsi¨®n y si tal causa podr¨ªa suponer un peligro real, cierto, actual e inminente¡± de que ¡°atente contra la seguridad nacional¡± o si existe un ¡°riesgo apreciable objetivamente¡± de que ¡°adopte medidas para dificultar que su expulsi¨®n se haga efectiva¡±. El magistrado, David Gonz¨¢lez, concluye que ¡°los resultados que arroja el oficio policial no son en modo alguno suficientes para justificar el riesgo para la seguridad nacional como causa que haga necesario adoptar el internamiento en CIE¡±.
El proceso de expulsi¨®n vivido por Azbir y Badaoui ¡°es totalmente excepcional¡±, asegura su abogado, Ivan Aybar, que ha defendido a diversas personas con expedientes administrativos del mismo tipo. Aybar indica que lo habitual es que los detenidos, como fueron Azbir y Badaoui la semana pasada, sean directamente deportados y el proceso judicial se dirima con ellos ya expulsados. El letrado no duda de que en el proceso ha influido la intensa movilizaci¨®n social en defensa sobre todo de Badaoui, un miembro de la comunidad isl¨¢mica muy conocido entre las entidades sociales y tambi¨¦n pol¨ªticas. Badaoui, de 40 a?os, lleg¨® a Espa?a con 10 y lleva desde entonces en la provincia de Tarragona. Fue portavoz de una de la mezquita AS-Sunnah, de Reus, vinculada al salafismo, y en junio de 2020 lo dej¨® para presidir la Asociaci¨®n por la defensa de los derechos de la comunidad musulmana (Adedcom); Azbir lleva 22 a?os en el pa¨ªs, donde trabaja desde hace dos d¨¦cadas con contrato fijo como barrendero en Vilanova i la Geltr¨². Ambos tienen trabajo, esposa e hijos.
Aybar ha esgrimido el escrito del juez de la Vilanova i la Geltr¨² ante la Audiencia Nacional, que debe pronunciarse de nuevo sobre la paralizaci¨®n cautelar de la expulsi¨®n. El tribunal ya consider¨® que primaba el riesgo de la amenaza a la seguridad nacional aducido por la Polic¨ªa que sus derechos personales, laborales y sociales mermados con la deportaci¨®n.
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