Casa Orsola, el faro de la lucha en defensa de los alquileres en Barcelona

Hace un a?o, en la asamblea del Sindicato de Inquilinos de Barcelona, un grupo de vecinos expusieron su caso. Destacaban: no eran ni j¨®venes precarios que no pod¨ªan pagar el alquiler, ni familias en apuros ante subidas inasumibles. Eran vecinos de una finca modernista del Eixample que ocupa todo un chafl¨¢n. El edificio, con 26 pisos de alquiler y cuatro locales, acababa de ser comprado por una empresa que tiene negocios inmobiliarios y no les renovaban los contratos al terminarse.

Doce meses despu¨¦s, la Casa Orsola (su promotor fue Juan Orsola, fabricante de los mosaicos que abundan en el edificio) se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha en defensa del alquiler y contra la expulsi¨®n de vecinos de sus barrios. Cuatro inquilinos siguen en sus pisos pese a que sus contratos han finalizado, y pagan el alquiler en el juzgado. Ocho tienen contrato indefinido. Cinco, contratos que vencen a partir de 2024. A una vecina mayor se lo han renovado. Dos pisos han sido ocupados. Y otros cuatro han sido reformados y tienen inquilinos de corta estancia, o bien est¨¢n en obras.

El edificio re¨²ne ingredientes para ser un emblema. Uno, vecinos que se sienten expulsados tras d¨¦cadas viviendo all¨ª. Dos, act¨²an en bloque y de la mano del Sindicato de Inquilinos. Tres, ocurre en la zona cero de la reforma urban¨ªstica del Eixample, la Superilla de la calle de Consell de Cent, una inversi¨®n p¨²blica con todas las papeletas para provocar gentrificaci¨®n. Cuatro, despiertan empat¨ªa porque vecinos de otras fincas han estado o est¨¢n en la misma situaci¨®n. Cinco, el alquiler el gran tema en la ciudad, con las rentas en m¨¢ximos hist¨®ricos despu¨¦s de que el Tribunal Constitucional anulara la ley catalana que fren¨® los aumentos. Y seis, una h¨¢bil campa?a de movilizaciones que se?ala a la propiedad como un fondo buitre (fuentes de la empresa, Lioness Inversiones, lo niegan y recalcan que son una empresa propietaria de una familia de la ciudad que compra y gestiona inmuebles) y que ha logrado que la alcaldesa Ada Colau denunciara del caso en el pleno municipal. El precio de la compra fue de 5,4 millones, seg¨²n documentaci¨®n que ha podido ver este diario, una cifra que Lioness ni confirma ni desmiente.

Este s¨¢bado los vecinos de la casa han convocado un acto-fiesta de protesta con conciertos de primeras espadas de la m¨²sica local. Adem¨¢s del Sindicato y otros colectivos, tambi¨¦n difunde el acto figura Barcelona en com¨², el partido que lidera la alcaldesa. ¡°Queremos dar visibilidad al conflicto, mostrar el apoyo que tiene la Casa Orsola y lanzar el mensaje de que este caso de hoy, puede ser el de cualquiera ma?ana. Es la punta de lanza del proceso de expulsi¨®n de vecinos que han pagado religiosamente, para hacer pisos tur¨ªsticos y de lujo¡±, resume el portavoz del Sindicato, Enric Aragon¨¨s. La organizaci¨®n rechaza la figura de ¡°un fondo que hace un negocio especulativo¡±.

¡°Hemos pagado durante 32 a?os, mi hijo ha nacido aqu¨ª, la finca ha cambiado de due?os y no nos renuevan los contratos mientras reforman pisos que se anuncian por 2.000 euros al mes¡±, se?ala Elisenda, de 59 a?os. Fue la primera inquilina a quien venci¨® el contrato y no se quiere marchar. Ya ha recibido la demanda judicial, inicio de un proceso de desahucio. ¡°No han querido negociar¡±, lamenta y asegura que en su caso han enviado documentaci¨®n que acredita vulnerabilidad y que les corresponder¨ªa un alquiler social. Vecinos con contrato indefinido tambi¨¦n se solidarizan con los que tienen fecha de vencimiento, como Anna y su familia. ¡°Tememos que detr¨¢s vamos nosotros, que buscar¨¢n la f¨®rmula para que nos marchemos¡±, mantiene.

Josep, profesor de instituto, es otro de los vecinos fuera de contrato. Tiene 47 a?os y lleva 20 en la finca. ¡°Primero recibes el burofax y no entiendes nada, luego te re¨²nes con el resto y ves que no es normal que te compren y te echen, que es un sistema que consiste en vaciar fincas enteras de vecinos para destinarlas a otros perfiles, de forma t¨¢cita te expulsan¡±, lamenta. Y a?ade que empresas como la propiedad ¡°no aportan, no construyen, no generan empleo, no quieren negociar, todo es verbal, nada por escrito¡±. Tambi¨¦n ha recibido la demanda. Tono tambi¨¦n: es director de programas de televisi¨®n y lleva una d¨¦cada en la finca. ¡°La situaci¨®n es dura: primero te llevas un susto, pero cada d¨ªa que pasa estamos m¨¢s convencidos de que esta lucha es por nosotros, pero tambi¨¦n para que acaben los desahucios invisibles, de vecinos que se marchan porque no les renuevan¡±, dice. Reconoce que ¡°nunca hab¨ªa sido activista, ni ten¨ªa previsto hacerlo¡±. Vasili ha sido el ¨²ltimo al que se le ha acabado el contrato y, como el resto, recuerda al antiguo due?o y la relaci¨®n de confianza que ten¨ªan con ¨¦l los inquilinos. Al fallecer, la finca la gestion¨® un tiempo el hijo del casero, hasta que la vendi¨®.

¡°No somos un fondo buitre¡±

Fuentes de Lioness Inversiones, que compr¨® la finca el 28 de octubre de 2021, lamentan que los vecinos ¡°se niegan a negociar individualmente sus contratos y solo lo quieran hacer colectivamente y a trav¨¦s del Sindicato¡±. ¡°Hacen mucho ruido, pero estamos hablando de cuatro o cinco pisos que tienen vencimiento de contrato y no quieren marcharse¡±, lamentan las mismas fuentes, que insisten en que ¡°no¡± son un fondo buitre, aunque admiten: ¡°La batalla del relato la hemos perdido¡±. Cuando compraron la finca, subrayan, ni el Ayuntamiento ni la Generalitat ejercieron el derecho de tanteo y retracto (la compra preferente) cuando se les ofreci¨®. ¡°Lioness es una compa?¨ªa de aqu¨ª, un grupo catal¨¢n con varias empresas, la principal dedicada al call center y otra inmobiliaria propietaria de algunos edificios, que no se dedica a especular sino a mantenerlos y cobrar las rentas, no somos un Blackstone¡±, aseguran las fuentes de la empresa, que rechazan haber ¡°presionado a nadie¡± y se desmarcan ¡°de pr¨¢cticas fraudulentas de otras empresas¡±.

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