La rejudicializaci¨®n de Vox

La ense?anza principal del proc¨¦s es que las soluciones traum¨¢ticas son insuficientes e ineficaces. La ruptura traum¨¢tica que pretend¨ªa el unilateralismo ilegal independentista careci¨® de fuerza suficiente para lograr sus objetivos. La imposici¨®n traum¨¢tica judicial de la legalidad vigente acall¨® el conflicto, pero es insuficiente e ineficaz para resolver el larvado problema hist¨®rico. La desjudicializaci¨®n es un ejemplo inteligente y audaz de aprendizaje de aquella lecci¨®n. Judicializar, seg¨²n la RAE, es llevar por v¨ªa judicial un asunto que podr¨ªa conducirse por otra v¨ªa, generalmente pol¨ªtica. Desjudicializar, por lo tanto, es optar por esa otra v¨ªa. Pero evidentemente, la nueva v¨ªa no garantiza la soluci¨®n final del problema. Es solamente el cauce, lleno de dificultades, contradicciones, interrupciones, retrocesos e incluso desaciertos. Y tambi¨¦n de obst¨¢culos tendidos por quienes no asumen la lecci¨®n del proc¨¦s, y no toleran m¨¢s tratamiento del problema que el de la rejudicializaci¨®n, es decir, la vuelta a la v¨ªa traum¨¢tica policial y judicial para imponer la legalidad vigente.

Vox nos brinda un ejemplo paradigm¨¢tico de esa intolerancia frente a cualquier v¨ªa de desjudicializaci¨®n del problema que resurgi¨® con el proc¨¦s. Ha interpuesto una querella ante el Tribunal Supremo contra el presidente del gobierno, Pedro S¨¢nchez, contra los integrantes de la mesa de di¨¢logo gobierno-Generalitat, contra el exministro de justicia, contra Oriol Junqueras y contra muchos m¨¢s. Seg¨²n Vox, los querellados habr¨ªan cometido un delito de conspiraci¨®n para la rebeli¨®n, y alternativamente para la sedici¨®n, y otros delitos derivados o relacionados con esa acusaci¨®n principal. Seg¨²n la querella, S¨¢nchez y los dem¨¢s querellados quieren desarmar al Estado, paso a paso, a lo largo del tiempo, con medidas como los indultos, la derogaci¨®n de la sedici¨®n y la disminuci¨®n de penas de la malversaci¨®n, con todo lo cual facilitar¨ªan la repetici¨®n impune de hechos como los del proc¨¦s de 2017, que ellos calificaban como delito de rebeli¨®n.

Pero los querellantes deben saber que hechos como los de 2017 no constituyen delito de rebeli¨®n, porque as¨ª lo decidi¨® el Tribunal Supremo en la famosa sentencia contra los independentistas. Tambi¨¦n deben saber que no cabe acusar de sedici¨®n, porque ese delito ha desaparecido del C¨®digo Penal. Y, sobre todo, deben saber que Vox no puede querellarse contra el Presidente y los dem¨¢s miembros del Gobierno por un delito de rebeli¨®n, porque no se lo permite la Constituci¨®n. Seg¨²n su art¨ªculo 102.2 para esa acusaci¨®n es necesaria la iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobaci¨®n de la mayor¨ªa absoluta del mismo. Vox necesitar¨ªa 87 votos para la iniciativa de la querella, y 175 para su aprobaci¨®n. Y solo tiene 52.

Deben saber, y saben, que su querella es procesalmente inviable. Les da igual. Solo pretenden azuzar el populismo ultrarrepresivo, simplista y visceral, ajeno y hostil a las reglas de la Constituci¨®n, del derecho y de la l¨®gica. Su pretendida argumentaci¨®n acusatoria no es irrisoria, ni obra de ignorantes. Es una querella mendaz e insostenible, que evidencia su taimada maquinaci¨®n leguleya y sus inquietantes designios extrajur¨ªdicos.

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