Crimen y castigo
La primera constataci¨®n es que Crims nos proporciona un espejo. Viene a decirnos que el mal nos espera debajo de cada piedra, o dentro de nosotros, en la familia, entre los vecinos
Hace pocos a?os colabor¨¦ asiduamente en el programa Crims de la radio nacional de Catalunya. Carles Porta es su fact¨®tum y cuenta con un gran equipo. Eligen casos, los explican y analizan, y de propina reflexionan sobre el hecho criminal, la insania, la brutalidad, historias escalofriantes que cuentan con una audiencia fenomenal. Carles Porta y los suyos tambi¨¦n hablan sobre el oficio, la cr¨®nica de sucesos, una especie de true crime a la catalana. El trabajo de los periodistas que se dedican a ello, la psicolog¨ªa de los criminales, la polic¨ªa, los jueces, la antropolog¨ªa de la violencia, varios puntos de vista y aproximaciones al delito, es un programa completo.
Crims dio el salto a la televisi¨®n y los ¨ªndices de audiencia alcanzaron cifras extraordinarias. La cr¨®nica negra, los hechos luctuosos, parece ser que las historias que se llaman basadas en hechos reales nos ponen la piel de gallina y encima nos enganchan en la pantalla. Secuestros, violaciones, sobornos, asesinatos, robos y falsificaciones, conductas estramb¨®ticas, situaciones inveros¨ªmiles, psic¨®patas, el sistema penitenciario, locos y verdaderos monstruos, la galer¨ªa es infinita y todo el mundo se hace las mismas preguntas: ?por qu¨¦ somos as¨ª y qu¨¦ se le puede hacer?
La primera constataci¨®n es que Crims nos proporciona un espejo. Viene a decirnos que el mal nos espera debajo de cada piedra, o dentro de nosotros, en la familia, entre los vecinos. Haciendo la funci¨®n de un aviso, ciertamente terrible, nos dice que ma?ana puede tocarnos a nosotros o que podemos ser nosotros los criminales. La segunda constataci¨®n es que Crims nos dice tambi¨¦n lo contrario: querido espectador, todo esto que te contaremos pasa a los dem¨¢s, ha pasado a los dem¨¢s, permanezca tranquilo. Y ese doble mensaje es el alma del true crime. Por eso nos gustan las novelas del g¨¦nero, o las noticias de esta ¨ªndole, porque nos ponen el miedo en el cuerpo, pero en un entorno controlado, alejado de nosotros.
Crims ha recibido cr¨ªticas. Lo habitual es decir que extiende el miedo. Pero es un miedo pedag¨®gico, como el que los padres inoculan a los hijos para que vayan con cuidado. Ya es triste, tener que contagiarle el miedo a un hijo precisamente para prevenirlo, pero el mecanismo es m¨¢s viejo que los caminos. Otra cr¨ªtica habitual es que Crims duele a las v¨ªctimas y a los familiares de las v¨ªctimas, porque a veces remueve casos suficientemente recientes y conocidos. Y esto es verdad. Sin embargo, el mal es previo al programa, primero, y segundo, el pa¨ªs es peque?o. Un programa similar en un pa¨ªs m¨¢s grande no levantar¨ªa tanto polvo. Por no decir que este tipo de casos, las comunidades siempre los han guardado a modo de ejemplo, dramas que se coleccionan a modo de preventivo general. El mal en n¨®mina, recordado entre todos, para no parar de construir un mundo mejor, con la esperanza de erradicarlo de una vez por todas. El mal mirado de frente, porque m¨¢s luz es menos impunidad.
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