?Qui¨¦n reparte carn¨¦s de crianza natural?
¡®Madres mam¨ªferas¡¯ es un libro que investiga los or¨ªgenes de este estilo de maternidad y cuestiona sus postulados: parto natural, colecho, porteo y lactancia a demanda
![Hora de comer de un beb¨¦.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TXHDPECOARBBXN3MAWRULOZOKI.jpg?auth=804404bb061e8a1df00907666c2d38e3d6ad63d86fdd625d2aec40de3b852e3b&width=414)
![Ana Pantaleoni](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F47e0754b-e0f6-487f-b8f6-a90670d2ad7d.jpg?auth=563ad7814c068229f30ff5a5b29eae721323804ecacdd8fbdaeb3cfd98a4f97e&width=100&height=100&smart=true)
Llega el beb¨¦ a la redacci¨®n. Enormes ojos azules. Tres meses. Un bebote espectacular. Uno pregunta: ¡°?Qu¨¦ come?¡±. El padre responde: ¡°Teta, pero le acabo de enchufar un biber¨®n. Estamos en transici¨®n¡±. ¡°?Ya?¡±, pregunta asustado el tercero en discordia. Y el cuarto a?ade: ¡°Ah, eres de los talibanes¡±. Juzgar sobre la manera de ejercer la maternidad/paternidad es un deporte nacional con mucha trayectoria. Lo hemos practicado todos. Pero hay algunos que juzgan m¨¢s fuerte. Y, sobre todo, m¨¢s alto.
Eva Millet, periodista y escritora, aborda los or¨ªgenes de un movimiento que no deja de ganar adeptas y adeptos y cuestiona algunos de sus postulados. ?Funciona la crianza natural? ?Conviene reforzar el apego? ?Se convierten nuestros hijos en ¡°seres maravillosos¡± bajo este sistema? Estas son algunas de las preguntas que plantea Millet en su nuevo libro Madres mam¨ªferas. ¡°Lo que me impuls¨® a escribir este libro es la apropiaci¨®n de los t¨¦rminos que hacen ciertas ideolog¨ªas. Cada vez hay menos ni?os, los tenemos m¨¢s tarde, est¨¢n s¨²per pensados, y este estilo de crianza natural te promete que tu hijo va a estar m¨¢s apegado si se siguen sus dictados. No deja de ser una hipermaternidad disfrazada. El mensaje que se transmite, que es ideol¨®gico, no cient¨ªfico, es que si el parto es natural, si la lactancia es prolongada y a demanda, si practicas el colecho y porteas al beb¨¦ todo el d¨ªa, te querr¨¢n m¨¢s, ser¨¢n m¨¢s inteligentes e, incluso, m¨¢s bondadosos¡±. Y el mensaje, seg¨²n la periodista barcelonesa, va por una sola v¨ªa que multiplica: las redes sociales. ¡°Hoy las madres ya no leen libros ni escuchan a las abuelas, sino que buscan los referentes en Internet. Y en la red los referentes son estos¡±, asegura Millet. Lo reconoc¨ªa el periodista de deportes Juan Irigoyen en la cr¨®nica precedente subrayando la culpa que le generaban los fundamentalistas del apego en los reels de Instagram.
Millet va desgranando. En primer lugar, dar el pecho, ?es siempre lo mejor? Los datos muestran que un 41% de las madres con hijos de 0 a 6 meses ha amamantado en exclusiva. En Espa?a, seg¨²n el INE, esta tasa es del 28,53% y de la mixta es del 18,42%. ¡°No cuestiono la lactancia, sino la obligaci¨®n de dar de mamar a toda costa. A veces las lactancias no funcionan o las madres no quieren dar el pecho por lo que sea y esto provoca unos sentimientos de ser una madre inadecuada que no puede ser¡±. Otras premisa: el parto tiene que ser seguro. ¡°Es verdad que lo importante es que sea lo m¨¢s humanizado posible, pero de nuevo nos hemos ido al otro extremo y parece que la violencia obst¨¦trica campe a sus anchas. No creo que los m¨¦dicos vayan practicando la violencia obst¨¦trica en los hospitales espa?oles. Las expectativas por un parto ¡°natural¡± son tantas que muchas mujeres se sienten fracasadas porque le han puesto epidural o le han hecho una ces¨¢rea. Tu hijo te va a querer independientemente de la forma que haya nacido, lo hayas transportado o haya alimentado, la crianza es m¨¢s que una serie de instrucciones¡±.
![Jean Liedloff (1926 - 2011)'. (Joe Bangay/Daily Express/Getty Images)](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KKWVWOF3VJB47MB7GZZ6JYRV3Q.jpg?auth=df68a0548905d26ba2a560c4e6b09b0aa2bf970146695d343937be32fd2e1aa7&width=414)
Cuenta Millet la historia de Jean Liedloff, una antrop¨®loga autora de El concepto del continuum, un libro inspirador sobre la maternidad natural. Esta estudiante y modelo, nacida en Nueva York en 1926, viaj¨® a la selva venezolana para buscar diamantes. Abandon¨® sus estudios y se instal¨® all¨ª. Su libro, prosigue Millet, es una oda al mundo primitivo y a la crianza comunitaria. Para Liedloff, el buen comportamiento de los ni?os yecuana estaba relacionado con el hecho de que eran cargados continuamente, dorm¨ªan con la madre y recib¨ªan lactancia a demanda. Ella misma denunci¨® que las madres modernas practicaban una crianza que empezaba con un traum¨¢tico nacimiento hospitalario, despu¨¦s se envolv¨ªa al beb¨¦ ¡°en un trapo sin vida¡± para, posteriormente, colocarlo ¡°en una caja¡±, donde era abandonado sin importar sus llantos.
¡°El objetivo de mi libro es tranquilizar a las madres, el apego es algo natural, no se consigue con una serie de instrucciones. El apego est¨¢ ah¨ª, es espont¨¢neo. Lo que me molesta es que cuantifican algo emocional. En este movimiento, el hijo es el referente, la madre se tiene que plegar a su voluntad. Es un estilo de crianza intensivo que implica una absoluta disposici¨®n de la madre, que solo se lo pueden permitir las clases medias-altas. El feminismo cl¨¢sico hace tiempo que lo denuncia como una regresi¨®n en la b¨²squeda de la igualdad de la mujer¡±, explica Millet.
Recurro a las malasmadres. Laura Baena Fern¨¢ndez, fundadora del club y presidenta de la Asociaci¨®n Yo no renuncio por la conciliaci¨®n, considera que ¡°el problema fundamental es que la sociedad no nos permite criar con apego cuando solo hay 16 semanas de permiso de maternidad. No somos libres. No estamos eligiendo, estamos renunciando y criando como podemos, teniendo en cuenta nuestros recursos. La sociedad nos dice que una crianza con apego es sobreproteger y hacer que los ni?os y las ni?as sean ego¨ªstas, cuando los expertos y las expertas dejan claro que es todo lo contrario y que una crianza respetuosa favorece su autonom¨ªa. Pero claro, para eso hace falta tiempo, cosa que no tenemos las madres¡±.
Hipermaternidad, hiperni?os, complacencia, aprender a frustrarse, son palabras a las que recurre Millet. Clara Blanchar, compa?era que tras el primer libro de Millet proclam¨® que se ¡°apeaba del hiperchurumbelismo¡±, confiesa ahora que no ha le¨ªdo el segundo, pero que ¡°as¨ª, de entrada¡±, rechaza el concepto de ¡°crianza natural¡± como etiqueta. ¡°Y menos si enfrenta. Y todav¨ªa menos si nos enfrenta a las mujeres juzg¨¢ndonos, que bastante tenemos con criar. Nos han ganado de nuevo. ?Qu¨¦ es natural? ?Qui¨¦n reparte carn¨¦s? Lo que no es natural es la vida fren¨¦tica que llevamos la humanidad occidental. A partir de ah¨ª, instinto y sentido com¨²n, que de eso sabemos todas y lo hacemos todo lo bien que sabemos. Con errores, claro, pero de eso tambi¨¦n se aprende¡±.
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