Podemos y el riesgo de volver al rinc¨®n

Hoy empieza la cuenta atr¨¢s de algo que puede decidir no solo el futuro de la izquierda en Espa?a sino tambi¨¦n la consolidaci¨®n de las conquistas sociales de los ¨²ltimos a?os. Yolanda D¨ªaz presenta hoy su proyecto pol¨ªtico Sumar, con el que pretende aglutinar a todas las fuerzas de la izquierda del PSOE, en dura pugna con Podemos, cuyos dirigentes se han atrincherado en una disputa de poder que pone en peligro la posibilidad de reeditar el gobierno de coalici¨®n. Solo un buen resultado del PSOE y de Sumar por separado puede evitar que una alianza del PP con Vox se haga con el Gobierno.

Fue el propio Pablo Iglesias quien design¨® a Yolanda D¨ªaz como l¨ªder de ese espacio pol¨ªtico, y ahora, en una incomprensible carambola, es el que m¨¢s obst¨¢culos pone al proyecto. En este pulso el que ha sido el principal activo de este espacio corre el riesgo de convertirse en su principal r¨¦mora. Y destrozar su legado como un Saturno que devora a sus hijos.

Discreta, sin hacer ruido, Yolanda D¨ªaz ha ido sumando colectivos al proyecto. Se han sumado organizaciones territoriales como los Comunes de Ada Colau, Comprom¨ªs, Drago o la Xunta Aragonesista; grupos ecologistas como Equo o Alianza Verde, y a Mas Pa¨ªs, la escisi¨®n de Podemos encabezada por ??igo Errej¨®n en Madrid. Todo eso junto suma mucho m¨¢s que Podemos, pero sin Podemos el proyecto tampoco est¨¢ completo. La tentaci¨®n de romper es una pulsi¨®n suicida de la que solo puede salir una derrota colectiva

Con su exigencia de reconocimiento y una posici¨®n dominante en las listas electorales, m¨¢s que fortaleza Pablo Iglesias exhibe debilidad. En realidad, en este envite se juega la supervivencia pol¨ªtica de Podemos. No hay precedentes de un ¨¦xito en la izquierda tan fulgurante como el suyo. Pero ahora sufre una evidente descapitalizaci¨®n pol¨ªtica. Un proyecto de largo alcance necesita algo m¨¢s que un hiperliderazgo con tendencia excluyente y una militancia et¨¦rea. Necesita proyecto, l¨ªderes inclusivos y organizaci¨®n. La mera conexi¨®n digital propicia compromisos ef¨ªmeros, vol¨¢tiles. Los c¨ªrculos de Podemos se evaporan con facilidad.

En la pugna de Pablo Iglesias con Sumar hay mucho de duelo existencial. Como ha explicado Ignacio Sanchez Cuenca, Podemos tuvo un crecimiento vertiginoso, pero su declive electoral est¨¢ siendo tambi¨¦n muy r¨¢pido. En diciembre de 2015 obtuvo 5.176.711 votos. En noviembre de 2019, se qued¨® en 2.931.133, un 43,4% menos. Si a los votos obtenidos por Podemos en 2015 se suman los 929.880 de Izquierda Unida, que concurri¨® por separado, la p¨¦rdida en 2019 de ese espacio es del 52%, un retroceso id¨¦ntico al que sufri¨® el PSOE entre 2008 y 2016.

Pablo Iglesias tiene en gran m¨¦rito de haber conseguido que la izquierda del PSOE acceda al Gobierno. Nunca antes hab¨ªa sido posible por la f¨¦rrea muralla levantada por el felipismo a todo lo que le disputara la hegemon¨ªa. Pero el retroceso que sufre Podemos indica que no ha sabido consolidar el terreno ganado. Pretender imponerse ahora en Sumar como si tuviera la misma fuerza que en 2015 revela una cierta desconexi¨®n con la realidad. Lo que pretende Yolanda D¨ªaz con el proyecto de sumar es aglutinar para salir definitivamente del rinc¨®n. Ser¨ªa lamentable que quien m¨¢s ha contribuido a sacar a esta izquierda de la irrelevancia fuera ahora, en din¨¢mica de repliegue y ensimismamiento, quien la empujara de nuevo al rinc¨®n.

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