El Puerto de Barcelona prev¨¦ mantener el volumen de cruceristas pese al movimiento en contra

Los cruceros vuelven a ser el elefante en la habitaci¨®n. En este caso, los elefantes tienen hasta 360 metros de eslora, miles de habitaciones, toboganes, piscinas, cines y gimnasios, verdaderas ciudades flotantes, y la habitaci¨®n es el Puerto de Barcelona. El impacto de los cruceros ¡ªtanto sus efectos positivos, en forma de impacto econ¨®mico, como sus efectos negativos por la contaminaci¨®n y su contribuci¨®n a la masificaci¨®n tur¨ªstica¡ª es una de las cuestiones que est¨¢ centrando los debates de la precampa?a de las elecciones municipales de mayo. Mientras la alcaldesa Ada Colau, apoy¨¢ndose en las reivindicaciones de entidades vecinales, que se movilizar¨¢n el pr¨®ximo 7 de mayo, reclama limitar el n¨²mero de cruceros, la Generalitat y el Puerto de Barcelona defienden esta actividad y la instituci¨®n argumenta que no tiene la capacidad de poner un tope a los barcos o a los pasajeros. El ¨²nico plan en marcha es el que surgi¨® de un acuerdo del Puerto con el Ayuntamiento, en 2018, seg¨²n el cual hasta 2026 se ir¨¢n trasladando todas las terminales de cruceros al Muelle Adosado, alejando estos buques del centro de la ciudad, y se pasar¨¢ de ocho a siete terminales. Esta reducci¨®n no implicar¨¢, en cualquier caso, que haya menos pasajeros: el plan estrat¨¦gico del Puerto indica que prev¨¦n mantener el volumen de cruceristas.

El acuerdo de 2018 ten¨ªa por objetivo alejar los cruceros de la parte del puerto m¨¢s cercana a la ciudad. En base a este acuerdo, en 2026 tienen que concentrarse en el Muelle Adosado siete terminales de cruceros, una menos que las que estaban operativas en 2018. Por ahora, ya funcionan en este espacio cinco terminales (tres de ellas gestionadas por Global Ports, y otras dos por el grupo Carnival), mientras que las dos que restan est¨¢n pendientes: una todav¨ªa no se ha sacado a concurso para su concesi¨®n, y la otra, cuya concesionaria es el grupo MSC, est¨¢ pendiente de su construcci¨®n, prevista para este a?o. A la espera de estas dos terminales, los cruceros tambi¨¦n pueden atracar en las terminales Norte y Sur del Muelle de Barcelona (el que rodea el World Trade Center). Fuentes del Puerto de Barcelona indican que no pueden hacer una previsi¨®n de cu¨¢ntos pasajeros podr¨¢ albergar el Muelle Adosado cuando est¨¦ totalmente operativo, ya que esto depende de las rutas que programen las navieras, de c¨®mo ser¨¢n los buques y de si vendr¨¢n llenos o no. Con todo, admiten que el Muelle Adosado, m¨¢s grande, permitir¨¢ albergar a las nuevas embarcaciones, a las que las navieras van sumando metros de eslora en cada inauguraci¨®n.

¡°El incremento de las dimensiones y la crisis de la covid hacen que se tengan que adaptar las terminales, segregando m¨¢s la gesti¨®n de los cruceros y la de las mercanc¨ªas¡±, se?ala el plan estrat¨¦gico del puerto 2021-2025. En este plan la instituci¨®n indica que, pese a la reordenaci¨®n de terminales, no prev¨¦n una reducci¨®n de los pasajeros: en la previsi¨®n de 2025, y teniendo en cuenta todas las tendencias mundiales, estiman que el riesgo sobre los cruceros sea moderado, y por lo tanto mantener los 3,1 millones de pasajeros de 2019. De hecho, seg¨²n este plan la actividad de los cruceros no tiene por qu¨¦ estancarse: en las proyecciones a 2040, la instituci¨®n indica que si el Puerto se convierte en un hub log¨ªstico l¨ªder en Europa, los cruceros seguir¨¢n ocupando el 1% del espacio que ahora ocupan; pero en el caso de que el Puerto solo consiga ser un puerto comercial potente en el plano regional, el espacio de los cruceros se ampliar¨ªa hasta el 4%, para compensar la falta de otras actividades.

Barcelona es uno de los polos m¨¢s importantes del mundo en la actividad de los cruceros. Antes de la pandemia logr¨® un r¨¦cord de 3,1 millones de pasajeros que pasaron por la ciudad (bien us¨¢ndola como puerto base para embarcar o desembarcar, bien solo unas horas en tr¨¢nsito), y se situ¨® como el primer puerto de cruceros de Europa y el cuarto del mundo. Con estos vol¨²menes, el debate sobre el impacto de esta actividad estaba muy encendido, pero la pandemia puso una pausa en esta cuesti¨®n: en 2020 hubo 198.842 pasajeros y al a?o siguiente 520.510. El a?o pasado, con el fin de las restricciones, la actividad dio un salto, y por Barcelona pasaron 2,3 millones de turistas de crucero (el 55,8% de los cuales como puerto base). Aunque todav¨ªa no ha recuperado del todo el volumen anterior a la pandemia, la tendencia es claramente al alza (con hasta 80 cruceros atracando en el puerto solo este mes de abril), y el debate ha vuelto a resurgir.

La semana pasada Colau pidi¨® a la Generalitat reunirse para abordar la cuesti¨®n y apost¨® por el decrecimiento del sector, cosa que ya hab¨ªa pedido un a?o antes. Hay una experiencia que va en esta direcci¨®n, y es el acuerdo al que lleg¨® el Gobierno de Baleares con las navieras en 2021, y que limita a tres las embarcaciones que pueden atracar en Palma. Con todo, el Puerto de Barcelona, donde el Gobierno ostenta la mayor¨ªa en un Consejo de Administraci¨®n en el que est¨¢n tambi¨¦n la Generalitat y el Ayuntamiento, afirma que no tiene capacidad para limitar ni el n¨²mero de cruceros ni el de pasajeros. El presidente del Puerto, Llu¨ªs Salvad¨®, defendi¨® la actividad de los cruceros y anunci¨® la creaci¨®n de un Consejo por la Sostenibilidad, que ha celebrado este mi¨¦rcoles una reuni¨®n t¨¦cnica, y que prev¨¦ celebrar una reuni¨®n pol¨ªtica en los pr¨®ximos d¨ªas. Precisamente este mi¨¦rcoles, el presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, ha recordado en el Parlament que la ley para regular la actividad es estatal, y que se necesita un acuerdo en este Consejo. Aragon¨¨s apuesta por revisar el acuerdo de 2018, por ejemplo obligando a que el 75% de los cruceros tengan Barcelona como puerto base, y aunque ha asegurado compartir la sensaci¨®n de que la presi¨®n de los cruceros es ¡°excesiva¡±, ha pedido ¡°no criminalizar¡± al sector.

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