La presunta violaci¨®n de un hombre en el cuarto oscuro de una discoteca gay de Barcelona llega a juicio
La Fiscal¨ªa pide cinco a?os de c¨¢rcel para el supuesto agresor en un caso poco habitual que subraya la escasez de denuncias por agresi¨®n sexual entre varones
Un hombre de 40 a?os se sentar¨¢ en el banquillo de los acusados por haber violado, presuntamente, a otro hombre en el cuarto oscuro de una discoteca gay de Barcelona. La Fiscal¨ªa pide para ¨¦l cinco a?os de c¨¢rcel por abuso sexual con penetraci¨®n en un caso muy poco habitual, coinciden fuentes policiales y judiciales, por la escasez de denuncias por violaci¨®n en el colectivo de hombres homosexuales. Los cuartos oscuros est¨¢n pensados para mantener, bajo anonimato y sin apenas luz, sexo con desconocidos. Son habituales en discotecas de ambiente, pero no son espacios de impunidad y el consentimiento mutuo sigue rigiendo entre sus paredes, tal como ha puesto de manifiesto la investigaci¨®n judicial.
El 26 de enero de 2020, Daniel (nombre ficticio) qued¨® para cenar con dos amigos en el centro de Barcelona. Hacia las 2.30, los tres entraron en la discoteca Arena de la calle Balmes, una de las salas con m¨¢s solera del ¨¢rea conocida como Gayxaimple por la proliferaci¨®n de bares y locales de ambiente en unas pocas calles. Dos horas despu¨¦s y tras haber tomado un par de combinados de alcohol, Daniel entr¨® en el cuarto oscuro y all¨ª conoci¨® a J. F. G., un hombre de origen colombiano. ¡°Se comenzaron a besar y de manera consentida se practicaron sexo oral mutuamente¡±, relatan tanto el auto de la jueza como el escrito de acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa.
El conflicto se produjo cuando J. F. G. le propuso mantener relaciones sexuales con penetraci¨®n. Tras constatar que ninguno de los dos llevaba preservativos, Daniel se neg¨®. El presunto agresor ¡°intent¨® en reiteradas ocasiones bajarle los pantalones y girarle para proceder a la penetraci¨®n anal¡±, mientras la v¨ªctima le ¡°empujaba para quit¨¢rselo de encima¡±, seg¨²n el auto de procesamiento. ¡°No quiero, no quiero, no quiero¡±, insisti¨® la v¨ªctima, que lleg¨® a colocar su mano en la zona del ano para evitar la agresi¨®n. Pero J. F. G. era m¨¢s fuerte y aprovech¨® su corpulencia para girarle, ponerle contra la pared, penetrarle contra su voluntad y eyacular en su interior.
Daniel le dio un empuj¨®n y se march¨® al ba?o para lavarse. M¨¢s tarde, volvi¨® a encontrarse en la discoteca al presunto agresor, que le pidi¨® el tel¨¦fono. La v¨ªctima accedi¨® voluntariamente a d¨¢rselo, seg¨²n consta tambi¨¦n en una investigaci¨®n judicial que lleg¨® a archivarse en julio de 2020, pero que se reabri¨® cuando la abogada de Daniel logr¨® que se le hiciera una exploraci¨®n psicol¨®gica. Ese examen, ordenado por la Audiencia de Barcelona, constat¨® que padece estr¨¦s postraum¨¢tico con ansiedad que ha ¡°persistido¡± pese al tratamiento psiqui¨¢trico y psicol¨®gico recibido. Los peritos concluyeron que el trastorno es ¡°secuela de la agresi¨®n sexual denunciada¡±. Daniel fue explorado en el Hospital Cl¨ªnic la misma noche de los hechos y denunci¨® la agresi¨®n dos d¨ªas despu¨¦s.
Hace poco m¨¢s de un a?o, la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 25 de Barcelona, Elena Carasol, decidi¨® procesar a J. F. G. por un delito de agresi¨®n sexual. En su escrito de conclusiones, sin embargo, la Fiscal¨ªa considera que los hechos constituyen un delito de abuso sexual con penetraci¨®n, seg¨²n el C¨®digo Penal vigente cuando ocurrieron los hechos, a principios de 2020. Adem¨¢s de los cinco a?os de c¨¢rcel, la Fiscal¨ªa pide que se imponga al acusado la medida de libertad vigilada durante 10 a?os y que se le proh¨ªba acercarse a menos de un kil¨®metro de la v¨ªctima o comunicarse con ella durante ese mismo tiempo. En caso de que prospere la acusaci¨®n, el hombre tendr¨¢ que pagar una indemnizaci¨®n de 10.000 euros por las secuelas y otros 5.000 euros por da?o moral.
El tab¨² de las agresiones entre hombres
¡°Los cuartos oscuros son fruto de la represi¨®n al colectivo y son una f¨®rmula que permite el anonimato. No podemos estigmatizarlos. Pero tampoco es un lugar donde todo vale¡±, explica Eugeni Rodr¨ªguez, presidente del Observatorio contra la Homofobia, que monitoriza las agresiones al colectivo LGTBI en Catalu?a. Rodr¨ªguez se?ala que, aunque algunos clubes fijan normas de comportamiento para los cuartos oscuros, en la mayor¨ªa de lugares lo que hay es ¡°un c¨®digo impl¨ªcito¡± donde predominan el sentido com¨²n y el respeto. Y eso pasa, en primer lugar, por el consentimiento. ¡°La voluntad est¨¢ por encima de todo. Si un hombre siente que ha sido violado, no tiene que culpabilizarse o naturalizarlo, ha de denunciar¡±, cuenta Rodr¨ªguez, que admite que las denuncias por agresi¨®n sexual en el colectivo gay son casi inexistentes.
Las violaciones en el colectivo son un tab¨². En contextos como los cuartos oscuros o las aplicaciones para ligar, como Grindr, la v¨ªctima asume err¨®neamente que, al buscar sexo con desconocidos, se expone a ciertos riesgos. ¡°Existe un sentimiento de culpabilidad, y tambi¨¦n el miedo a no ser cre¨ªdo. Eso explica que no haya tantas denuncias¡±, opina Marta Vizca¨ªno, doctora en Psicolog¨ªa Forense especializada en agresiones sexuales. Uno de los pocos casos que ha trascendido a la opini¨®n p¨²blica es el de los premios Feroz, celebrados a principios de a?o en Zaragoza, donde varios hombres denunciaron haber sido acosados y sometidos a tocamientos por el productor Javier P¨¦rez Santana en la fiesta posterior al galard¨®n.
¡°Se supone que los cuerpos de las mujeres son violables y los de los hombres no, y ese prejuicio act¨²a como una losa a la hora de denunciar¡±, subraya la portavoz de los Mossos d¡¯Esquadra, la inspectora Montserrat Escud¨¦, quien a?ade que el proceso de victimizaci¨®n de los varones que sufren conductas contra la libertad sexual es de extrema gravedad, informa Rebeca Carranco. El comisario jefe de Investigaci¨®n de la polic¨ªa auton¨®mica, Ramon Chac¨®n, admite que hay una ¡°cifra negra¡± de casos, que afecta especialmente a los hombres que viven su homosexualidad a escondidas y de espaldas a su entorno m¨¢s cercano. Seg¨²n datos de la polic¨ªa catalana, del total de denuncias por cualquier tipo de violencia sexual cuantificadas en los primeros cuatro meses del a?o, el 12,2% (182) fueron interpuestas por hombres.
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