El Liceu rescata Dido y Eneas casi 70 a?os despu¨¦s
El director musical William Christe y la core¨®grafa Blanca Li firman una delicada producci¨®n de esta joya del Barroco
Una peque?a orquesta de c¨¢mara a la derecha del escenario mientras Dido y Eneas, y tambi¨¦n Belindda, alzados como dos dioses, con ropas plateadas, sobre pedestales, cantan mientras media docena de bailarines expresan sus emociones. La ¨®pera de Henry Purcell, que narra la historia del tr¨¢gico amor entre la reina de Cartago y el h¨¦roe troyano, regresa este s¨¢bado al Gran Teatro del Liceo por primera vez desde 1956. El director William Christe y la core¨®grafa Blanca Li, directora art¨ªstica del Teatro del Canal, han sellado una alianza en la que la m¨²sica barroca y la danza se dan la mano en una pl¨¢stica puesta en escena tan deliciosa como fugaz. La mezzosoprano Kate Lindsay y el bajo Renato Dolcini asumen los roles principales.
El Liceu ha hecho este a?o un hueco a las ¨®peras antiguas con Orfeo y Erudici la semana pasada, ahora Dido y Eneas y la Coronaci¨®n de Poppea este julio. Pero, sobre todo, como dijo V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar, director art¨ªstico del Liceo, hace justicia con esta joya del barroco que no se representa desde hace casi 70 a?os en La Rambla. ¡°Solo se ha visto tres veces y es una rareza. Es una anomal¨ªa que viene a ser reparada¡±, explic¨® el director. ¡°Es una carta de amor. Y si volv¨ªa, deb¨ªa hacerlo con contundencia¡±. Estrenada este enero en el Teatro del Canal, la funci¨®n estar¨¢ en cartel este s¨¢bado -hoy lo ha hecho en una sesi¨®n under 35- y lo har¨¢ cuatro d¨ªas m¨¢s, hasta el d¨ªa 22.
Con un libreto del poeta irland¨¦s Nahum Tate y basado en el Canto IV de la Eneida, de Virgilio, Dido y Eneas se estren¨® en Inglaterra en 1689 en un internado para ni?as en Londres. No se volvi¨® a reponer hasta cinco a?os despu¨¦s para un intermedio de una obra de Shakespeare cuando Purcell, con solo 36 a?os, ya hab¨ªa fallecido. La obra se basa en la desolaci¨®n y muerte de Dido tras sentirse abandonada por Eneas que en esta versi¨®n inglesa es enga?ado por unas brujas maliciosas (y no por Dioses como en el poema de Virgilio) y abandona Cartago para cumplir sus cometidos heroicos como hijo del Rey de Troya.
Maestro en m¨²sica antigua y con una partitura que le ha acompa?ado toda la vida, Christie mostr¨® su sorpresa de que haga 70 a?os que no se represente Dido y Eneas en el Liceo cuando se trata, dijo, de una de las grandes casas de la ¨®pera de Europa. ¡°Me sorprende, pero no tanto porque en 50 minutos est¨¢ liquidada¡±, ha sostuvo Christe, especialista en la m¨²sica barroca y que dirigir¨¢ a la orquesta de c¨¢mara Les Arts Florissants. ¡°Hay directores que creen que la m¨²sica empez¨® en 1850 con Nabucco y no es as¨ª¡±, desliz¨® con humor ingl¨¦s.
La obra, como apunta el podcast del Liceo, est¨¢ envuelta en misterio porque entonces caso no exist¨ªa la ¨®pera, no se sabe tampoco quien la encarg¨®, porque es toda cantada y sin di¨¢logos contra lo que suced¨ªa en la ¨¦poca. Con esta delicada producci¨®n, fruto de la colaboraci¨®n entre Christe y Blanca Li, ya empezada en Francia hace 20 a?os, Dido y Eneas vuelve a sus or¨ªgenes porque el m¨²sico apunta que posiblemente fue concebida como una ¨®pera que daba la mano al ballet y eso es lo que sucede en el escenario. ¡°?l ama la danza y yo la ¨®pera¡±, afirma Blanca Li la core¨®grafa granadina, que revela que ha planteado Dido y Eneas como una ¡°doble narraci¨®n¡± ¡°Los cantantes son divinidades y su puesta en escena es bastante neutra y los bailarines expresan, desde el diafragma, las emociones de ellos. Es una obra de una belleza infinita¡±, afirma. ¡°Y un regalo para m¨ª¡±.
Con la iluminaci¨®n firmada por la escen¨®grafa, Evi Keller, que juega con velos trasl¨²cidos y un tel¨®n de fondo que parece cambiar de color, ahora dorado, y despu¨¦s lila, Lindsay y Dolcini cantan sobre esos pedestales rodeados de los m¨²sicos, el coro y los bailarines que se deslizan en un escenario empapado de agua. La mezzosoprano se estrena en esta producci¨®n y revel¨® que hace semanas que estudia los videos. ¡°Cantar desde un pedestal, con esos cinturones de seguridad, es como una met¨¢fora de la soledad y el aislamiento de Dido¡±, afirma. El bar¨ªtono italiano, que interpreta a Eneas y a la hechicera, abunda en ese simbolismo para expresar como Eneas es un h¨¦roe enamorado pero tan ambicioso y atrapado en su destino. La bell¨ªsima ¨¢rea de El lamento de Dido siempre envolver¨¢ a esta ¨®pera de la que Dolcini no quiso, dijo, hacer un spoiler pero apunt¨®: ¡°La coreograf¨ªa y el coro final me rompe el coraz¨®n. Me pone la piel de gallina¡±.
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