Afines a Laura Borr¨¤s maniobran para expulsar de Junts a la abogada que puede decidir el futuro de la presidenta
¡°Si no se sanciona debidamente a Oranich, el partido est¨¢ en una situaci¨®n de riesgo continuo¡±, manifiesta una de las demandas
Laura Borr¨¤s aplica la teor¨ªa que propone un buen ataque como mejor arma de defensa. La presidenta de Junts per Catalunya est¨¢ condenada a 4 a?os y medio de c¨¢rcel y a 13 de inhabilitaci¨®n por trocear contratos p¨²blicos, pero en su cruzada por presentarse como v¨ªctima de una persecuci¨®n ha tratado de restar legitimidad a los jueces que la condenaron, al reglamento del Parlament y a los diputados que la relegaron del esca?o, e incluso a la Comisi¨®n de Garant¨ªas de Junts, la instancia que tiene la potestad de apartarla del partido por ser una condenada por corrupci¨®n. Borr¨¤s no pelea sola. Incondicionales suyos han mandado al partido decenas de alegaciones para inhabilitar a la abogada Magda Oranich, presidenta del ¨®rgano disciplinario y que ha mantenido choques p¨²blicos con Borr¨¤s. La maniobra, de tener ¨¦xito, lograr¨ªa alterar la composici¨®n de la Comisi¨®n de Garant¨ªas e incorporar nombres m¨¢s afectos a Borr¨¤s. Algunos de los escritos, a los que ha tenido acceso EL PA?S, piden hasta 5 a?os de expulsi¨®n para la letrada. ¡°Si no se sanciona debidamente a Oranich, el partido est¨¢ en una situaci¨®n de riesgo continuo¡±, manifiesta una de las demandas.
En las denuncias remitidas al buz¨®n de Junts se recoge que Oranich ha difundido ¡°injurias¡± sobre Borr¨¤s, se la acusa de tener una ¡°animadversi¨®n¡± contra la l¨ªder de la formaci¨®n y de persistir en ¡°descalificaciones impl¨ªcitas y expl¨ªcitas, tanto de manera p¨²blica como privada¡±. Magda Oranich, de 78 a?os, es abogada y cuenta con una dilatada experiencia en el ejercicio del derecho. Fue una destacada activista antifranquista y form¨® parte del equipo legal que represent¨® a Salvador Puig Antich. Militante de Junts, el verano pasado fue la m¨¢s votada para liderar la Comisi¨®n de Garant¨ªas del partido, el ¨®rgano que vela por el cumplimiento del c¨®digo ¨¦tico de la formaci¨®n, donde se rese?a que el afiliado que se vea afectado por unos ¡°indicios de il¨ªcito penal o administrativo¡± que puedan poner en cuesti¨®n la buena imagen del partido ¡°tendr¨¢ que poner el cargo a disposici¨®n de la ejecutiva¡±. Tambi¨¦n se prev¨¦ la ¡°expulsi¨®n del partido¡± de quien haya sido condenado por un delito de corrupci¨®n.
El papel de la Comisi¨®n de Garant¨ªas puede ser determinante para decidir si la presidenta de Junts debe ser expulsada. A parte de Oranich, la Comisi¨®n la integran Josep Pag¨¨s, Maria Ant¨°nia Batlle, Merc¨¨ Alegre, Joaquim Jubert y H¨¨ctor L¨®pez Bofill. Fuentes del partido rese?an que este ¨²ltimo es el ¨²nico abiertamente cercano al borrasismo. Para alterar la composici¨®n del ¨®rgano disciplinario, un sector de militantes fieles a Borr¨¤s ha emprendido una campa?a de alegaciones. Se pide la apertura de un expediente disciplinario para Oranich en base a ¡°faltas muy graves¡± por ¡°reiterados perjuicios ocasionados a los m¨¢ximos representantes del partido¡±. La petici¨®n de sanciones conlleva su expulsi¨®n de Junts por un per¨ªodo de hasta 5 a?os y la inhabilitaci¨®n accesoria de acceder a cargos de elecci¨®n interna por 5 a?os.
Borr¨¤s, que cobra de Junts un sueldo que ronda los 90.000 euros anuales, mantiene que su sentencia no es firme porque cabe recurso y, adem¨¢s, ha reiterado que su causa judicial obedece a motivos ajenos a la ley y al c¨®digo penal: ¡°si hubiese justicia, la ¨²nica sentencia posible ser¨ªa la absoluci¨®n¡±. Oranich ha manifestado p¨²blicamente que la condena de Borr¨¤s por los delitos de prevaricaci¨®n y falsedad documental puede ¡°equipararse a corrupci¨®n¡± y ha se?alado que no se trata de ¡°delitos pol¨ªticos¡±, sino de ¡°delitos comunes¡±. Borr¨¤s no tiene buena relaci¨®n con la abogada. ¡°No acostumbro a descolgarle el tel¨¦fono para no escuchar sus gritos¡±, manifest¨® el a?o pasado Oranich.
Han pasado tres semanas desde que Junts per Catalunya escogi¨® a Anna Erra para reemplazar formalmente a Laura Borr¨¤s en la presidencia del Parlament. El relevo parec¨ªa una decisi¨®n l¨®gica para poner fin a la situaci¨®n de interinidad que hab¨ªa al frente de la c¨¢mara catalana, Borr¨¤s llevaba casi un a?o suspendida debido a su causa judicial por trocear contratos p¨²blicos, y le aseguraba al partido poder conservar una silla que da prestigio, influencia y dinero. Sin embargo, Borr¨¤s trat¨® de condicionar su sustituci¨®n, alegando ante sus compa?eros de formaci¨®n que quitarla a ella de en medio era validar el ¡°lawfare¡±, uso torticero de la justicia, que dice sufrir por su condici¨®n de independentista.
Cuando a finales de marzo el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a sentenci¨® que Laura Borr¨¤s era culpable de prevaricaci¨®n y falsedad porque troce¨® contratos para beneficiar un inform¨¢tico conocido suyo cuando presid¨ªa la Instituci¨® de les Lletres Catalanes , la presidenta de Junts elev¨® el tono de su contraofensiva. Abog¨® porque el independentismo escenificara una protesta contra su castigo y se declar¨® partidaria de dejar vac¨ªa su silla parlamentaria. La t¨¢ctica cont¨® con escaso apoyo, incluso su propio partido recelaba de renunciar a la cuota de poder que conlleva el mando del Parlament. Entonces, la presidenta saliente promocion¨® a Toni Castell¨¤ como nombre alternativo a Anna Erra. Borr¨¤s debati¨® el relevo directamente con Jordi Turull, secretario general del partido, y varios cargos de la direcci¨®n de Junts interpretaron que la presidenta trataba de asegurarse una serie de contrapartidas. Finalmente, acat¨® con el nombre de Erra, pero a cambio se asegur¨® no ser desplazada de momento de la presidencia de Junts, un cargo que le procura una retribuci¨®n econ¨®mica y cierta capacidad de influencia a la hora de escoger cargos y candidatos.
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