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Fito P¨¢ez inaugura por todo lo alto el nuevo festival Alma del Poble Espanyol desterrado de Pedralbes
El rosarino puso a cantar a todo el recinto, con masiva presencia de la comunidad argentina
Todo el mundo, cinco mil personas, todo el rato, en todos los lugares. Fito P¨¢ez en Barcelona, inaugurando el festival Alma, desterrado de Pedralbes y buscando nuevo hogar en el Poble Espanyol. Todo el mundo, entre treinta y cuarenta, con la Argentina toda all¨ª, quiz¨¢s menos la generaci¨®n Bizarrap, aunque alg¨²n representante hab¨ªa. Argentinidad exhibida con camisetas albicelestes, alguna bandera y ese dulce acento planeando por el recinto. Todo el rato, el que dur¨® el concierto, dos horas con sus 19 canciones, sin un solo momento de descanso. En todos los lugares: haciendo cola en el lavabo, pidiendo consumiciones en barra, infiltr¨¢ndose en la multitud en busca de mejor lugar, bes¨¢ndose o ensimism¨¢ndose: s¨ª, todo el mundo, durante todo el rato y en todos los lugares cant¨®. De manera continuada, enf¨¢tica e ilusionada, como si escuchar esas canciones implicase cantarlas con Fito, como si ir a uno de sus conciertos y no prometerse con la afon¨ªa fuese una ofensa al artista, como si en las ¨²ltimas semanas s¨®lo hubiese existido una cuenta atr¨¢s hasta el momento en que Fito comenzase a cantar El amor despu¨¦s del amor sin a¨²n salir al escenario. Fito P¨¢ez no es un rockero, es una religi¨®n.
Claro est¨¢, el concierto fue una apoteosis, un nexo con el lejano hogar que el de Rosario acercaba a Barcelona con sus canciones. Y Fito, sabedor de la carga emocional extra que tiene su m¨²sica fuera de Argentina, fue m¨¢s rosarino y porte?o que nunca, con esas presentaciones en las que las palabras se aovillan en un todo donde al final no se sabe si es m¨¢s importante la meta que el camino, con esos agradecimientos a los grandes argentinos que han marcado su carrera ¡ªSpinetta, Rodrigo Fres¨¢n, Cecilia Roth¡.¡ª y comentarios a prop¨®sito de Buenos Aires. Fue como un cicerone de la memoria colectiva que a?ora el terru?o y en esa a?oranza encuentra algo de su identidad, tambi¨¦n estructurada en canciones exitosas de Fito como las que mantuvieron enhiesto el repertorio: 11 y 6, P¨¦talo de sal, Naturaleza sangra, La rueda m¨¢gica, Circo beat, Ciudad de pobres corazones, Dar es dar o la ¨²ltima, Dale alegr¨ªa a mi coraz¨®n. Bien, en realidad habr¨ªa de citarse el repertorio entero pues ni en el popurr¨ª central la presi¨®n baj¨®, espolvoreada con funk en ese tramo del recital. Rock, negritud en los vientos, y funk. Y letras que hablan de lo eterno: el amor, la pol¨ªtica, la ciudad, la esperanza y tambi¨¦n la propia vida. Todo encarnado en Fito, pez en agua en un escenario.
?Calor?, s¨ª, claro, pero casi le dio un tono m¨¢s carnal y menos riguroso a la noche, en la que sudar entre la multitud pod¨ªa ser inicio de cualquier conversaci¨®n. Si sudaban los diez m¨²sicos en escena y pese a todo Fito luc¨ªa americana, ?c¨®mo no pasar calor abajo? Noche t¨®rrida para estrenar festival, que en un af¨¢n de reproducir all¨ª el esp¨ªritu de Pedralbes, instal¨® gradas frente al escenario y en un lateral, am¨¦n de segmentar la plaza en dos zonas, lo que en conjunto deposit¨® en las mu?ecas de los asistentes el colorido en pulseras diferenciadas propio de los grandes festivales. La cruda realidad ha provocado que el Alma haya de reinventarse en un nuevo espacio que nada tiene que ver con el que le vio nacer y que intenta hacer suyo con medidas que el tiempo determinar¨¢ si cumplen su misi¨®n. En la noche del martes, con el recinto lleno, plantearon algunos problemas de movilidad y de acceso, pero se intuye que si esos son todos los problemas que se presentan en el Alma, no habr¨¢ motivos de mayor queja por parte de la organizaci¨®n. Adem¨¢s el estreno fue sensacional: todo el mundo, todo el rato y en todo lugar cant¨®.
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