Jos¨¦ Aquiles, guardi¨¢n de la trova: ¡°Pablo Milan¨¦s ten¨ªa mucha saz¨®n en la cocina. Se desviv¨ªa por sus amigos¡±
El cantautor realiza una gira europea para conmemorar el movimiento que revolucion¨® la m¨²sica en Cuba hace medio siglo, centrado en el legado de Santiago
Dos leyendas de la canci¨®n latinoamericana como Omara Portuondo y Rub¨¦n Blades visitaron Barcelona durante el Cru?lla el pasado julio. Grandes festivales aparte, la ciudad tambi¨¦n acogi¨® esas fechas a Jos¨¦ Aquiles, un cantautor de Santiago de Cuba a quien le tocaba volver a Espa?a con 65 a?os por una buena raz¨®n: celebrar la irrupci¨®n de la nueva trova. Es uno de los m¨²sicos autodidactas de aquel movimiento que renov¨® el panorama cultural de la isla hace 50 a?os y que extendi¨® su huella por toda Hispanoam¨¦rica. Silvio Rodr¨ªguez, Sara Gonz¨¢lez, Pablo Milan¨¦s y otros gigantes han compartido escenario con este trovadorque no ha sido tan conocido por otra buena raz¨®n: quedarse defendiendo a capa y espada el patrimonio musical de su regi¨®n.
Con la fantas¨ªa de ser piloto, abandon¨® el barrio de Sorribes por la Habana para estudiar mec¨¢nica, aunque la guitarra que le consigui¨® una novia con 15 a?os cambi¨® sus planes. Mientras se iniciaba con el instrumento y sus primeras letras en 1972, la nueva trova se institucionaliz¨® en Manzanillo como movimiento pol¨ªtico. Aquiles cargaba su guitarra ¡°de arriba a abajo¡± en sucesivas visitas a Manicaragua, el pueblo de su pareja donde se hizo conocido como ¡°el oriental¡±. En la recepci¨®n de un hotel de esta localidad interior recibi¨® su bautismo musical en 1974: ¡°Estaban haciendo evaluaciones para incorporar a trovadores al movimiento¡±. A la segunda canci¨®n que interpret¨®, el jurado le admiti¨®. ¡°Estaba el mism¨ªsimo Noel Nicola, uno de los grandes fundadores¡±, recuerda Aquiles emocionado.
Desde entonces forj¨® su estilo durante una d¨¦cada llena de ¡°descargas¡± donde se reun¨ªa con trovadores en la calle Heredia de Santiago y m¨²ltiples festivales por toda la isla. La entrada de otro hotel reapareci¨® en su camino: esa vez toc¨® para Milan¨¦s, ya consagrado en toda Cuba por 1977. Llegaron a tocar juntos en los ochenta y conocerse m¨¢s all¨¢ del escenario. ¡°Pablo se desviv¨ªa con los amigos que iban a visitarlo. Era un excelente anfitri¨®n. Ten¨ªa mucha saz¨®n en la cocina y una dimensi¨®n humana extraordinaria¡±. Para Aquiles, ¨¦l demostr¨® que ¡°otra canci¨®n era posible¡± con su tema Mis 22 a?os (1965). ¡°Dio paso a un nuevo grupo de j¨®venes con textos renovados que se expresaron en la trova por necesidad est¨¦tica. Le llevaremos siempre en nuestros versos¡±.
En 1998 comienza su proyecto vital tras consolidarse como productor y compositor de bandas sonoras. Se propuso ¡°salvar la memoria musical de Santiago¡± desde su casa, en el estudio de grabaci¨®n que compart¨ªa con su mujer y sus tres hijos. La trova tradicional, ¡°un arma fundamental en la cultura del pa¨ªs¡±, estaba ¡°mal atendida y apenas sonaba en las radios¡±. Muchos trovadores quedaron condenados a la tradici¨®n oral ¡°sin quedar nada grabado¡±. Daniel Castillo fue el primero que pudo rescatar. ¡°Pis¨® un estudio por primera vez a los 90 a?os, dos antes de morir. Estaba en plena forma¡±. Poco despu¨¦s, el tambi¨¦n productor Ry Cooder hizo lo mismo con Compay Segundo y otras estrellas que catapult¨® Buenavista Social Club. ¡°Fue una bendici¨®n. Aquellos ancianos olvidados tuvieron que triunfar primero fuera del pa¨ªs para ser conocidos dentro. Ten¨ªan una inmensa riqueza de la canci¨®n cubana¡±, donde abarcaron aquella trova tradicional en himnos como Chan chan o El cuarto de tula.
Aquel estudio casero, llamado El S¨®tano de Amanda, cumplir¨¢ 25 a?os en diciembre. Tambi¨¦n ha estrenado a j¨®venes promesas como Leonardo Garc¨ªa o a Son de la Rambla, un grupo de amigos catalanes que peregrinaron durante a?os a Santiago impregnados por el folclore latinoamericano. Este octeto donde abundan los septuagenarios lleva dos d¨¦cadas consagrado en Barcelona como habituales del Harlem Jazz Club y otros locales. Aquiles les produjo Pl¨¢tano maduro, el ¨¢lbum donde volcaron cl¨¢sicos y temas propios. Carlos Romagosa, miembro fundador, es uno de los art¨ªfices de la gira europea de Aquiles. Le plant¨® en el Harlem con su guitarra. Estaba ¡°tan nervioso¡± como aquel d¨ªa de la evaluaci¨®n, pero transform¨® la sala en un patio santiaguero arropado por sus colegas trovadores afincados en distintos puntos de Catalu?a.
Antes de partir a Suiza, Aquiles pas¨® por Fedelatina para trazar la evoluci¨®n de la trova desde desde el Santiago finales del siglo XIX. Para ¨¦l no hay vieja ni nueva: ¡°Siempre fue una¡±. ¡°Parece imposible haber juntado tantos ritmos en un solo espacio¡±, sentenci¨® el historiador cubano Arsenio Rodr¨ªguez sobre esta regi¨®n. La revoluci¨®n haitiana ¡°que trajo a 30.000 franceses al este de la isla¡± fue el caldo de cultivo para que emergiera Tristeza, el primer bolero grabado por Pepe S¨¢nchez en 1885, y otras expresiones como la guaracha, el danz¨®n o el son. Rodr¨ªguez tambi¨¦n analiz¨® el fen¨®meno l¨ªrico de la nueva trova en El divino guion de habana abierta (Muntaner), con aquellos cantantes ¡°inspirados por norteamericanos como Bob Dylan, pero amparados por el gobierno¡±. Para ¨¦l, Aquiles es ¡°una de muchas joyas ocultas que, por muy buenos compositores que sean, tienen la tragedia de vivir en provincias: Si no est¨¢s en la Habana, no existes¡±.
Su ¨²ltimo trabajo, Otro abril, sigue una estela de once ¨¢lbumes donde Santiago de Cuba ha sido una constante. Aquiles est¨¢ convencido que no habr¨ªa recolectado tantos reconocimientos, como sus dos premios Cubadisco, sin mantenerse ligado a su tierra. ¡°En La Habana no har¨ªa igual mis canciones. La obra de uno se hace desde tus ra¨ªces, donde permaneces y te desenvuelves a diario. All¨ª no voy a encontrar lo que me aporta Santiago emocionalmente: sus personajes, sus rincones, todo. El trovador es el cronista de su tiempo¡±. Y como dice en sus Estampas a Santiago, ¡°la ciudad vive prendada de los trovadores¡±.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.