?Por qu¨¦ Catalu?a no ha ardido como Tenerife, Grecia o Canad¨¢?
Las lluvias de mayo y junio con las pol¨ªticas de prevenci¨®n logran esquivar el peor escenario, pero los expertos advierten de la mayor vulnerabilidad de los bosques por el cambio clim¨¢tico
Catalu?a ha tenido este verano todos los ingredientes para haberse convertido en un polvor¨ªn de incendios forestales como lo fue en 2022: sequ¨ªa prolongada y altas temperaturas. Pero de enero a agosto y a solo dos d¨ªas para que termine el verano meteorol¨®gico se han quemado un 75% menos de hect¨¢reas (ha) que en 2022 en el mismo periodo: 1.371 frente a 5.834. Las 573 ha calcinadas en el peor incendio del a?o -en Portbou y Colera- quedan muy lejos de focos de gran tama?o como el de la semana pasada en Tenerife (8.000 ha), que hasta ahora ha sido el m¨¢s importante de Espa?a. Las lluvias de mayo y junio, junto con otros factores institucionales, han permitido esquivar los escenarios m¨¢s catastr¨®ficos como este de Canarias y otros producidos en el Mediterr¨¢neo (Grecia, Turqu¨ªa, Italia). Adem¨¢s, las precipitaciones de este fin de semana por toda Catalu?a -hasta 100 litros por metro cuadrado en el Pirineo o 75 en el litoral- pueden suponer un salvavidas hasta finales de a?o. A¨²n as¨ª, los expertos forestales piden no bajar la guardia: las consecuencias del cambio clim¨¢tico aumentan el riesgo en medio plazo tambi¨¦n en Catalu?a, que cuenta con casi el doble de superficie forestal que la media de la Uni¨®n Europea.
Desde 1994, a?o en que se quemaron en Catalu?a 76.000 hect¨¢reas, ¡°se ha trabajado mucho, aunque quede mucho por hacer¡±, explica Ferran Dalmau Rovira, ingeniero forestal. Destaca que la comunidad es ¡°el territorio que m¨¢s avanzada tiene su planificaci¨®n contra incendios forestales junto con Valencia y Andaluc¨ªa¡± seg¨²n el ¨²ltimo informe de Greenpeace sobre el tema, donde ha participado la consultora que dirije (Medi XXI GSA). Se ha trabajado en ¡°factores clave¡± como la concienciaci¨®n, la planificaci¨®n o el reconocimiento de las personas del medio rural. A nivel t¨¦cnico, destaca el Plan Alfa, un mapa actualizado diariamente sobre el riesgo de incendio en cuatro niveles elaborado por el cuerpo de Agents Rurals y el Servei de Prevenci¨® de Incendis Forestals. La directora general de Ecosistemas Forestales y gesti¨®n del Medio, Anna Sanitjas, defiende que el Plan de prevenci¨®n de Incendios 2022-2025, dotado con 78 millones de euros, ¡°es el m¨¢s ambicioso de la historia en Catalu?a que multiplica por cinco los presupuestos anteriores¡±.
Antonio del R¨ªo, secretario general de la UGT en Bombers de Catalunya, se?ala que desde 2018 se ha revertido ¡°un mal end¨¦mico¡± de recortes en el personal de extinci¨®n de incendios en la Generalitat. Ahora pone el foco en el colectivo de bomberos voluntarios, donde ve necesaria una mayor profesionalizaci¨®n: ¡°Necesitamos m¨¢s calidad, no cantidad¡±, explica el sindicalista. Este sector anunci¨® una huelga para mejorar sus condiciones a inicios de mes. En total hay 74 parques de voluntarios con 1.715 bomberos y 70 centros con 2.269 funcionarios en plantilla.
Revitalizar el mundo rural y quemas preventivas
Adem¨¢s de los equipos profesionalizados, Dalmau indica que el segundo pilar en prevenci¨®n de incendios es el territorio rural ¡°vertebrado con asociaciones agrarias y proyectos de ganader¨ªa extensiva como los llamados reba?os de fuego¡±. Se refiere, por ejemplo, a los pastos de vacas y cabras que fueron clave para mitigar el incendio de Portbou. Existen 45 ganader¨ªas catalanas como esta que comen hierbas secas en zonas estrat¨¦gicas, y que la Generalitat subvenciona con 150 euros por hect¨¢rea al entender que son pastos con un menor rendimiento. Dalmau concluye que el paisaje formado por ¡°campos de cultivo y zonas pastoreadas entremezcladas con el bosque es el ¨²nico que permite evitar los grandes incendios¡±, aquellos que consumen m¨¢s de 500 ha.
Esta actividad concreta del sector primario se suma al conjunto de incentivos para generar actividad en el mundo rural. Por ejemplo, econom¨ªa de proximidad dirigida a ¡°aprovechar toda la biomasa forestal residual para sustituir gases de efecto invernadero por recursos renovable. Se debe limitar la cantidad de carga de combustible en los montes para limitar el desarrollo energ¨¦tico de los incendios¡±, insiste Dalmau.
Por mucho que se estimule la actividad rural, ¡°no se implantar¨¢ en los niveles de hace siglos, antes de la revoluci¨®n industrial¡± indica Llu¨ªs Brotons, ec¨®logo e investigador del Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF). El experto se?ala que la otra herramienta esencial para el paisaje son las ¡°quemas preventivas organizadas¡±, clave para reequilibrar ecosistemas y recuperar biodiversidad, como en el caso de las ¨¢guilas perdiceras. Indica que se han empezado a hacer pruebas de este tipo en el Vall d¡¯Aran y que no se ha intervenido en algunos incendios de escasas dimensiones: ¡°Son fuegos a peque?a escala para prevenir grandes incendios¡±.
Mayor masa forestal en un escenario m¨¢s adverso
Las lluvias de mayo y junio fueron ¡°un bal¨®n de ox¨ªgeno¡± antes de la campa?a de incendios para Brotons; una circunstancia que no ocurri¨® en 2022, adem¨¢s de pocos episodios de simultaneidad con mucho viento. Los ingredientes que se alinean con el cambio clim¨¢tico para el investigador son dos: la sequ¨ªa acumulada -que deja m¨¢s combustible forestal por la baja humedad- y las olas de calor m¨¢s frecuentes, que provocan temperaturas ¡°anormalmente altas durante m¨¢s tiempo¡±. La Generalitat pronostica que a mediados de siglo llover¨¢ un 7% menos en su plan de gesti¨®n de las cuencas internas 2023-2027. Adem¨¢s, el ¨²ltimo informe Deboscat, elaborado por CREAF, registr¨® el a?o pasado el r¨¦cord de hect¨¢reas catalanas afectadas por la sequ¨ªa desde que lo registran (2012). A?aden que 2022 estuvo marcado por anomal¨ªas de temperatura y precipitaciones respecto a la media de los ¨²ltimos 30 a?os, un fen¨®meno tambi¨¦n presente este a?o.
En Espa?a se han producido m¨¢s de 2.000 grandes incendios desde 1968, cuando comenzaron los registros. El m¨¢s grave ocurrido en Catalu?a ocupa el puesto duod¨¦cimo a nivel nacional: Masarac (Girona) en julio de 1986, que dej¨® 19.612 ha calcinadas. Le siguen los de Montmajor y Naves (Barcelona-Lleida, 16.833) y Sant Mateu de Bages (Barcelona, 13.323), ambos en 1994. ¡°Hay menos incendios forestales pero los que se hacen grandes tienen potencial para serlo mucho¡±, indica Dalmau. La media de siniestros anuales de la ¨²ltima d¨¦cada en Espa?a (10.600) es casi la mitad que en 1991-2000, pero crecen los grandes incendios: ¡°El 0,54% de los incendios de 2022 en Espa?a causaron el 80% de la superficie quemada¡±.
Dos tercios de la superficie de Catalu?a es forestal: ha crecido m¨¢s de un 60% en el ¨²ltimo medio siglo principalmente por el abandono del sector primario. El calentamiento global ha favorecido que tres cuartas partes del bosque de la Comunidad sea m¨¢s resistente a la falta del agua, con especies mediterr¨¢neas como los pinos, encinas y alcornoques (frente a continentales como las hayas). Aun as¨ª, tener tanta cantidad de masa forestal con sequ¨ªas m¨¢s frecuentes sigue condenando a los ¨¢rboles a un mayor estr¨¦s h¨ªdrico que deja m¨¢s materia org¨¢nica seca que act¨²a como combustible ante el calor.
A finales de agosto se considera que el riesgo desciende considerablemente al haber m¨¢s humedad y noches m¨¢s largas. Sin embargo el cambio clim¨¢tico provoca veranos m¨¢s largos donde tardan m¨¢s tiempo en desvanecerse las altas temperaturas. ¡°Ese alargamiento unido a una desestacionalizaci¨®n del riesgo de incendio implica la necesidad de ser prudentes¡±, advierte Dalmau. ¡°Un episodio de tormentas secas sobre un pa¨ªs que soporta una sequ¨ªa intensa puede poner fin a este periodo de calma. Los incendios de estos d¨ªas en Grecia est¨¢n mostrando como en pocas horas se pueden perder decenas de miles de hect¨¢reas No podemos evitar las tormentas, ni los accidentes. S¨ª podemos evitar las negligencias y tener demasiada carga de combustible en el monte.¡±
¡°La temporada de incendios se ha desestacionalizado. Cada vez es m¨¢s f¨¢cil que haya riesgo de incendios graves fuera de los meses de verano¡±, apunta Cristina Sant¨ªn Nu?o, investigadora Ram¨®n y Cajal en el Instituto Mixto de Investigaci¨®n en Biodiversidad. Indica que se modific¨® recientemente la legislaci¨®n forestal para grandes incendios hacia ¡°una pol¨ªtica de prevenci¨®n los 365 d¨ªas del a?o¡±. ¡°En la cuenca mediterr¨¢neo hay un 50% m¨¢s de d¨ªas propicios para incendios por las condiciones meteorol¨®gicas que en los a?os ochenta¡±, se?ala uno de sus ¨²ltimos informes. ¡°El fuego es un elemento intr¨ªnseco del paisaje mediterr¨¢neo. Las zonas naturales pueden arder en cualquier momento. Lo que podemos hacer es que impacte de la forma menos negativa a las sociedades humanas¡±, concluye.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.