La negociaci¨®n de la investidura con Puigdemont eclipsa al PSC
Los socialistas catalanes mantienen un perfil bajo pese a arrasar el 23-J y obtener m¨¢s esca?os que todo el independentismo junto
El PSC vive encerrado en una paradoja: arras¨® en Catalu?a en las elecciones generales del 23-J al obtener m¨¢s de un tercio de los diputados en liza (19 de 48, 1.200.000 votos), pero apenas tiene visibilidad, desplazado por el protagonismo que han adquirido los partidos independentistas, claves en la negociaci¨®n de la investidura de Pedro S¨¢nchez. Con su victoria el 23-J, los socialistas catalanes cerraron un c¨ªrculo: hab¨ªan ganado ya en 2021 las elecciones auton¨®micas y el pasado mayo extendieron su hegemon¨ªa en las municipales, haci¨¦ndose por primera vez en 15 a?os con la alcald¨ªa de Barcelona (gracias al apoyo de Barcelona en Com¨² y el PP). Su aplastante victoria ha quedado, sin embargo, eclipsada ahora por el papel privilegiado que los comicios generales han reservado a Junts y ERC, que, aunque quedaron en cuarta y quinta posici¨®n en n¨²mero de votos en Catalu?a, tienen la llave de la gobernabilidad.
Salvador Illa, primer secretario del PSC, afirm¨® este verano que los socialistas har¨¢n en este proceso negociador mucho m¨¢s de lo que dir¨¢n, y esta semana subray¨® que sus divisas son la prudencia, la paciencia, la discreci¨®n y el respeto a la Constituci¨®n. Fuentes pr¨®ximas a las negociaciones de investidura sostienen que el PSC e Illa podr¨ªan ayudar a normalizar la relaci¨®n con Junts. De hecho, el partido de Carles Puigdemont, el expresident huido en B¨¦lgica, es el principal socio de los socialistas en Ayuntamientos y consejos comarcales catalanes. El PSC se resiste a aclarar si est¨¢ desempe?ando alg¨²n papel en los contactos, aunque no descarta que pueda en cualquier momento ejercer ese rol. ¡°Hay que ser muy discretos en las negociaciones. Pero trabajamos con el mandato que nos dieron los electores que quieren que Pedro S¨¢nchez sea presidente¡±, afirm¨® Illa en el arranque de curso. Ni ¨¦l ni nadie del PSC ser¨¢n, en todo caso, negociadores directos, al asumir ese papel directamente el PSOE.
Los socialistas han programado para el pr¨®ximo domingo la celebraci¨®n de su tradicional Fiesta de la Rosa, en Gav¨¤ (Barcelona), y est¨¢ prevista la participaci¨®n del presidente del Gobierno en funciones, Pedro S¨¢nchez, a solo dos d¨ªas del inicio del debate de investidura del popular Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Su presencia se interpreta como una muestra m¨¢s de complicidad entre S¨¢nchez y el PSC, la formaci¨®n socialista que m¨¢s hizo el 23-J para sostener al PSOE frente al avance del PP y Vox. Tras el PSC (19 esca?os), los comunes fueron segundos, con siete, empatados con ERC y Junts; seguidos del PP, con seis, y Vox, con dos. Aunque, en n¨²mero de votos, el PP qued¨® tercero, por delante de ERC y Junts. El PSC subraya que, adem¨¢s, logr¨® aumentar su diferencia con los populares en esta comunidad: hace cuatro a?os les superaron por diez esca?os, y ahora por 13.
Todo ese capital ha quedado enrarecido por la s¨²bita renuncia de Meritxell Batet, cabeza de cartel de los socialistas catalanes en el Congreso y presidenta de la C¨¢mara en la anterior legislatura. Es una situaci¨®n ins¨®lita: no hay muchos casos de dimisiones tras victorias apabullantes. Miembros del PSC achacan su retirada de la primera l¨ªnea pol¨ªtica a cuestiones personales, sostienen que ya meditaba dar eso paso antes de los comicios y que no tiene nada que ver con la decisi¨®n de su sucesora, la tambi¨¦n socialista Francina Armengol, que a las primeras de cambio anunci¨® su disposici¨®n a permitir el uso de las lenguas cooficiales desde el atril. Batet se distingui¨® durante su mandato por una interpretaci¨®n firme del reglamento de la C¨¢mara que la llev¨® a impedir el uso del catal¨¢n, el euskera y el gallego en las intervenciones.
Con el condicionante de no poder incomodar excesivamente ni a Junts ni a ERC, los socialistas han puesto la mirada en el Govern de Pere Aragon¨¨s, cuyos presupuestos apoyaron en febrero y a quien reprochan haber ejecutado solo el 11% de las medidas aprobadas (el 78% est¨¢ en curso, y el 11%, no iniciadas). En los grandes proyectos de infraestructuras pactados no ha habido avances: han firmado un convenio de la B-40, una autopista de circunvalaci¨®n en la segunda corona de Barcelona, que causa gran rechazo en ERC; no se ha constituido la comisi¨®n sobre el aeropuerto de El Prat ¡ªel plazo acaba en diciembre¡ª y el proyecto del Hard Rock, un complejo tur¨ªstico y de juego en Tarragona, deseado por los socialistas, ha sufrido un nuevo frenazo ahora por el riesgo qu¨ªmico de un pol¨ªgono vecino.
Este balance no es para los socialistas demasiado estimulante, pero se encuentran en un laberinto muy parecido al de hace un a?o, cuando apoyaron las cuentas de Aragon¨¨s despu¨¦s de que ERC hiciera lo propio con las del Gobierno. La situaci¨®n puede ser calcada en este mandato, con la paradoja de que el PSC parece condenado a sostener al d¨¦bil Gobierno de ERC pese a haber ganado las elecciones. Y, mientras ese camino se estrecha, los partidos de derechas acusan a los socialistas de haber abandonado los postulados constitucionalistas. El mismo Salvador Illa aludi¨® despu¨¦s del 23-J a la postura hist¨®rica del PSC en contra de la amnist¨ªa y la autodeterminaci¨®n y record¨® su rechazo frontal al refer¨¦ndum de independencia apuntando que la ¡°piedra angular¡± de toda democracia es el respeto al Estado de Derecho. ¡°No haremos nada que est¨¦ fuera de la Constituci¨®n, pero hay que ver esta situaci¨®n como una oportunidad y no como una maldici¨®n¡±, sostiene ahora en defensa del camino del di¨¢logo abierto por el Gobierno. La derecha ha trazado una estrategia de equiparar los momentos ¨¢lgidos del proc¨¦s en 2017 con la situaci¨®n actual.
En ese contexto, y bajo el lema No en mi nombre, la entidad Societat Civil Catalana ha organizado una manifestaci¨®n en contra de la amnist¨ªa para el 8 de octubre, la misma fecha en la que, en 2017, se produjo la primera gran marcha antiindependentista en Catalu?a. Aquella manifestaci¨®n uni¨® tras la misma pancarta a PP, Ciudadanos y, por primera vez, al PSC, en una foto que se hizo ic¨®nica. Los socialistas obviamente se han desmarcado de la protesta convocada ahora y los populares quieren incidir en lo que consideran una contradicci¨®n, recordando que, hasta el 23-J, el PSOE rehazaba de plano la amnist¨ªa a los encausados del proc¨¦s. Alejandro Fern¨¢ndez, l¨ªder del PP catal¨¢n, sumido ahora en una crisis interna, cree que los socialistas est¨¢n fuera del constitucionalismo y que ya rompieron el esp¨ªritu del 8 de octubre al constituir, la legislatura pasada, la mesa de di¨¢logo con la Generalitat.
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