El abuso de los m¨®viles alcanza tambi¨¦n a la primaria: ¡°Algunos padres regalan el tel¨¦fono cuando el ni?o hace la comuni¨®n¡±
Las direcciones de colegios alertan de que cada vez m¨¢s se encuentran con alumnos somnolientos o con falta de atenci¨®n por la sobreexposici¨®n a las pantallas
¡°Hace poco detectamos un alumno de 2? de primaria que ven¨ªa muy dormido a clase. Al final pudimos averiguar que estaba con el m¨®vil hasta altas horas de la noche. La familia hab¨ªa comprado un tel¨¦fono al hermano mayor, de 11 a?os, y tambi¨¦n al peque?o¡±, explica Conxita Gimeno, directora de la escuela Montessori de Rub¨ª (Barcelona). La docente puntualiza que se trata de ¡°un caso excepcional¡±, pero lo cierto es que los m¨®viles cada vez aterrizan antes en las manos de ni?os y adolescentes. ¡°En 5? muchos alumnos ya tienen tel¨¦fono, no es extra?o. Muchos padres lo regalan cuando el ni?o hace la comuni¨®n¡±, a?ade Gimeno.
La idea de la existencia de un pacto no escrito para que los padres regalen a su hijo el primer tel¨¦fono m¨®vil a los 12 a?os, coincidiendo con el paso de la primaria a la ESO, hace ya un tiempo que ha dejado de ser as¨ª y esa edad es m¨¢s temprana. Y ello en un momento en que un gran movimiento espont¨¢neo de familias reclama retrasar este ritual hasta los 16 a?os. La realidad que viven las escuelas de primaria demuestra, y as¨ª coinciden todos los colegios consultados, que cada vez es m¨¢s habitual que los alumnos de 5? y 6? de primaria dispongan de m¨®vil, esto es, ni?os de 10 a 12 a?os.
Muchas escuelas ya cuentan con una norma escrita que proh¨ªbe la presencia de estos dispositivos, pero, aun as¨ª, algunos alumnos los llevan hasta el colegio. ¡°Los alumnos de 5? y 6? pueden traer los m¨®viles, pero los padres deben firmar una autorizaci¨®n explicando los motivos. Eso s¨ª, el tel¨¦fono se queda en direcci¨®n hasta que acaban las clases¡±, explica Rosa Fern¨¢ndez, directora de la escuela Gaud¨ª de Sabadell. A pesar de ello, la docente lamenta que tienen que lidiar con el mal uso que hacen los alumnos de los m¨®viles fuera del horario lectivo, y que el a?o pasado acab¨® en un caso de ciberacoso.
En el instituto escuela Mirades de Barcelona tambi¨¦n se encuentran con alumnos de primaria que cargan con el m¨®vil. ¡°Aqu¨ª tenemos muchos ni?os van y vienen solos. Y tambi¨¦n nos encontramos con ni?os jugando en la puerta con el m¨®vil antes de entrar por la ma?ana¡±, explica la directora Maica Jim¨¦nez. Pero cuando entran, los deben guardar en un armario durante todo el horario lectivo. La direcci¨®n pensaba que ten¨ªa la situaci¨®n controlada. ¡°Pero un d¨ªa nos avisaron de que una alumna estaba llamando a otra de otra escuela durante la hora del patio. Y lo hac¨ªa con un reloj inteligente. Hab¨ªamos pensado en los m¨®viles, pero no en los relojes¡±, admite Jim¨¦nez. Aqu¨ª se encontraron un problema no previsto. ¡°Pueden hacer llamadas, fotos, v¨ªdeos, chatear¡ es un desmadre. Adem¨¢s, es m¨¢s dif¨ªcil de controlar. El m¨®vil te lo dan, pero el reloj no est¨¢ regulado, es algo personal y tendr¨ªas que revisar uno por uno para ver qu¨¦ funciones tiene cada reloj¡±, a?ade.
El director del instituto escuela Antaviana de Barcelona, Manel Motrel abre tambi¨¦n el mel¨®n de c¨®mo afecta esta problem¨¢tica especialmente a las clases m¨¢s vulnerables. ¡°Hay familias que no pueden pagar las extraescolares por la tarde, as¨ª que el ni?o se queda en casa y para que no salga a la calle y los padres est¨¦n tranquilos, lo f¨¢cil es tenerlo en casa delante de una pantalla porque estar¨¢ calladito y entretenido¡±.
Las escuelas denuncian que cada vez se topan con m¨¢s evidencias de un abuso de m¨®viles y pantallas fuera del centro. ¡°Nos encontramos con alumnos que casi se duermen en clase y est¨¢n muy somnolientos. Antes te explicaban que se quedaban viendo la tele, y ahora te dicen que han estado jugando en l¨ªnea con su primo hasta altas horas. Tambi¨¦n vemos m¨¢s ni?os con un problema de falta de atenci¨®n y que te exigen un cambio de actividad constante. Y ellos mismos te explican que cuando llegan a casa se pasan muchas horas con la consola o el m¨®vil.¡±, abunda Paco Salmer¨®n, director del instituto escuela Sallar¨¨s i Pla de Sabadell. La directora del colegio Gaud¨ª de esta misma ciudad a?ade otros efectos de esta sobreexposici¨®n: ¡°Afecta a las relaciones sociales, la manera de comunicarse es m¨¢s agresiva, y tambi¨¦n hay actitudes como el hecho de re¨ªrse del otro¡±.
Las direcciones apuntan directamente a las familias y les piden m¨¢s responsabilidad a la hora de entregar a las criaturas un tel¨¦fono. ¡°Los padres quieren estar tranquilos y controlar que sus hijos llegan bien a la escuela, pero se est¨¢ yendo de las manos, porque no compran un tel¨¦fono para llamar y ya est¨¢, lo que les est¨¢n dando a los ni?os es como un ordenador¡±, apunta Jim¨¦nez. ¡°Si se les diera un m¨®vil para comunicarse con los padres, estar¨ªa bien, pero cuando tienen el tel¨¦fono hacen un uso que no toca y acceden a un contenido muy peligroso. Habr¨ªa que tener mucho control y, por ejemplo, apagarlo a las ocho de la tarde, pero esto no pasa y despu¨¦s ves que han estado chateando hasta las 11 o las 12¡å, a?ade Gimeno.
Pero las cr¨ªticas no se acaban aqu¨ª. Otras direcciones deploran que los padres permitan que sus hijos se registren en redes sociales como Tik tok o Instagram antes de los 13 a?os, que es la edad m¨ªnima. ¡°Los ni?os saben mucho m¨¢s de tecnolog¨ªa que los padres y les venden muchas motos y hacen cosas que sus padres no saben¡±, advierte Salmer¨®n. Este docente reclama m¨¢s implicaci¨®n a ciertos padres. ¡°Es c¨®modo dar la pantalla, pero las criaturas necesitan a alguien que les haga de padres, que les expliquen un cuento o les pregunten c¨®mo les ha ido el d¨ªa. Y ello tambi¨¦n pasa porque hay una falta de conciliaci¨®n familiar¡±.
En un momento en que el debate del uso de los m¨®viles entre los adolescentes est¨¢ m¨¢s encendido que nunca y en que el Departamento de Educaci¨®n prepara unas instrucciones para regular su uso en los centros, las direcciones piden una normativa clara. Gimeno no es tan partidaria de prohibir, porque ello despierta m¨¢s deseo aun, indica, sino de educar en el buen uso. Pero tambi¨¦n que los adultos den ejemplo. ¡°No se puede prohibir el m¨®vil cuando los padres lo tienen siempre en la mano o cuando ves que vienen a recoger a los hijos y lo que hacen es estar consultando el tel¨¦fono antes de saludar al ni?o¡±, se queja. No es la ¨²nica docente que critica ciertas actitudes de los padres: ¡°Recibimos muchas familias que vienen con un cochecito y el beb¨¦ tiene un m¨®vil en la mano. Tambi¨¦n se ve en restaurantes o por la calle. Hay un abuso sistem¨¢tico y a edades muy tempranas. Y en Infantil3 ya se nota un retraso en el desarrollo de algunos ni?os¡±, alerta Motrel.
Dos de cada tres guarder¨ªas detectan abuso de pantallas
La imagen de bebés en un cochecito viendo dibujos a través de un móvil o en el restaurante mientras comen es alarmantemente cada vez más habitual. La sobreexposición a pantallas también empieza a atrapar a criaturas menores de tres años y sus efectos ya lo empiezan a notar en las guarderías. “Cada vez hay más problemas motrices y de lenguaje. Algunas familias piensan que su niño puede ser autista. Al final pensamos que podrían ser las pantallas porque ves en algunos cochecitos el soporte para aguantar el móvil. Después hablas con los padres y descubres que el bebé puede pasar hasta cuatro horas ante una pantalla”, alerta Rut Baqués, portavoz de la Asociación catalana de escuelas infantiles. La entidad realizó una encuesta entre el centenar de escuelas asociadas, que reveló que el 75% de centros ha detectado un problema de desarrollo en criaturas asociado al abuso de pantallas. Las alteraciones más habituales son el retraso psicomotriz y en el lenguaje, dificultades para comer y dormir o aislamiento social. “Entonces se pacta con los padres la retirada del móvil y ves que en pocos días la criatura hace un gran cambio”, añade Baqués.
Desde la entidad también se reclama más responsabilidad a las familias para que el contacto con las pantallas se nulo a esas edades. “Sabemos que las pantallas son nocivas, igual que lo es el tabaco. ¿Verdad que no se nos ocurriría dar un cigarro al bebé para que se entretenga mientras los padres hablan? Pues tampoco deberíamos darle un móvil”, zanja Baqués.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.