Ensayos para aspirantes a ¡°escuadristas¡±
El rechazo de la ley de amnist¨ªa es el se?uelo, pero es obvio que el verdadero objetivo es derribar al gobierno de las izquierdas, con Catalu?a como excusa
Lo m¨¢s inquietante de las manifestaciones de la ultraderecha ante la sede central del PSOE de las ¨²ltimas semanas de 2023 es su marcado car¨¢cter performativo. Pretenden dibujar algo que los promotores de estas algaradas imaginan para un futuro no lejano. Estas concentraciones de j¨®venes enfurecidos sirven como ejercicios de instrucci¨®n para los activistas llamados a ejecutar alg¨²n d¨ªa en la realidad lo que ahora se presenta como aspiraci¨®n pol¨ªtica. Entrenamiento para aspirantes a escuadristas.
El apaleamiento del mu?eco que representa al presidente del Gobierno entre insultos groseros y gritos que reclaman su muerte, semanas despu¨¦s de que Alberto N¨²?ez Feij¨®o le calificara de enfermo mental y de que Santiago Abascal le deseara p¨²blicamente una ejecuci¨®n como la de Mussolini, no es un desahogo. Es, m¨¢s que ninguna otra cosa, un ensayo.
No es inevitable que la obra llegue a representarse en la realidad, pero tampoco es impensable. No ser¨ªa algo in¨¦dito. A la violencia pol¨ªtica suele precederle la deshumanizaci¨®n verbal del protagonista en el que los escritores del libreto encarnan los males que le har¨¢n merecedor de la muerte. Este libreto lo escribe a diario un nutrido equipo de autores animados por un deseo com¨²n: acabar con Pedro S¨¢nchez. Y, de paso, claro est¨¢, con todos aquellos pol¨ªticos a quienes tienen por sus enemigos: Carles Puigdemont, Pablo Iglesias, Josu Ternera, Ada Colau, M¨°nica Oltra, el papa Francisco y un etc¨¦tera prolongable a gusto del escribidor. El rechazo de la ley de amnist¨ªa es el se?uelo, pero es obvio que el verdadero objetivo es derribar al gobierno de las izquierdas. Catalu?a es la excusa, nada m¨¢s.
Los historiadores son los primeros en advertir que la historia no se repite, pero eso no impide que las ansias violentas que se expresan ahora en los entornos de la ultraderecha espa?olista recuerden demasiado lo sucedido hace un siglo. ?Qui¨¦n pod¨ªa predecir entonces, o siquiera entrever, que la dictadura de Primo de Rivera iba a ser el antecedente antidemocr¨¢tico que 10 a?os despu¨¦s conectar¨ªa al conjunto de las fuerzas conservadoras y reaccionarias espa?olas con los reg¨ªmenes de Mussolini y Hitler? ?C¨®mo imaginar en 1923, cuando Primo de Rivera dio el golpe, que, al final, aquella coalici¨®n de todas las derechas iba a imponerse en 1939 mediante un inmenso ba?o de sangre?
La coalici¨®n de PP y Vox es una reformulaci¨®n actualizada de la coalici¨®n ultraconservadora cuajada en 1936 en torno a Franco. No se esconden, no disimulan. Llevan sus banderas y sus ense?as a las manifestaciones ante la sede del PSOE: falangistas, carlistas, ultracat¨®licos, exmilitares. Les anima y precede la marquesa consorte Esperanza Aguirre y les acompa?an Abascal y Javier Ortega Smith. El miedo a que esa coalici¨®n que ya gobierna en 11 de las 17 comunidades aut¨®nomas lograra acceder al Gobierno de Espa?a moviliz¨® el pasado 23 de julio a una mayor¨ªa electoral heterog¨¦nea, pero unida por un nexo com¨²n: el horrorizado recuerdo del terror ejercido por las patrullas de Falange en la d¨¦cada de 1930. El propio S¨¢nchez lo defini¨® a la perfecci¨®n en su respuesta del 14 de diciembre a Manfred Weber, el l¨ªder que aspira a coaligar la derecha y la ultraderecha europeas siguiendo la f¨®rmula de Feij¨®o y Abascal. En Espa?a, record¨® el presidente, PP y Vox ya cambian los nombres de las calles de Madrid y otras ciudades como los cambiar¨ªan en Berl¨ªn los nazis si volvieran a dirigir Alemania. De eso van las concentraciones ante la sede del PSOE.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.