Hard Rock: una pol¨¦mica inyecci¨®n econ¨®mica para el sur de Catalu?a que desestabiliza a dos gobiernos
El desacuerdo pol¨ªtico por un gran proyecto de hoteles con casino en la costa de Tarragona fulmina la legislatura catalana y activa un efecto domin¨® de consecuencias inciertas
La negociaci¨®n de los presupuestos catalanes y su reciente desenlace fallido ha estado condicionada por el tira y afloja pol¨ªtico en torno a un complejo de hoteles con megacasino que la multinacional Hard Rock pretende levantar en Salou (Tarragona). El proyecto rebosa grande cifras: 2.000 puestos de trabajo, una inversi¨®n de 700 millones de euros y con capacidad para triplicarse, 7.600 metros cuadrados dedicados al juego, 1.200 m¨¢quinas tragaperras y 100 mesas de apuestas, y un consumo de agua de un mill¨®n de metros c¨²bicos cada a?o.
El asunto ha provocado un encendido debate entre dos bandos que se lanzan acusaciones cruzadas sobre la conveniencia de darle impulso a la idea o de enterrarla para siempre. El PSC se ha convertido en abanderado de un plan que tambi¨¦n ve con buenos ojos Junts per Catalunya. Ambos partidos se reparten las alcald¨ªas de Salou y Vila-seca, donde se ubican los terrenos ojeados por Hard Rock. Esquerra Republicana alega no tener ¡°entusiasmo¡± por la propuesta, pero cuando su l¨ªder, Oriol Junqueras, fue consejero de Econom¨ªa en 2016 valid¨® una reducci¨®n del 55% al 10% del impuesto a los casinos, que antes hab¨ªan aprobado PSC y CiU. Las voces m¨¢s feroces contra Hard Rock son la CUP y los comunes. Ambas fuerzas poseen escasa representaci¨®n electoral en Tarragona, pero han tenido la capacidad para convertir el tema en una prioridad del Parlament. El presupuesto catal¨¢n no contemplaba ni una partida reservada al Hard Rock, pero las exigencias de En Com¨² Podem para que el Govern manifestara un repudio claro al proyecto frustr¨® un acuerdo a tripartito ERC, PSC y los propios comunes. Una desavenencia que hizo naufragar un pacto por las cuentas y que ha hecho anticipar las elecciones. El enredo proyecta incertidumbre sobre la legislatura espa?ola, toda vez que Esquerra act¨²a como sost¨¦n parlamentario del PSOE y de Sumar, matriz de los comunes en el Congreso.
El terreno de juego que tiene reservado Hard Rock para edificar su propuesta son unas parcelas propiedad de La Caixa, que est¨¢n pegadas al parque Port Aventura y muy cerca del pol¨ªgono petroqu¨ªmico de Tarragona. Turismo e industria qu¨ªmica son los dos pilares que sostienen la econom¨ªa de lo que se conoce como Camp de Tarragona, una zona donde conviven 550.000 personas, con ciudades como Tarragona, Reus, Cambrils o Salou, que tiene la condici¨®n de segunda ¨¢rea metropolitana de Catalu?a y que sufre unos niveles de paro cronificados. Seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa publicada a finales de enero por el INE, Tarragona cerr¨® 2023 con una desocupaci¨®n del 14,4%, cuando la media catalana es del 8,9%. ¡°Parece mentira que se pongan tantos obst¨¢culos a una inversi¨®n que crea puestos de trabajo y dinamiza la econom¨ªa en municipios tur¨ªsticos que sufren la estacionalidad¡±, manifiesta Pere Granados, alcalde de Salou. Seg¨²n datos del Instituto de Estad¨ªstica de Catalu?a, Idescat, Salou figura como una de las poblaciones con la renta anual m¨¢s baja de la comunidad aut¨®noma: no supera los 12.700 euros, y tambi¨¦n est¨¢n en ese grupo municipios vecinos como Constant¨ª o la Pobla de Mafumet. La C¨¢mara de Comercio de Tarragona se ha declarado partidaria de defender el Hard Rock y en diciembre de 2022 convoc¨® un acto con las entidades empresariales e instituciones econ¨®micas para mostrar un frente com¨²n de apoyo. Se consensu¨® un documento donde consta que el de Hard Rock es un ¡°proyecto estrat¨¦gico¡± para el territorio.
Josep Maria Arauzo Carod, catedr¨¢tico del Departamento de Econom¨ªa de la Universitat Rovira i Virgili (URV), alerta sobre el proyecto. ¡°Perpetuar un modelo basado en este tipo de turismo tiene muchas restricciones y supone un freno para el crecimiento de la econom¨ªa del territorio¡±, sostiene. ¡°Es comprensible que en una zona donde la tasa de desocupaci¨®n es destacable un proyecto de este tipo se pueda ver como una oportunidad, pero eso implica priorizar el corto plazo. Adem¨¢s, supone condicionar la mejora de la calidad del mercado laboral y de los salarios y, por lo tanto, del nivel de vida de los ciudadanos¡±, abunda el profesor. Un estudio de la misma URV revela que dos de cada tres habitantes del Camp de Tarragona tiene la sensaci¨®n que vive en un zona con ¡°alto nivel de riesgo petroqu¨ªmico¡±.
Los partidarios del proyecto esgrimen su impacto econ¨®mico millonario, la desestacionalizaci¨®n tur¨ªstica y la creaci¨®n de puestos de trabajo. Los detractores, la incitaci¨®n a la ludopat¨ªa, la precariedad laboral y las dudas sobre la sostenibilidad que plantea un proyecto que ha tenido un trayectoria zigzagueante: naci¨® en 2012, con otro nombre (¡±BCN World¡±) y el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo present¨® con todos los honores, defendiendo que se trataba de una fuente de prosperidad para un territorio, el sur de Catalu?a, que recibi¨® una estocada punzante con la crisis econ¨®mica de 2008. La idea original ha ido mutando y tomando aire, o encogi¨¦ndose, en funci¨®n de los intereses que han tenido los sucesivos gobiernos de la Generalitat. Ahora est¨¢ pendiente de la aprobaci¨®n del plan de desarrollo urban¨ªstico (PDU) y Pere Aragon¨¨s alega tener una capacidad de maniobra limitada, porque frenar su tramitaci¨®n supondr¨ªa un elevado coste econ¨®mico para la administraci¨®n catalana.
La multinacional norteamericana Hard Rock no da pistas que permitan aclarar qu¨¦ posibilidades de concreci¨®n conserva la idea. ¡°Los norteamericanos ven una gran oportunidad en este territorio y no han perdido el inter¨¦s¡±, asegura Pere Granados, alcalde de Salou. La Generalitat prefiere no opinar acerca de si el promotor sigue atra¨ªdo por la posibilidad de invertir en la costa de Tarragona. ¡°Es un tema entre inversores privados¡±, alega el Govern.
¡°Es un proyecto propio de un modelo de desarrollo de los a?os noventa, absurdo en un contexto de emergencia clim¨¢tica y que empuja a Catalu?a a un modelo de salarios bajos y empleos precarios¡±, ha sostenido insistentemente J¨¦ssica Albiach, l¨ªder de los comunes en el Parlament, para sustentar su portazo al Hard Rock. La formaci¨®n de izquierdas ha repetido que el Hard Rock ser¨ªa ¡°el casino m¨¢s grande de Europa¡± y que todo el complejo genera un consumo de agua equivalente a una poblaci¨®n de 30.000 habitantes. Salvador Illa, jefe de la oposici¨®n en Catalu?a y primer secretario del PSC, acusa a los comunes de ¡°aprovechar¡± la actual situaci¨®n clim¨¢tica que hay en Catalu?a para ¡°poner en riesgo la prosperidad¡±. A ra¨ªz de la falta de lluvias, Barcelona y el norte de Catalu?a est¨¢n en fase de emergencia por sequ¨ªa, pero la zona de Tarragona resiste ajena a las restricciones porque se abastece de agua del r¨ªo Ebro.
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