Esplugues y la Generalitat se enfrentan por qui¨¦n debe albergar a las 38 familias desalojadas de un edificio en ruinas
El Consistorio alquila pisos a precio de mercado mientras los 112 vecinos exigen una soluci¨®n habitacional r¨¢pida
Jos¨¦ Soro tiene 60 a?os y ¡°siempre¡± ha vivido en el edificio El Barco de Esplugues de Llobregat (Barcelona). La polic¨ªa local se present¨® el lunes en el inmueble y convoc¨® de urgencia a los 112 vecinos en el espacio municipal Baronda. Un informe alertaba de que el inmueble se encontraba en ¡°situaci¨®n de amenaza de ruina¡± y acreditaba da?os estructurales irreparables. El arquitecto que firma el documento destaca que el edificio ¡°no re¨²ne condiciones de seguridad suficientes para ser habitado, representando un riesgo cierto para las personas¡±. La alcaldesa Pilar D¨ªaz (PSC) firm¨® un decreto de cese de habitabilidad y se procedi¨®, acto seguido, a la evacuaci¨®n de los vecinos. El domingo fue la ¨²ltima noche que Soro durmi¨® en el 1? 1? del n¨²mero 28 de la calle la Riba. ¡°He nacido aqu¨ª y quer¨ªa morirme aqu¨ª pero no va a poder ser¡±, se lamentaba este mi¨¦rcoles.
El lunes guard¨® sus pertenencias en una maleta y durmi¨® en una litera junto a otros cuatro vecinos, en el albergue del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB). ¡°A las 10.00 de la ma?ana nos echaron del albergue y otra vez fui de arriba abajo con mi maleta¡±, denunciaba. El martes consigui¨® que lo realojaran en un hotel Ibis de Cornell¨¤. Tres d¨ªas despu¨¦s del desalojo, ni Soro ni las otras 37 familias ¡ª112 personas¡ª que viv¨ªan en El Barco saben qu¨¦ les deparar¨¢ el futuro. La angustia es tal que cuatro de esos vecinos se han atrincherado en tres pisos y los Mossos ya tienen la orden para desalojarlos. Mientras, el Ayuntamiento de Esplugues busca desesperadamente pisos para alquilar y realojar a los vecinos. El Consistorio, adem¨¢s, denuncia que la Generalitat no est¨¢ asumiendo su parte en esta tragedia habitacional.
El Barco es un edificio construido en los a?os cincuenta. Hace un a?o el Ayuntamiento se vio obligado a expropiarlo ya que se encuentra en terrenos calificados como zona verde por el Plan General Metropolitano de 1976. Es un edificio peculiar que est¨¢ totalmente apuntalado y que tiene seis alturas. Est¨¢ construido en una loma por lo que tres alturas son por debajo de la entrada principal y tres hacia arriba. Otra de las caracter¨ªsticas es que las 38 familias del inmueble viven de alquiler, muchos de renta antigua. ¡°Aqu¨ª los vecinos de toda la vida ven¨ªamos de Andaluc¨ªa, Extremadura, Galicia y hace unos a?os vinieron nuevos de Sudam¨¦rica, Marruecos¡¡±, informa Soro. El vecino asegura que el edificio se llama El Barco porque, tirando de mucha imaginaci¨®n, y mir¨¢ndolo desde un lado ¡°los pisos parecen los camarotes de un crucero¡±.
Si el lunes el problema era pasar la primera noche fuera de casa, este mi¨¦rcoles la angustia de los vecinos radicaba en asumir que no regresar¨¢n a El Barco e intentar solucionar su futuro. El primer teniente de alcalde, Eduard Sanz, ha hecho balance: el martes dos familias (tres personas) durmieron en el CUESB, una familia (otras cuatro personas) durmieron en un piso alquilado por el Consistorio y otras dos familias (ocho personas) entrar¨¢n a vivir este mi¨¦rcoles en otros dos pisos del municipio: ¡°Estamos a la espera de que se restablezcan los suministros¡±, apunta Sanz. Hay una persona que est¨¢ ingresada en un centro sociosanitario, 16 familias que han ido a casas de otros familiares, 14 que viven en apartahoteles u hoteles y tres familias que se han atrincherado.
Estas tres familias ocupan tres pisos pero son de la misma estirpe. Manoli en un piso, su hija Sarai en otro y su hijo Juan Manuel junto con su compa?era en otro. EL PA?S ha comprobado como mientras el resto de vecinos recoge sus pertenencias, estas tres familias permanecen dentro de sus domicilio. Saben que, como el resto, tendr¨¢n que irse pronto ya que el Juzgado Contencioso Administrativo n¨²mero 4 de Barcelona ha dado tres d¨ªas para desalojar los pisos y ha instado a los Mossos a actuar si siguen atrincherados atendiendo al riesgo que representa vivir en El Barco.
Llamamiento a la Generalitat
El primer teniente de alcalde ha prometido, al menos, una docena de pisos m¨¢s en las pr¨®ximas semanas aunque ha admitido que el Ayuntamiento se siente solo y est¨¢ buscando fuera del municipio y pagando alquileres a precio de mercado. ¡°Le pedimos a la Generalitat viviendas para hacer frente a esta emergencia y nos contest¨® que no ten¨ªan nada. A estas alturas, la Generalitat no se ha puesto en contacto con nosotros. No quiero abrir un conflicto pero las administraciones ante estos casos tenemos que colaborar¡±, ha lanzado Sanz en una comparecencia.
Este mismo mi¨¦rcoles la Secretar¨ªa de Vivienda de la Generalitat ha contestado pidiendo por carta al Consitorio un segundo informe independiente sobre el estado de El Barco. La Generalitat ha enviado un comunicado poni¨¦ndose a disposici¨®n del Ayuntamiento para ayudar al realojo. A¨²n as¨ª, el Govern subraya que las competencias urban¨ªsticas son municipales y que, al ser el edificio ruinoso propiedad del Ayuntamiento, ¡°toda la responsabilidad es del Consistorio¡±. Adem¨¢s, critican que desde que el Ayuntamiento compr¨® el edificio no ha actuado para solucionar la situaci¨®n de vulnerabilidad de los vecinos. La Generalitat propone que los vecinos sean derivados a la Mesa de Emergencia como casos de vulnerabilidad a trav¨¦s de los servicios sociales municipales, quienes pueden acreditar la situaci¨®n de las familias, para activar los programas de vivienda de emergencia pertinentes.
La alcaldesa, Pilar D¨ªaz, no ha tardado en contestar: ¡°Lamentamos la inexistente ayuda por parte de los diferentes departamentos de la Generalitat y en concreto de la Agencia de la Vivienda de Catalu?a, que recordamos son los competentes en proporcionar viviendas de emergencia a las familias¡±. D¨ªaz ha acusado a la Generalitat de ¡°dejadez de funciones¡±.
Mohamed Zaitouni vive desde 2013 junto a sus padres y otros tres hermanos en el 3? inferior segunda de El Barco. Han pasado por el CUESB y por un apartahotel. Tienen las pertenencias amontonadas entre un coche y la habitaci¨®n del apartahotel y desde el lunes nadie de la familia ha podido ir a trabajar. ¡°Estamos desprotegidos y no sabemos qu¨¦ pasar¨¢ con nosotros¡±, lamenta. La situaci¨®n de su vecino Ahmed Chawi es peor. Fue a vivir junto con su esposa y sus cinco hijos a un piso en 2010. Chawi es pensionista y tiene un hijo de 12 a?os que necesita una silla de ruedas. ¡°No podemos vivir en apartahoteles continuamente¡±, lamenta. De momento la precariedad habitacional se alargar¨¢ hasta el 18 de abril y mientras tanto el Ayuntamiento busca m¨¢s soluciones. Tamara tiene 43 a?os, naci¨® en El Barco y ha vuelto hace unos a?os despu¨¦s de separarse. ¡°Mi padre y su esposa se fueron el lunes a casa de mi t¨ªa pero yo me pagu¨¦ un hotel. No puedo gastar cada d¨ªa 70 euros, a m¨ª tambi¨¦n me tienen que ayudar¡±, lamenta. Por la tarde, m¨¢s de 200 personas se han manifestado por el municipio protestando por el desalojo.
En la puerta de El Barco se acumulan maletas y utensilios de aquellos que saben que nunca volver¨¢n a su casa. En una de las ventanas sobrevive una pegatina enganchada hace d¨¦cadas con un mensaje: Gracias por la visita. ¡°La pegu¨¦ yo hace varias d¨¦cadas cuando trabajaba en una imprenta. La enganch¨¦ porque un d¨ªa fui a asomarme por esta ventana que es de uno de los rellanos y me di con el cristal¡±, revela Jos¨¦ Soro.
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