El S¨®nar reivindica la capitalidad barcelonesa de la electr¨®nica y las artes digitales
El festival cierra su semana de actividades con 154.000 asistentes
Las cifras siempre son relativas y ofrecen una visi¨®n parcial de los hechos. Pero nos aferramos a ellas. El S¨®nar present¨® las suyas en la rueda de prensa de valoraci¨®n de su XXXI edici¨®n, y son buenas. Seg¨²n los datos ofrecidos han sido 154.000 personas las que han asistido no a los tres d¨ªas de festival, sino a todas las actividades que se han realizado durante la semana, lo que invalida cualquier comparaci¨®n con las cifras del a?o pasado, que arrojaban 120.000 asistentes s¨®lo al festival, sin actos paralelos. De todas formas, lo que no se oculta es que el festival se ha estabilizado en unos n¨²meros de consideraci¨®n, y lo que es m¨¢s importante para sus rectores, que sus actividades, encuentros y actos musicales les han permitido reivindicar la capitalidad de Barcelona como punto de encuentro europeo de la m¨²sica electr¨®nica y cultura digital durante los d¨ªas de festival.
En palabras de Enric Palau, uno de los directores del certamen, ¡°convidamos al mundo a Barcelona y ense?amos Barcelona en el mundo¡±. Volviendo a las cifras y porcentajes, se se?al¨® que un 30 % de la asistencia es internacional y el 70% restante nacional, una cifra, la de participaci¨®n de p¨²blico nacional, que desde la pandemia, se?alaron los responsables del festival, no ha hecho m¨¢s que crecer. En cualquier modo, lo m¨¢s destacable del festival, en palabras de Enric Palau ¡°es que cada vez exploramos m¨¢s formatos experimentales, nuevas formas de presentar propuestas¡±.
Este comentario pudo considerarse un avance de los que poco despu¨¦s se ver¨ªa en el Hall, la colaboraci¨®n del productor Lee Gamble con la core¨®grafa Candela Capit¨¢n para presentar el disco Models del primero. Este ¨¢lbum ofrece el presente de las voces generadas por Inteligencia Artificial, unas voces que suenan como l¨ªquidas, desarticuladas y fantasmales generando una mezcla entre belleza brumosa e inquietud. Encapsuladas en forma de canci¨®n con el debido acompa?amiento electr¨®nico, un tr¨ªo de bailarinas ejecutaba una serie de movimientos de brusquedad ascendente que las conduc¨ªan a saltar siempre contenidas por unas cadenas que las ce?¨ªan. A todo esto, y aqu¨ª estaba el n¨²cleo de la acci¨®n, ellas se grababan los rostros con sus respectivos m¨®viles, cuya se?al el p¨²blico pod¨ªa ver en sus celulares a trav¨¦s de un QR.
En suma, al margen de cualquier otra consideraci¨®n, el escenario se dilu¨ªa al poderse evitar por medio de la pantalla, llave para explorar la cercan¨ªa de las expresiones y los efectos de los movimientos en los cuerpos, agitados y saltarines a veces, sedentes y pausados en otras. No es nueva la reflexi¨®n, pero en el S¨®nar todo parece tener un aire de mayor trascendencia que parte del p¨²blico desech¨® abandonando el Hall antes del final del pase cuya m¨²sica abre otros muchos interrogantes.
En el campo de la m¨²sica no de consumo y vocaci¨®n experimental, un espacio muy cultivado en el S¨®nar en su escenario Complex, el dueto Natural Wonder Beauty Concept result¨® de lo m¨¢s asequible, siempre dentro de los m¨¢rgenes del festival. Formato de canci¨®n con cantante incluida para una serie de composiciones con bajas pulsaciones, ritmos nunca acelerados, con excepci¨®n del drum&bass de la pieza que da nombre al grupo, y ambientes de electr¨®nica asumible con ribetes ambientales, m¨¢s que nada debidos a la lenta exposici¨®n de cada composici¨®n.
Antes hab¨ªa resultado bastante m¨¢s abrasiva la norteamericana Lorraine James, que declin¨® presentar su disco en favor de un directo asaeteado por capas de ritmos arr¨ªtmicos, ruido percutivo, frecuencias dislocadas y, ya en el ¨²ltimo tramo del pase, con el concurso de una bater¨ªa ac¨²stica en clave de improvisaci¨®n. Imbailable. Si el ¨¢lbum Gentle Confrontation no ofrece mayores dificultades formales, Lorraine decidi¨® exponerlas en su directo, una carretera sembrada de tachuelas.
En el exterior se percib¨ªa una excepci¨®n en la vida barcelonesa: la ausencia absoluta de palomas en el Village, una amplia plaza que no llama su atenci¨®n. O que perciben como amenazante ya sea por el hardcore de horsegiirL y m¨¢s tarde por los ritmos de Kittin y David Vunk, en una sesi¨®n a cuatro manos. Lo que ser¨ªa un drama ornitol¨®gico se antoja una rareza cuyo estudio podr¨ªa aliviar la presencia creciente de estos p¨¢jaros que in¨²tilmente representan la paz. Por cierto, cotorras argentinas, tampoco las hab¨ªa.
De ser descubierto, los p¨¢jaros tambi¨¦n hubiesen evitado el escenario Park, donde una multitud bail¨® fren¨¦ticamente con Black Mamba, una disc-jockey que estructur¨® su sesi¨®n en torno a ritmos africanos, recordando que todo, el baile y los ritmos, provienen de all¨ª para que despu¨¦s hayamos vuelto a ellos de una y mil maneras. El S¨®nar es una prueba.
A falta del cierre de la noche del s¨¢bado, con el rapero Vince Staples como uno de sus reclamos, el a?o que viene m¨¢s, entre el 12 y el 14 de junio, con apertura el en Palau de la M¨²sica con un concierto que tendr¨¢ de guion un repertorio de Steve Reich.
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