Fiscalidad, turismo y ciudad

El debate en torno al turismo se ha erigido en uno de los temas centrales de las ¨²ltimas d¨¦cadas, inseparable de las din¨¢micas de globalizaci¨®n, y estrechamente ligado a cuestiones como la vivienda, el cambio clim¨¢tico, la irrupci¨®n tecnol¨®gica o la desigualdad. El turismo es un motor econ¨®mico de primera ¨ªndole, y en ciudades como Barcelona representa un 14% del tejido empresarial, da empleo a 150.000 personas y contribuye a sostener sectores como el comercio, la restauraci¨®n o una parte importante de la oferta cultural.

Pero las proyecciones globales de demanda son expansivas: un informe reciente de Google apunta que los 1.400 millones de personas que viajaron en 2019 en todo el mundo ser¨¢n 2.400 en 2040. Ello implica, especialmente para las ciudades, que el turismo seguir¨¢ generando presi¨®n sobre sus tramas urbanas y recursos, por lo que es imprescindible que puedan dotarse de instrumentos que hoy no est¨¢n debidamente dimensionados para dar respuesta a esta realidad.

Junto con los mecanismos regulatorios y urban¨ªsticos que afectan a los alojamientos tur¨ªsticos, al tejido comercial, las infraestructuras o los espacios p¨²blicos, la fiscalidad gana peso como instrumento esencial para la gesti¨®n, no s¨®lo porque incide en la oferta y la demanda, sino porque permite que el turismo contribuya corresponsablemente a financiar servicios p¨²blicos como la limpieza, el transporte o la seguridad, que se ven sobrecargados por el uso que hacen de ellos los visitantes.

Tras haber elevado en octubre el recargo sobre el impuesto tur¨ªstico hasta su m¨¢ximo legal permitido ¨Cun l¨ªmite que intentaremos modificar v¨ªa parlamentaria--, en la propuesta de ordenanzas para 2025 planteamos nuevas medidas fiscales, como el incremento del IBI a establecimientos de ocio y hoteleros de mayor valor catastral y que han experimentado en los ¨²ltimos a?os importantes crecimientos en el valor de sus activos inmobiliarios.

Queremos aumentar asimismo el precio de estacionamiento de los autocares tur¨ªsticos, o el tipo impositivo de IBI de los Bienes de Infraestructura de Caracter¨ªsticas Especiales (BICE), que afecta al conjunto de la actividad portuaria, la regasificadora y t¨²neles de peaje.

Creemos que estas iniciativas suponen un avance significativo en materia de autonom¨ªa fiscal, y permiten en su conjunto mantener congelada la presi¨®n impositiva sobre la ciudadan¨ªa. S¨®lo la tasa de residuos se ver¨¢ afectada por un incremento de aplicaci¨®n progresiva, derivado del cumplimiento del nuevo marco legal, que obliga a que el importe recaudado cubra la totalidad del coste de su recogida y tratamiento.

Junto con la adaptaci¨®n de otras medidas de fiscalidad ambiental, se incorporar¨¢n tambi¨¦n bonificaciones para facilitar el aterrizaje de inversi¨®n en la ciudad y favorecer as¨ª la diversificaci¨®n econ¨®mica.

El despliegue de todas estas medidas fiscales busca dotar a la ciudad de m¨¢s recursos sin que ello afecte a las econom¨ªas familiares ni a la peque?a y mediana empresa, y permitir¨¢ mantener al Ayuntamiento en la estela de mejora financiera constante, que se ha visto recientemente reconocida con la calificaci¨®n A por parte de EthiFinance Ratings.

Jordi Valls es teniente de Alcald¨ªa de Econom¨ªa, Hacienda, Promoci¨®n Econ¨®mica y Turismo