William Kentridge recrea la d¨¦cima sinfon¨ªa de Shostak¨®vich en el Liceu
La Orquesta interpreta la m¨²sica del compositor ruso acompa?ada de la pel¨ªcula ¡°subversiva¡± del artista sudafricano sobre el gobierno sovi¨¦tico
El Liceu abri¨® la temporada con Lady Macbeth de Mtsensk, de Dmitri Shostak¨®vich, y este viernes y s¨¢bado volver¨¢ a centrar su mirada en el compositor ruso de la mano de William Kentridge. El artista sudafricano presenta Oh to Believe in Another World, una pel¨ªcula de animaci¨®n sobre el m¨²sico que se proyecta mientras, en este caso, la Gran Orquesta del Liceu interpreta, bajo la batuta de su director, Josep Pons, la d¨¦cima sinfon¨ªa de Shostak¨®vich, estrenada en 1953, meses despu¨¦s de la muerte de Stalin. Kentridge ha querido con esa pel¨ªcula ofrecer una visi¨®n retrospectiva -e ir¨®nica- del gobierno sovi¨¦tico y un tributo al compositor, de quien el escritor Julian Barnes dice en la novela El ruido del tiempo que viv¨ªa en casa con una maleta preparada por si iba a buscarlo el KGB. La funci¨®n se presenta este viernes para menores de 35 a?os y este s¨¢bado.
Kentridge puso en escena en 2022 en el Liceu la ¨®pera Wozzeck, la historia de un antih¨¦roe de la Primera Mundial compuesta por Alban Berg, y ha regresado ahora a Barcelona con esta pel¨ªcula ¡°subversiva e ir¨®nica¡±, en palabras de V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar, director art¨ªstico del teatro, que viene a hacer justicia al m¨²sico ruso. ¡°1953 es un a?o clave en su biograf¨ªa porque muere Stalin y su otro enemigo, Prokofiev y eso da aire a su biograf¨ªa¡±, afirma. Kentridge conviene que es su pel¨ªcula es un homenaje al compositor y una manera de recordar que ¡°hay cosas que no podemos olvidar seg¨²n que contextos pol¨ªticos¡±, afirma. El artista visual no ha limitado su presencia en Barcelona al Liceu: ha estado en el CCCB debatiendo con Barnes y en un acto a someti¨¦ndose a preguntas de 400 alumnos de secundario. La fundaci¨®n Sorigu¨¦ presenta a la vez en Lleida una exposici¨®n con sus obras, una de las mejores colecciones que del artista hay en Europa.
Pons sostuvo en la presentaci¨®n de Lady Mcbeth que la m¨²sica de Shostak¨®vich era muy cinematogr¨¢fica y Kentridge comparte esa visi¨®n. Su principal objetivo al concebir la pel¨ªcula ha sido alcanzar el equilibrio para que la sinfon¨ªa, de 55 minutos, no fuera una simple ¡°m¨²sica de fondo¡± ni que el film fuera ¡°un salvapantallas¡± de la m¨²sica. ¡°Ha sido tener en cuenta esos dos peligros e ir navegando¡±¡¤, afirma. La pel¨ªcula evoca un museo sovi¨¦tico abandonado, de cart¨®n piedra, y ella desfilan siete protagonistas, que aparecen con sus rostros tomados de fotograf¨ªas: el compositor, su alumna, Elmira Nasirova, el poeta Maiakovski (se acab¨® suicidando), su amante Lilya Brik Stalin, Lenin y Trotski. ¡°Es una pieza que alude al contexto pol¨ªtico. Despu¨¦s de 70 a?os, nos queda sobre todo Shostak¨®vich, que es el que ha sobrevivido a todos ellos. Su m¨²sica es la que ha sobrevivido¡±.
Realizada por un encargo de la Orquesta Sinf¨®nica de Lucerna, el proyecto se ha presentado en Johannesburgo, Londres, Nueva York o Viena, entre otras ciudades. No siempre fue f¨¢cil: Kentridge ha revelado que la culmin¨® justo despu¨¦s del inicio de la Guerra de Ucrania y que hubo teatros que se negaron entonces a poner en cartel obras de compositores rusos, desde el propio Shostak¨®vich a Chaikovski. ¡°Me pareci¨® corto de miras. Lo m¨¢s interesante es entender lo que dice la m¨²sica¡±, apunta se?alando que Putin intenta reinventar la ¨²ltima fase de Stalin y que hay ¡°ecos¡± de ello en la obra, pero no una referencia directa.
La pel¨ªcula, que en un momento juega virtual como si el propio Shostak¨®vich dirigiera la orquesta. El film incluye im¨¢genes de archivo de Rusia de los a?os 20 y 30, en los que se aprecia el optimismo -ni?as estudiando ballet, ni?os dibujando, esculpiendo- y poco a poco se va desvaneciendo. El segundo movimiento, de solo cuatro minutos, es, para Kentridge, el mejor. ¡°Es muy explosivo y espectacular. Con toda la energ¨ªa y la fuerza¡±, describe sobre la obra de un compositor a quien en la pel¨ªcula se le ve escribiendo una partitura y tocando el piano a la velocidad de la luz. Shostak¨®vich dej¨® de componer ¨®peras en 1936 despu¨¦s de que un editorial del Pravda condenara a Lady Macbeth de Mtsenks. Pons asegura que la ¨®pera perdi¨® a un genio.
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